La Biblioteca Nacional celebra la cultura jonda en 'Patrimonio Flamenco'
- La exposición muestra la presencia del flamenco en pintura, fotografía y cine
- RTVE.es entrevista a David Calzado, uno de los comisarios de la muestra
- Se puede visitar en la Biblioteca Nacional del 27 de enero al 2 de mayo
“El flamenco siempre es una pena, el amor es una pena también. En el fondo, todo es una pena y una alegría a la vez”, decía Camarón de la Isla. Y añade Antonio Gala que “al ser humano solo le apasiona el misterio: aquello que le atrae y que no entiende; aquello que lo ilumina y lo ensombrece; aquello que le entusiasma y a la vez lo embarga de tristeza... Y pocas cosas más misteriosas que el cante jondo”.
La Biblioteca Nacional de España presenta Patrimonio flamenco, la historia de la cultura jonda, una exposición que celebra el 170 aniversario de la primera aparición de la palabra Flamenco en un artículo de 1847 en referencia al cantaor gaditano Lázaro Quintana, y de la publicación de Escenas Andaluzas, de Serafín Estébanez Calderón.
“Ahí ya se hablaba del cantaor Antonio Monge Rivero 'El Planeta'. Nosotros nos llevamos la exposición a hace 400 años, a la etapa pre-flamenca, a Las Gitanillas de Cervantes”, explica uno de los comisarios de la muestra, David Calzado, en una entrevista a RTVE.es.
Desde el 27 de enero hasta el 2 de mayo se podrán contemplar en la sala Hipóstila de la BNE más de 150 piezas pictóricas, fotográficas y cinematográficas seleccionadas por el propio Calzado y Teo Sánchez, director y presentador de Duendeando, de esta casa, en Radio3. Un recorrido dividido en cinco etapas en las que se repasa y se celebra la historia de “la tradición cultural más reconocida en el mundo”, asegura David Calzado.
Las cinco fases del flamenco
Desde El Planeta, El Mochuelo y Encarnación la Rubia, hasta Enrique Morente o Camarón de la Isla, pasando por La niña de los Peines, Antonio Chacón, Manolo Caracol, Chavicas o Lola Flores, sin olvidar a Carmen Amaya o Paco de Lucía. La exposición dibuja un recorrido en cinco fases.
El punto de partida nos retrotrae al Siglo de Oro español, la época del pre-flamenco. En segundo lugar, la primera aparición del término, en el artículo Un cantante flamenco, de Estébanez Calderón en el diario “El espectador”, en 1847. De ahí salta a 1922, con la celebración del Concurso Cante Jondo de Granada, organizado, entre otros, por Manuel de Falla y Federico García Lorca en respuesta al antiflamenquismo de la generación del 98.
El inicio de la cuarta fase se sitúa en el nacimiento de la flamencología, las antologías del flamenco y el establecimiento de los palos tal y como los conocemos hoy. Y, por último, la quinta, revolucionaria y última etapa, que no podía ser otra que la publicación de La Leyenda del Tiempo, de Camarón de la Isla.
Una última fase que es “un homenaje a Camarón, a Enrique Morente y a Paco de Lucía, que son los que han permitido que el flamenco sea hoy un territorio mucho más abierto para hacer estéticas tan diferentes, desde el baile racial de Farruquito a algo mucho más vanguardista como Israel Galván”, explica el comisario de la muestra.
El enemigo estaba en casa
“El enemigo está dentro y en la exposición hay dos textos que lo demuestran”, lamenta Calzado. “Un artículo de 1930 de Manuel Chaves Nogales, en París, que viene a decir: si usted quiere ver baile flamenco, venga a París. Allí estaba La Argentinita, estaba Pilar López. Estaba Vicente Escudero, el gran revolucionario del baile, que le reconoce a Chaves Nogales que en España no se atrevería a bailar con en París”.
Un ejemplo que ilustra a la perfección uno de los mensajes que quiere transmitir esta exposición. La gran expansión, difusión y reconocimiento del cante y el baile flamenco más allá de nuestras fronteras, pese a las críticas de los antiflamenquistas y de muchos españoles a los que les resulta indiferente.
"Yo entiendo que haya gente en España a la que no le llegue. No es achacable, es normal, porque lo han tenido cerca y no les sorprende. Pero en Japón o Brasil les causa una sensación y una sorpresa que les emociona", añade Calzado.
El segundo texto al que se refiere el comisario es “una entrevista de Marsillach con Enrique Morente, en la que éste confiesa que en México, donde estuvo tres meses con Manzanita, fue donde empezó realmente a experimentar. En cada actuación intentaban algo nuevo, porque no tenían la presión del público español”.
“Las artes llaman a las artes”
“El flamenco se levanta como un grito individual, aunque representativo de millones de gritos; como un alarido solitario, aunque invite a la solidaridad”, subraya Antonio Gala en el catálogo de la exposición, en el que también escriben los dos comisarios y el flamencólogo Faustino Núñez. Calzado destaca, además, que “el flamenco es un arte con un misterio y con una fuerza que llama a los pintores, fotógrafos y cineastas”.
Escritos como Cartas Marruecas de Cadalso; obras pictóricas de Goya, Picasso, Fortuny, Tápies o el grafitero Suso33; fotografías de Beauchy, Gyenes o Ibáñez; y fragmentos filmados por Edgar Nveille o Carlos Saura, son solo algunas de las piezas que recoge esta muestra, y que reflejan el tremendo impacto que ha causado el flamenco a lo largo de la historia en representantes de todas las disciplinas y multitud de países.
Y es que el flamenco, declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, se convirtió enseguida en un fenómeno planetario. No en vano, la primera mujer que apareció en pantalla en la historia del cine fue la bailaora almeriense Carmencita Dauset, en un film de 20 segundos rodado por William K.L. Dickson en 1894. Siete años después, su actuación en el Madison Square Garden reunió a 12.000 espectadores y la convirtió en musa de los pintores Chase y Sargent.
Además, pueden escucharse (en cilindros de cera en el BNE o en una lista de reproducción en su web) algunas de las grabaciones más antiguas que se conservan de este género, con El Mochuelo, El Sevillano o Encarnación la Rubia cantando por tangos, javeras o sevillanas
“Nuestros artistas llevan 150 años recorriendo el mundo llevando el flamenco por bandera”, explica Calzado, por lo que, en su opinión, “hay que celebrar que el flamenco vive un momento esplendoroso, y que las instituciones culturales de nuestro país dediquen por fin al flamenco el espacio que merece”.