Sarkozy irá a juicio por la supuesta financiación ilegal de su campaña de 2012
- También comparecerán otros 13 acusados
- El partido de Sarkozy pudo sobrepasar la financiación permitida en campaña
- El expresidente francés ha anunciado que recurrirá
El expresidente francés Nicolas Sarkozy irá a juicio por la presunta financiación irregular de la campaña que le llevó al Palacio del Elíseo en 2012, en el conocido como caso Bygmalion.
El juez que instruye la investigación sobre los gastos del candidato conservador a la reelección ese año considera que Sarkozy, imputado en el caso, debe comparecer en el tribunal junto a otros 13 acusados, según France Info y otros medios locales, así como la agencia Afp.
Uno de los magistrados que instruye el caso ha determinado que existen suficientes elementos para que Sarkozy sea procesado, lo que puede convertirle en el segundo jefe de Estado francés que pasa por los tribunales tras dejar el cargo, después de que lo hiciera su antecesor y correligionario Jacques Chirac.
Sarkozy recurrirá la decisión
El letrado de Sarkozy, Thierry Herzog, ha anunciado que su cliente va a recurrir la decisión y ha destacado en un comunicado que sólo uno de los dos jueces instructores la ha avalado, un hecho "muy poco habitual" que, a su juicio, "ilustra la inanidad de la decisión".
El abogado ha recordado que su cliente ya pagó una multa después de que el Consejo Constitucional señalara en julio de 2013 que superó el límite de gasto permitido.
Sarkozy pagó entonces 363.615 euros de su propio bolsillo, mientras que, a través de una cuestación lanzada a los militantes y simpatizantes de su partido, recaudó los casi 12 millones de euros que le había pagado el Estado como gastos de campaña y que el Constitucional le impuso devolver.
Herzog ha considerado "fantasiosa" la cifra de 42,8 millones de euros que la acusación considera que costó la campaña de Sarkozy en 2012.
Facturas falsas para el partido de Sarkozy
El denominado caso Bygmalion, que debe su nombre a una empresa que emitió facturas falsas por unos 18,5 millones de euros para que la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Sarkozy (rebautizado ahora como Los Republicanos), asumiera gastos que en realidad iban destinados a financiar la campaña.
Los magistrados sospechan que los responsables de la campaña crearon ese sistema fraudulento para cargar a la UMP parte de los gastos electorales con el objetivo de no superar los 22,5 millones permitidos por la ley y tratan de aclarar el papel que Sarkozy pudo tener en la elaboración de esas facturas.
El líder conservador ha reiterado en diversas ocasiones que no había oído el nombre de Bygmalion hasta tiempo después de esa campaña, y alega también que en ese periodo él no se ocupaba de los detalles porque debía dedicarse a gobernar, dado que era presidente en funciones.