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Análisis

François Fillon, el fin de la carrera hacia el Elíseo

  • El 60% de los franceses cree que el candidato conservador debe dimitir
  • Con el 'Penelopegate' habrá un antes y un después en la ley actual

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Penelope y François Fillon, en una imagen de archivo
Penelope y François Fillon, en una imagen de archivo

Ya nadie cree a Fillon. Nadie piensa que se trata de calumnias, o de un complot o de un golpe de estado institucional para acabar con sus aspiraciones a ser presidente. El 60% de los franceses cree que debe dimitir.

La prensa conservadora, con Le Figaro al frente, ya pone en la mesa candidatos para sucederle en la lucha contra Macron y Le Pen. El presidente del Senado, Gérard Larcher, una figura respetada entre todas las corrientes de Los Republicanos, podría ser quien abordara directamente a Fillon para pedirle que tire la toalla. Cada día que pasa es peor, cada día aumentan las revelaciones y cada día hay menos argumentos para defender al acosado político.

Con el 'Penelopegate' habrá un antes y un después en la ley actual que permite a diputados y senadores a contratar a esposas, hijos, amigos o amantes como asistentes parlamentarios. Lo que ha hecho Fillon no es ilegal, es amoral porque nadie puede confirmar que su mujer haya sido su asistente real y nadie puede aclarar que se haya embolsado casi un millón de euros por no hacer nada.

Una vez más, ha quedado clara la avaricia de los políticos que, como Fillon, llevan 30 años en un puesto oficial (alcalde, diputado, senador, primer ministro) . La "Casta" defiende sus privilegios, redondeando la economía familiar y sorprendiéndose cuando se les reclama una honestidad mínima como al resto de los ciudadanos. Los políticos- todos- hacen y deshacen las leyes que les afectan directamente a su antojo. Son ellos los que fijan esas normas que favorecen el nepotismo, los que admiten vacaciones parlamentarias extensas, escaqueos sin castigo y leyes de embudo que escandalizan a la sociedad.

En medio del escándalo, resulta penoso ver el ataque que Sarkozy y los suyos hacen contra el programa de la televisión pública , "Enviado especial" , que anoche difundió una entrevista de Penelope Fillon de 2007 afirmando que no trabajaba en nada, mucho menos como asistente, y que ahora que los niños eran mayorcitos estaba pensando en volver a la universidad. "Ese programa está pagado con el dinero de todos", afirman los sarkozystas... La acusación habla por sí misma.