Arévalo y Bayona se besan por sus premios: "No podía imaginarlo ni en el mejor de los sueños"
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La gloria de los Premios Goya 2017 ha estado repartida entre dos películas y la hazaña de Emma Suárez, ganadora de dos cabezones en una gala glamurosa y también reivindicativa. "No podía imaginar ni en el mejor de los sueños que iba a pasar esto, no podemos estar más felices", ha dicho Raúl Arévalo en la sala de prensa, donde ha besado en la mejilla a J.A. Bayona al cruzarse con él. "¡Enhorabuena!", le ha felicitado emocionado el director de Tarde para la ira (cuatro Goya, entre ellos Mejor Película), una cinta que cuenta con la participación de TVE.
El creador de Un monstruo viene a verme (nueve Goya) ha asegurado que está "muy contento" por el éxito de Raúl y ha reconocido que una vez más se le resiste el premio a la mejor película. Pero "así nos queda algo por hacer", ha matizado sonriente. Bayona, que ha seguido la gala nervioso -incluso se le ha visto en su butaca tomando una tila que le dio Dani Rovira- está feliz con sus premios porque ha sido "una película muy difícil de hacer y de contar".
"¿No os parece increíble? ¡Estoy tan feliz!", gritaba por su parte una emocionadísima Emma Suárez mientras seguía las indicaciones de los fotógrafos en el posado de su victoria. Lo hacía con un Goya en cada mano, uno como mejor actriz por Julieta y otro como mejor actriz de reparto por La próxima piel. "Esto significa que merece la pena seguir luchando por nuestros sueños", ha matizado.
Roberto Álamo, mejor actor por Que Dios nos perdone, ha dedicado su premio a todos aquellos compañeros que no pueden vivir de la profesión (solo un 8% lo hace, según han repetido varios actores durante la ceremonia).
"Uf, lo he pasado mal, agradecer los premios no se me da bien", ha revelado el mejor actor de reparto, Manolo Solo, que llegaba muy nervioso a la alfombra y que, aunque lo llevaba preparado, se ha atascado con su discurso: "Estoy todo el día en un sinvivir", ha confesado a RTVE.es. Nervios también desprendía la mejor actriz revelación, Anna Castillo. "Estoy más tranquila, me he tomado un 'Moet'", ha asegurado una vez había reposado la noticia que, dice, no entenderá hasta mañana.
Un grito por la profesión y por las mujeres
El glamour, la emoción y la alegría que cada año trae la cita del cine español ha sido palpable tras los focos de la gala, pero también ha habido alguna dosis de lamentos y reivindicaciones para defender la profesión y el hueco de la mujer en ella.
Ana Belén, una de las más elegantes en una alfombra en la que han brillado el blanco y los tonos claros, ha dicho en su discurso por su Goya honorífico que "la situación laboral de las mujeres en el cine es pavorosa".
Poco antes, en la alfombra, Cuca Escribano (Acacias 38, El Ministerio del Tiempo) confesaba que "este es el primer año de muchos" en el que no ha hecho cine". Penélope Cruz ha lamentado que a ella con "veintipocos" años ya le preguntaban si no le preocupaba qué iba a hacer según sumaba años.
Cine para Rajoy "desde el cariño"
Con Trump y la reclamación de la bajada del IVA cultural en un segundo plano, los dardos políticos de esta edición se han dirigido sobre todo a Mariano Rajoy por sus declaraciones de que no va al cine. Para Penélope Cruz es “alucinante”, para Bárbara Lenny “triste” y para Carmen Machi “terrible”. Eduard Fernández cree que el presidente del Gobierno podría haber sido “más elegante” y J.A. Bayona, que sabe que “no se puede obligar a nadie a ver una película”, le pide “compromiso”. “Desde el cariño” y “sin reproches” Daniel Sánchez Arévalo directamente le ha enviado al jefe del Ejecutivo "un paquete con tres películas": Tarde para la ira, El hombre de las mil caras y Azuloscurocasinegro.
El ministro de Educación Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, o los líderes de Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida también han asistido a la gala. Iglesias ha vuelto a ponerse un esmoquin, “Yo no visto así, pero un día al año no hace daño”, ha dicho el líder de la formación morada, que ha explicado que lo hace “por respeto a los trabajadores de la cultura”.
La alfombra comenzaba a las 18.43 con unos minutos de retraso y con caras poco conocidas pero que merecían mucho recorrerla: los nominados por los cortometrajes, maquillaje y peluquería, efectos especiales, montaje…, ausentes otros años pero que hoy, tras reclamar su hueco, han abierto este escaparate del cine español.