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Premios Goya 2017

Dani Rovira: "Presento los Goya más tranquilo que nunca porque ya me han dado por todos lados"

  • Afronta el sábado 4 su tercera gala consecutiva como presentador, cifra récord
  • La ceremonia será "sencilla y austera" y promete pullas para Sigourney Weaver
  • Reconoce que está "desilusionado" por no haber sido nominado por 100 metros
  • Podrás seguir la gala en directo por La 1 y RTVE.es el sábado 4 de febrero

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El actor Dani Rovira, presentador de la XXXI Gala de los Goya.
El actor Dani Rovira, presentador de la XXXI Gala de los Goya.

"Es la vez que más tranquilo voy". Así afronta el actor y humorista Dani Rovira su tercera gala de los Premios Goya consecutiva como presentador el próximo sábado 4 de febrero (en directo por La 1 y RTVE.es), después de que llegase a plantearse no presentarla tras las críticas recibidas el año pasado, aunque luego decidió no hacer caso a los insultos de los haters de las redes sociales y repetir porque es algo que le gusta hacer.

"Estoy como súper tranquilo y tengo muchísimas ganas. En la primera estaba nominado, jugaba con el factor sorpresa y lo tenía todo como a favor; en la segunda ya dije 'sé que me van a esperar con las hachas’; pero este tercer año me da la sensación de que sí que no tengo nada que perder; ya me han dado por todos lados, así que solo tengo que ganar. Y de verdad tengo muchas ganas de pasármelo bien y es la intención con la que nos hemos sentado a diseñarla y a escribirla", explica en una entrevista con RTVE.es Rovira, que ya no caerá en el "error" de asomarse a Twitter tras la gala.

El presentador, que ha vuelto a recluirse para preparar el guion en una casa que tiene "perdida en el campo" durante cuatro días con los otros dos coguionistas, Iñaki Urrutia y José Juan Vaquero, asegura que las críticas del año pasado no le condicionan de ninguna manera y que en la gala de los XXXI Premios Goya lo que habrá es "lo que gusta", esto es "comedia y emoción": "la comedia la voy a poner yo y la emoción las 29 variables de posibles premios".

La ceremonia, explica el actor malagueño, será "sencilla y muy austera", sin gran número de apertura, como los de las dos anteriores ediciones, "ni bailarines ni trucos de magia". La única novedad será la presencia de la Film Symphony Orchestra, que mantendrá a 70 músicos en el escenario durante toda la gala y se encargará de acompañar al presentador, interpretar las bandas sonoras nominadas y tocar las ráfagas de entrada y salida, lo que dará "mucho empaque" a la ceremonia, a su juicio.

Las albóndigas del ministro y perlitas para Sigourney Weaver

El año pasado fue el de mayor presencia política de la historia de los Premios Goya, con la asistencia de todos los líderes de partidos menos "el que siempre tiene que faltar" (en referencia al presidente, Mariano Rajoy), dado que la situación política estaba "en mitad del baile", en plena negociación de posibles pactos de Gobierno: "Fueron ciento y la madre y saludé a unos pocos, y a los que no saludé se enfadaron, que ahora tengo que saber yo también de protocolo", bromea Rovira, que personalmente echó "de menos" presencia monárquica en el 30 aniversario de los galardones.

El que ya se ha hecho habitual, al contrario que su antecesor, es el actual ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, que ya ha confirmado su asistencia. Méndez de Vigo también es ya asiduo de las albóndigas del bar de los Hermanos Rodríguez, del barrio natal del actor, La Paz, que este le recomendó visitar en la pasada gala: "Ya ha ido dos veces. No sé si es estrategia política o no, pero es verdad que este hombre tiene que comer en algún lado cuando baja a Málaga como ministro. Si va a un sitio de pitipuá, nunca será noticia, pero sí si va a un bar de barrio obrero donde se come genial. Le está haciendo mucho bien al barrio y la mejor noticia es que Manolo, el dueño, ha tenido que contratar a tres personas. Así que, en lo que respecta al ministro, se lo agradezco, porque se ha portado muy bien", dice.

El presentador de la gala de la 30 edición de los Premios Goya, Dani Rovira, ha bromeado con el extenso currículum del ministro de Educación, Cultura y Deporte en funciones, Iñigo Méndez de Vigo y ha recitado parte del mismo. Después de narrar algunos de sus méritos, le ha invitado a ir a Málaga con Tim Robbins y Juliette Binoche.

