Crece la contestación contra el veto migratorio de Trump dentro y fuera de Estados Unidos
- Barack Obama avisa de que que "los valores estadounidenses están en peligro"
- Varias empresas del país, como Apple o Ford, y cien diplomáticos han protestado
- En Reino Unido se han recogido un millón de firmas contra la visita de Trump
- La UE pide explicaciones y la ONU califica la medida de "ilegal" y "malvada"
Tras dos días de confusión y protestas, la contestación contra el veto migratorio impuesto por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la entrada de ciudadanos de siete países mayoritariamente musulmanes de África y Oriente Medio, seguía creciendo este lunes tanto dentro como fuera del país y desde los más diversos ámbitos, hasta el punto de que el expresidente del país, Barack Obama, ha avisado de que "los valores estadounidenses están en peligro".
Las declaraciones contra la orden ejecutiva, que suspende durante 90 días la concesión de visados y la entrada a todos los ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen, además de paralizar temporalmente la acogida de refugiados, se han sucedido a lo largo de la jornada. Así, varias de las principales empresas, como Goldman Sachs, Starbucks, Apple o Ford, se han unido a las voces críticas con la medida.
Más de un centenar de diplomáticos han firmado un documento interno en el que protestan contra la decisión del nuevo presidente por considerar que será contraproducente en la lucha contra el terrorismo e incluso los organizadores del célebre festival de música, cine y tecnología South by Southwest (SXSW) de Austin se han dicho "alarmados" por la medida.
El propio expresidente Barack Obama, que había prometido intervenir en la vida política solo si consideraba que se vulneraban principios fundamentales, ha señalado que "los valores estadounidenses están en peligro", alabando el compromiso social de quienes protestan por el veto migratorio: "Ciudadanos ejerciendo su derecho constitucional de reunión, organización y haciendo que sus voces sean escuchadas por los oficiales electos es exactamente lo que esperamos ver cuando los valores estadounidenses están en peligro".
Francia y Alemania redoblan sus críticas
Desde el exterior de Estados Unidos, la canciller alemana, Angela Merkel, ha vuelto a insistir en sus críticas contra la decisión de Trump al reiterar en que la "lucha determinada contra el terrorismo internacional no justifica una sospecha general sobre las personas, en razón de su religión, en este caso la musulmana, o su procedencia".
“Desde la Cancillería se está haciendo todo lo posible por aclarar la situación de esos ciudadanos“
Merkel ha asegurado que su Gobierno "analiza" la situación de sus ciudadanos afectados y adoptará las medidas para defender sus derechos "en coordinación con la UE". "Desde la Cancillería se está haciendo todo lo posible por aclarar la situación de esos ciudadanos", ha indicado.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Marc Ayrault, ha señalado que sería “de sentido común” retirar una medida que, ha denunciado, genera una situación “inaceptable y muy penosa para las personas afectadas”.
Ayrault, que se encuentra de visita en Irán, uno de los países contra los que se dirige la orden ejecutiva, ha querido recordar especialmente a las personas "con doble nacionalidad, franco-iraníes, irano-estadounidenses, que están afectadas por esta situación. Es un choque para ellos, se vive como una herida", ha señalado.
La Unión Europea pide explicaciones
En Reino Unido, la petición en la que se solicita al Gobierno británico que cancele la visita oficial de Trump al país ha superado ya el millón de firmas. La solicitud, iniciada por el ciudadano británico Graham Guest y que tendrá que ser debatida por los diputados, aparece colgada desde este domingo en una web de peticiones al Parlamento.
A pesar de la iniciativa, la primera ministra británica, Theresa May, ha insistido en que la "la invitación ha sido cursada y aceptada" por el nuevo presidente estadounidense y que no se cancelará. May, de hecho, ha sido de las líderes más tibias en las críticas, al señalar durante una visita a Dublín que Londres tiene "un enfoque diferente" a la hora de gestionar la inmigración, mientras que su colega irlandés, Enda Kenny, ha afirmado sin ambages que está en "desacuerdo" con la iniciativa de Washington.
"Estados Unidos es un estrecho aliado del Reino Unido. Trabajamos juntos en muchas áreas de interés común y tenemos una relación especial entre nosotros", ha recalcado la premier británica, inmersa en la gestión del Brexit y que aspira a alcanzar un rápido acuerdo comercial que palie la salida del bloque comunitario.
Por su parte, la Unión Europea ha dicho estar analizando la "orden ejecutiva" de Trump y sus consecuencias, en especial para los ciudadanos comunitarios con doble nacionalidad.
La ONU califica la medida de "malvada"
Desde Naciones Unidas, el responsable de mayor nivel en pronunciarse ha sido el alto comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Husein, que ha calificado la medida de "ilegal" y "malvada". "La discriminación basada en la nacionalidad únicamente está prohibida por el Derecho Humanitario", ha recordado Zeid en un mensaje de la red social Twitter de su oficina.
En la cuenta de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, el alto comisionado, ha recalcado que "el veto estadounidense es también malvado y desperdicia los recursos necesarios para una lucha antiterrorista adecuada".
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha recordado que solo durante esta semana estaba prevista la llegada de más de 800 refugiados a Estados Unidos y estima que unos 20.000 refugiados en circunstancias precarias podrían haber sido reasentados en el país durante los 120 días que cubre la suspensión, basándose en la media mensual de los últimos 15 años.
Al respecto, el alto comisionado para los refugiados, Filipo Grandi, se ha dicho "alarmado" por el impacto del veto temporal y ha subrayado en un comunicado que los "refugiados deben recibir un trato igualitario a la hora de la protección, la asistencia y las oportunidades para su reasentamiento, con independencia de su religión, nacionalidad o raza".
Trump defiende su decisión
Pese a todas las reacciones en contra, el presidente estadounidense se ha reafirmaba este lunes en su decisión a través de su vía favorita, la red social Twitter, donde aseguraba que no es agradable tener que "buscar a terroristas" antes de que entren en el país.
"Solo 109 personas de 325.000 fueron detenidas y retenidas para ser interrogadas", ha señalado, además de culpar de "los grandes problemas en los aeropuertos" a "un apagón informático de Delta [Airlines], los manifestantes y las lágrimas del senador [Charles] Shumer", uno de los participantes en la multitudinaria protesta en Nueva York contra la orden ejecutiva.
En este sentido, el magnate ha sostenido que el secretario de Seguridad Interior, John "Kelly, ha dicho que todo va bien con pocos problemas" y ha remedado su lema de campaña para pedir a los ciudadanos: "Hagamos a Estados Unidos seguro de nuevo".
“No hay nada agradable en buscar a terroristas antes de que puedan entrar en nuestro país“
Trump ha asegurado que "no hay nada agradable en buscar a terroristas antes de que puedan entrar en nuestro país", además de recordar "este [asunto] fue una gran parte de mi campaña. ¡Estudien el mundo!".
En un mensaje posterior, el presidente estadounidense ha argumentado que "si la prohibición se hubiera anunciado con una semana de aviso, los 'malos' se habrían precipitado a nuestro país durante esa semana. ¡[Hay] un montón de 'tipos' malos ahí fuera!".