Polémica en Grecia tras la muerte de tres refugiados en Lesbos por el hacinamiento y el abandono
- Más de 60.000 refugiados y migrantes se hacinan en Grecia
- Tres personas han muerto en una semana por enfermedad y accidentes
- El temporal de nieve y el hacinamiento ha hecho insoportables los campamentos
- Amnistía Internacional: los migrantes "sufren el frío en condiciones horribles"
Un refugiado paquistaní, de 20 años, ha aparecido muerto este lunes en el campamento de acogida de Moria, en la isla griega de Lesbos, en lo que constituye el tercer fallecimiento en este centro a lo largo de la última semana. Otro migrante que compartía tienda con el fallecido ha sido trasladado al hospital gravemente enfermo.
Un portavoz policial ha indicado a Efe que el médico forense que hizo el primer reconocimiento no ha visto indicios de una muerte violenta, por lo que será necesario esperar a los resultados de la autopsia para determinar las causas.
La pasada semana se produjeron ya dos muertes en el mismo campamento: un egipcio de 22 años murió el martes y un sirio de 45 años el sábado. En ambos casos siguen sin haberse podido determinar las causas exactas de la muerte, por lo que se ha ordenado un nuevo examen histológico y toxicológico, para investigar si el fallecimiento se produjo por inhalación de humo o de otros gases.
Muertos por la miseria y el abandono
"Nos preguntamos cuántas muertes hacen falta para que el Gobierno despierte", ha clamado Stavros Theodorakis, líder del partido centrista To Potami. Los de Moria no son los únicos fallecimientos de refugiados en la última semana.
"Miles de personas bloqueadas en Grecia sufren el frío en condiciones horribles, atrapados por el fracaso de la UE en su misión de ofrecerles protección y dignidad", ha dicho en un comunicado Gauri van Gulk, director para Europa de Amnistía Internacional.
Más de 60.000 refugiados y migrantes, la mayoría de Siria, Irak y Afganistán, aguardan en campamentos y refugios en Grecia. El invierno inusualmente frío ha empeorado mucho sus condiciones de vida, especialmente en las islas, donde la situación es de extremo hacinamiento y las autoridades locales se niegan a abrir nuevas instalaciones y exigen el traslado de los inmigrantes a la parte continental.
El miércoles, un iraquí de 41 años murió en un hospital de la isla de Samos tras sufrir una crisis cardiaca en el centro de acogida en el que se encontraba desde comienzos de diciembre junto a su esposa y tres hijos.
Según el periódico Efimerida ton Syntaktón, el refugiado había informado de que padecía de hipertensión y diabetes y de que llevaba un mes sin tomar medicinas.
A ello se añade que en tan solo dos semanas se han registrado además al menos siete intentos de suicidio en ese mismo campamento, cuatro de los cuales se produjeron tan solo el pasado miércoles.