Y, tras también invitar a Tim Robbins y Juliette Binoche a tomar gazpacho en su ciudad natal -no hay noticias de que lo hayan hecho-, este año ya le tiene preparada alguna perla a Sigourney Weaver, nominada como mejor actriz de reparto por Un monstruo viene a verme, cuya presencia da por segura. "Para mí es un honor. Uno de los regalos que te da poder presentar los Goya es el saber que voy a tener un momentito de tú a tú con Sigourney Weaver. ¡Qué guay!", cuenta el actor, que además ve a la actriz norteamericana con muchas posibilidades de llevarse el premio "porque hace un gran currazo, un trabajo de contención en una película donde todo está a flor de piel".

Récord de presentaciones y de audiencia

El humorista bate este año un récord al convertirse en el primer presentador que conduce la gala durante tres años consecutivos -Rosa María Sardá también los ha presentado tres veces, pero no correlativas-, un dato que le hace "ilusión, aunque solo sea como recuerdo histórico" y le valga para contárselo a los nietos o para salir en "una pregunta de trivial".

Además, desde que el protagonista de Ocho apellidos vascos conduce la gala, la audiencia ha subido y la de 2016 fue la segunda más vista desde 2011 (con 3,9 millones de espectadores). Batir estos récords no preocupa al presentador, pero sí que se haga "una buena audiencia", tanto para que la Academia de Cine pueda sustentar estas galas gracias a los patrocinadores como para que "la gente disfrute".

Pero lograr esto no es tan sencillo como parece. Rovira admite que presentar los Goya es "lo más difícil" que ha hecho nunca profesionalmente porque es "como hacer el estreno de una gran función en un solo día", sin tiempo de "ir limando" detalles. En este sentido, el conductor señala también que el público que asiste a la ceremonia, gente del cine y el teatro, es "muy exigente" y, además, es la gala televisada "en la que más foco hay durante todo el año, para lo bueno y lo malo". "Si juntas todo eso, es de lo más complejo a lo que me he enfrentado, no solo por la complejidad de la gala en sí, sino por todo lo que conlleva, toda la presión, todo lo emocional... y toda la gente que hay detrás, porque la presentas tú pero hay tanto trabajo detrás que te da mucho miedo cagarla por echar por tierra el trabajo de otros", reflexiona.

Decepcionado por las nominaciones de 100 metros

En cuanto a las nominaciones de este año, el actor confiesa estar "un poco desilusionado" por no haber sido nominado por su primer gran papel dramático en la película 100 metros, inspirada en la vida real de Ramón Arroyo, enfermo de esclerosis múltiple. La cinta de Marcel Barrena solo tiene una candidatura en los Goya, la de Karra Elejalde como mejor actor de reparto, de la que Rovira no se sorprende "porque es el mejor actor de España".

Estrenos: 100 metros

"Egoístamente, por aquella parte de tu propio ego, un poco de desilusión sí me llevé porque estaba un poquito ilusionado. Pero realmente me dio mucha rabia sobre todo por Alexandra Jiménez. Al final tienes que aceptar lo que votan los académicos. Igual que acepté cuando me dieron el Goya de actor revelación [por Ocho apellidos vascos], no voy a decir ahora que votan con el culo. No llueve siempre a gusto de todos", dice el protagonista de 100 metros, una cinta que, de cualquier manera, apunta, "se ha llevado el mejor premio que es hacer una taquilla decente y que está ayudando a muchísima gente y aún le queda mucho recorrido porque se ha vendido a muchos países".

Próximos proyectos: cine y literatura

En cuanto a sus próximos proyectos, el cómico terminó hace unas semanas el rodaje de Thi Mai, una comedia de Patricia Ferreira (Los niños salvajes, 2012) con Carmen Machi, Aitana Sánchez Gijón y Adriana Ozores, que le llevó durante seis semanas a Vietnam, una "locura de país y muy divertido".

Rovira asegura que Thi Mai, que se estrenará en otoño, es "un canto a la mujer", cuyos personajes femeninos "se sacuden" los arquetipos, el tipo de películas en las que al actor le gusta participar "porque no solo son evasión y divertimento, sino que te mueven cosas por dentro". Añade que ha sido "un descubrimiento personal, y muy divertido" rodar con Aitana y Adriana y confiesa que le "mola mucho" el haber podido rodar con mujeres directoras dos de las seis películas que lleva hechas.

