Al Shabab, la pesadilla yihadista de Somalia
- La milicia islamista golpea en el corazón de Somalia en un momento crucial
- Desde 2012 es la filial somalí de Al Qaeda
- La ONU la considera la mayor amenaza para la paz en el Cuerno de África
Mientras un comando yihadista hacía estallar dos coches bomba y asaltaba a tiros el Hotel Dayah, en pleno centro de Mogadiscio, el frágil gobierno somalí y el recién elegido Parlamento se reunían para consensuar el nombre del próximo presidente del país.
Su elección es el último paso del complejo proceso auspiciado por Naciones Unidas para que Somalia renazca como un Estado viable de las cenizas de treinta años en llamas. Un Estado que Al Shabab solo concibe bajo la más estricta ley islámica.
‘La Juventud’ de la Yihad
Al Shabab es, según el último informe del Grupo de Supervisión para Somalia y Eritrea, la mayor amenaza para la paz y la seguridad en el Cuerno de África.
Su nombre original es ‘Harakat Al Shabab Al Muyahidín’, abreviado Al Shabab, ‘La Juventud’ en árabe. Surgió en 2006 como el ala más radical de la desaparecida Unión de Tribunales Islámicos, que controló Mogadiscio hasta su expulsión ese mismo año por el ejército de Etiopía.
En 2012 se convirtió en el paladín de Al Qaeda en Somalia.
Su actual líder es Ahmad Umar, también conocido como Abu Ubaidah. Tiene a sus órdenes a más de 7.000 combatientes, incluidos numerosos extranjeros. El comando responsable del ataque al hotel Dayah se llamaba Brigada Islamabad, en homenaje a uno de sus ‘mártires’ afganos, según la emisora oficial de Al Shabab, con nombre de inspiración ibérica: Radio Andalus.
Desde que la Unión Africana desplegó en 2007 los 22.000 efectivos de la AMISON, su misión de para Somalia con respaldo de la ONU, Al Shabab ha perdido sus bastiones más importantes. Sin embargo, aún controla amplias zonas rurales en el centro y sur del país, donde practica la estricta versión wahabí del Islam de inspiración saudí que pretende imponer a toda la población, de mayoría sufí.
480 víctimas mortales en 2016
Un informe de la ONU de 2010 incluía entre sus fuentes de financiación donaciones procedentes de Eritrea y la Península Arábiga y un eficiente sistema de recaudación en las zonas que controla.
Las remesas de la diáspora somalí, según el informe, han disminuido al mismo ritmo que el apoyo popular desde que Al Shabab apostó por Al Qaeda y los atentados indiscriminados contra civiles.
En 2016, Al Shabab asesinó a 480 personas en 67 ataques terroristas, la gran mayoría en Somalia. Pero su atentado más letal hasta la fecha es el de abril de 2015 contra la Universidad de Garissa, en Kenia, que acabó con la vida de 148 personas.