El mundo de Trump o la América hastiada del liderazgo global
- El nuevo presidente de Estados Unidos apunta a una política aislacionista
- Refleja el sentir de sus votantes, cansados de sostener el orden liberal global
- Muchos estadounidenses sienten que no obtienen beneficios de esa implicación
Es ya un lugar común afirmar que el presidente de Estados Unidos debería ser elegido por los ciudadanos del resto del mundo, puesto que, supuestamente, tiene más poder hacia fuera que hacia dentro del país. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca apunta a un repliegue de la política exterior estadounidense, un giro hacia el aislacionismo que reflejaría los anhelos de sus casi 63 millones de votantes y, en última instancia, el hastío de los estadounidenses por ser la primera potencia mundial.
Así al menos lo han señalado los expertos reunidos este martes en Madrid por el Real Instituto Elcano para un debate que pretendía desentrañar la incertidumbre que rodea el mandato de Trump y sus posibles movimientos en la esfera internacional, que por ahora sugieren una senda unilateral, frente a la multilateralidad que promovía su antecesor, Barack Obama.
“En el Medio Oeste, los estadounidenses están exhaustos de asumir el compromiso de sostener el sistema internacional, sin recibir los beneficios“
"En el Medio Oeste, los estadounidenses están exhaustos de asumir el compromiso de sostener el sistema internacional, sin recibir los beneficios", explicaba Steve Clemons, editor de The Atlantic, revista fundada en 1857 que solo ha respaldado a tres candidatos a la presidencia de Estados Unidos desde entonces: Abraham Lincoln, Lyndon B. Johnson y Hillary Clinton, lo que demuestra hasta qué punto consideran a Trump una amenaza para el país.
"No minimicemos todo esto a un presidente extraño, está pasando algo mucho más amplio", abundaba Ulrich Speck, especialista en política exterior europea del propio Instituto Elcano: "Estados Unidos está agotado de ese papel que desempeñó en la Guerra Fría. Era un papel desproporcionado y los estadounidenses quieren volver a tener un país más normal".
El sistema liberal global, en cuestión
En cualquier caso, ese repliegue de Estados Unidos, unido al movimiento en la misma dirección que supone el Brexit en Reino Unido, ponen en cuestión el sistema liberal que ha regido el orden global en las últimas décadas, lo que coloca al mundo ante una nueva perspectiva por el ascenso de Rusia y China.
"¿Qué va a hacer Trump en caso de una crisis? Esa es una de las preocupaciones, conocer cuáles son sus impulsos", señalaba Speck, que no veía probable el acercamiento entre el Washington de Trump y el Moscú de Vladímir Putin, aunque solo sea porque este necesita a Occidente como enemigo.
“Me parece una mala idea jugar la carta rusa para contener a China“
Tampoco ve futuro a esa opción Paul Isbell, investigador internacional asociado al Instituto Elcano: "Me parece una mala idea jugar la carta rusa para contener a China, hay muchos factores que minarían el posible éxito".
Porque China se configura como el gran rival y, por el momento, el gran beneficiado de los erráticos primeros pasos de Trump en el ámbito internacional, como la tensa conversación que mantuvo con el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, que acabó bruscamente cuando el nuevo inquilino de la Casa Blanca le colgó el teléfono al líder de uno de sus más sólidos aliados en el Pacífico.
Cara a cara con China
Clemons ha explicado que Trump percibe a China "como una amenaza", aunque cree que no ha comprendido por completo la relevancia del Tratado TransPacífico, al sacar al país del pacto sin tener en cuenta que, más que un acuerdo comercial, era una manera de "respaldar a los aliados" en la región ante el ascenso chino.
Para el nuevo presidente de Estados Unidos, es más relevante proteger los empleos industriales, los trabajos de aquellos que le han aupado a la Casa Blanca, que las consideraciones geopolíticas.
“Se dicen: '¿Por qué desempeñamos ese papel en el mundo? Hace que nuestras vidas sean peores'. Esa es la clave“
"La gente de Misuri, de Alabama... son la columna vertebral de la cultura estadounidense. Tras la crisis financiera de 2008, sienten que el esfuerzo militar es agotador y que no supone un beneficio para el país. Se dicen: '¿Por qué desempeñamos ese papel en el mundo? Hace que nuestras vidas sean peores'. Esa es la clave", remarcaba Clemons.
Sin embargo, abandonar el trono de primera potencia tendría consecuencias: "Es obvio que China se está beneficiando", ha comentado Speck, que ha recalcado que abandonar el orden global a un liderazgo chino "es una opción incómoda para el sistema liberal".
La reacción europea
Isbell ha ratificado que se trata de un momento crucial para el mundo: "Tengo la sensación de que la historia va a cambiar", ha comentado, si bien ha advertido de que todavía hay muchas incógnitas: "Tomarse a Trump literalmente es simplista, la crítica tradicional no funciona con él".
“Creo que debemos calmarnos, no es que el mundo se esté derrumbando“
Con todo, Speck llamaba a rebajar el pesimismo: "Creo que debemos calmarnos, no es que el mundo se esté derrumbando", señalaba el especialista alemán, quien, desde el punto de vista europeo, instaba a "esperar lo mejor y prepararnos para lo peor" de la era Trump.
Para empezar, porque Estados Unidos sigue necesitando a sus socios internacionales, pese a todo: "Si la Administración Trump quiere conseguir algo en el ámbito internacional, debe comprometerse con sus aliados", ha indicado.
En este sentido, ha señalado que la Unión Europeay "luchar por mantener la OTAN, el tratado con Irán... No solo debemos mirar a la serpiente y atemorizarnos, hay muchas cosas que podemos hacer, sin fijarnos tanto en Trump".