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En cuanto a la adaptación cinematográfica de Superlópez, superhéroe del cómic español que está previsto que encarne, el malagueño explica que están "con los últimos retoques de guion" y "en teoría, a mitad de año debe despegar". "Tengo muchas ganas de ponerme en las manos de Javier [Ruiz Caldera (Anacleto, agente secreto, 2015)]. Creo que es la mejor persona que podía hacer este proyecto en este país. Entiende la comedia en el cine como nadie, es muy hábil en el montaje, tiene muy buena mano con los actores y es uno de estos directores que además sabe manejar la herramienta del efecto especial", afirma el actor de 36 años.

Y tras el libro de pequeñas historias que publicó hace un año, Agujetas en las alas (Aguilar), este diciembre se editó Carta a mi mejor amigo (Aguilar), un relato del que se han lanzado 4.500 ejemplares -junto a la segunda edición de Agujetas- para ayudar al refugio de animales Palevlas de Monda (Málaga). En el relato, Rovira toma la voz de Turco, el primer perro del refugio y cómo este reacciona al ictus que su dueño sufrió en la vida real, una "experiencia muy bonita".

"Creo que para los que no sabemos escribir, lo fácil es escribir cosas cortas porque tenemos menos posibilidades de cagarla, gramatical y semánticamente. Pero ha sido muy bonito porque yo lo que necesito a la hora de escribir son buenas historias que me lleguen porque las herramientas creo que las tengo. No se me da mal a escribir", afirma el malagueño. Reconoce tener ganas de seguir explorando el camino de la literatura y cree que el "siguiente paso lógico" sería escribir un libro de relatos, antes de "lanzarse con una novela o algo así", a la vez que destaca lo importante que es la labor de documentación previa a la escritura.

Sea en este camino o en otros, el lema del humorista es siempre que "lo mejor está por venir" para "afrontar lo que te queda de vida de una manera ilusionante". "Lo mejor está por venir, siempre, siempre. Y mira que me han pasado cosas buenas, y las disfruto y las valoro, pero no tengo en la cabeza el qué es. Por mi cabeza no pasaba protagonizar Ocho apellidos vascos o presentar los Goya, pero de repente llega. Yo creo que quedan muchas cosas muy bonitas por vivir... si alguna vez puedo rodar una película fuera de España, en Latinoamérica, que me hace mucha ilusión, pues eso queda por venir... tantas cosas", sueña en voz alta Dani Rovira.

El 'mono' del teatro

Dani Rovira, junto a Clara Lago y Rafa Villena, ha vuelto a cosechar un gran éxito con sus galas solidarias Improviciados que cada diciembre tienen lugar en el Teatro Alameda de Málaga para ayudar a distintas ONGs locales, "esas a las que podemos ponerle cara al presidente y a los usuarios y podemos ser parte activa". Tras cinco años consecutivos "con lleno total" en cada una de las galas, el actor malagueño y sus compañeros ya se han planteado llevar Improviciados a lo largo del año a distintas ciudades y ayudar a asociaciones locales, a través de la Fundación Ocho Tumbado, que Rovira y Clara Lago tienen ya prácticamente constituida tras completar los últimos trámites burocráticos. "El primer reto lo hacemos en marzo, una marcha en bicicleta de Barcelona a Roma para recaudar fondos para el Síndrome de Rett. Estamos muy contentos, pero no queremos hacerlo público hasta que hayamos hecho dos o tres cositas porque la avalancha de peticiones y gente que quiera colaborar va a ser muy grande y queremos estar preparados a nivel infraestructura", dice ilusionado. Estas galas, además de para apoyar proyectos solidarios, le valen al actor para quitarse "el mono" de actuar ante el público, pues es ahí donde se siente pleno después de que su carrera empezara recorriendo kilómetros y kilómetros por toda España haciendo monólogos de bar en bar. "Preparar un nuevo monólogo es mi caballo de batalla. Tengo muchas ganas pero necesito encontrar hueco. Gracias a dios me siguen llegando guiones que me parecen tan chulos que da pena decir que no. Emilio [Martínez Lázaro, director de Ocho apellidos...] ha vuelto con un guion maravilloso y estamos con el calzador y el calendario... Pero, mira, si algún año no me ofrecen ningún guion ya tengo la excusa perfecta para sentarme. No me quedará otra", concluye entre risas.