El socialdemócrata Steinmeier, elegido nuevo presidente de Alemania
- Logra los votos de 931 de los 1.253 delegados de la Asamblea Federal
- Este órgano se reúne cada cinco años para designar al jefe del Estado
- Steinmeier, candidato de la coalición del Gobierno, sustituye a Gauck
El socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, exministro de Asuntos Exteriores y candidato de la gran coalición de gobierno en Alemania, ha sido elegido este domingo presidente del país por mayoría absoluta en la Asamblea Federal, ante la que ha pedido "valor" para defender la democracia en tiempos difíciles.
"Estoy convencida de que será un presidente magnifico y de que no sólo tiene el apoyo de la gran mayoría de la Asamblea que votó por él, sino también de la mayoría de los alemanes", ha afirmado por su parte la canciller, Angela Merkel, sobre uno de los políticos mejor valorados del país y que en un principio no era su candidato.
La candidatura de Steinmeier, que sustituirá en el cargo al hasta ahora jefe de Estado, Joachim Gauck, ha sido apoyada en primera votación por 931 de los 1.253 delegados de la Asamblea, órgano que se reúne cada cinco años para designar al jefe del Estado y que está formado por los diputados del Bundestag (cámara baja) e igual número de representantes de los estados federados.
La única sorpresa en la votación ha sido el número de abstenciones, 103, una cifra elevada en la que, según diversos analistas políticos, se incluyeron miembros de las filas conservadoras que se resistieron a votar por un socialdemócrata y también varios delegados de Los Verdes.
Siguiendo una costumbre de la mayoría de sus antecesores, Steinmeier agradeció el voto a quienes le apoyaron y prometió a los que no lo habían hecho que trabajaría para ganarse su confianza.
De la diplomacia a la Presidencia
De 61 años, cordial y a la vez serio, Steinmeier se ha reafirmado sobre todo en su segunda etapa como jefe de la diplomacia alemana como experto en situaciones de crisis e infatigable anfitrión de citas internacionales, con Ucrania como gran foco de atención.
A finales de enero transfirió Exteriores al líder del SPD y vicecanciller Sigmar Gabriel, sin haber logrado la estabilización de ese conflicto pese a sus múltiples gestiones mediadoras entre Moscú y Kiev y en un contexto global enrarecido por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Como presidente deberá seguir ejerciendo de árbitro, ahora en un cargo al que se atribuye neutralidad y cierto carácter de autoridad moral, tras haber sido un ministro leal a Merkel, pese a haber sido su rival en las elecciones generales de 2009.
Antes había sido una especie de hombre invisible al servicio del anterior canciller, su correligionario Gerhard Schröder, a cuya sombra ascendió a lo largo de 15 años de trabajo en común.
Asesor de Schröder
Nacido el 5 de enero de 1956 en Detmold (centro del país), Steinmeier ingresó en el SPD en 1975, pero no hizo carrera en la formación hasta convertirse en 1991 en asesor de Schröder, por entonces primer ministro del "Land" de Baja Sajonia.
Desde ese puesto pasó al de secretario de Estado de la Cancillería y en julio de 1999 pasó a ser jefe del departamento, un puesto clave, ya que dirige el gabinete del jefe del Gobierno.
Fue desde esta discreta posición uno de los políticos más poderosos de la era Schröder, encargado de coordinar el conjunto de la política gubernamental y "organizador" de la Agenda 2010, el plan de reformas sociales del entonces canciller.
Con la derrota electoral de su mentor en 2005, saltó al puesto de ministro de Exteriores de la gran coalición liderada por Merkel.
Ministro perfecto para Merkel
Pocos le veían capaz de hacer olvidar a su antecesor, Joschka Fischer, el líder verde que revolucionó Exteriores. En lugar del talante rompedor de aquel se convirtió en el ministro perfecto para Merkel, ansiosa de mostrar una Alemania igual de poderosa que la de Schröder, pero menos arrogante y más conciliadora.
Al cargo de Exteriores se sumó el de vicecanciller, en noviembre de 2007, por la dimisión de su correligionario y ministro de Trabajo, Franz Müntefering.
A partir de ahí Steinmeier apretó el acelerador tanto respecto a Merkel como al entonces presidente del SPD, Kurt Beck, mucho más abierto hacia el ala izquierda del partido que él, adscrito al centrismo de Schröder.
Beck habría sido el aspirante a recuperar el poder para el SPD en 2009, de no haber sido por el golpe de mano perpetrado a dúo por Steinmeier y Müntefering, asimismo hombre de Schröder.
Arrinconó a Beck y asumió la lucha por la Cancillería, para acabar hundiendo al SPD en su récord a la baja en unas generales.
Su partido quedó en la oposición, con Steinmeier como líder en el Bundestag (Parlamento), en una legislatura en la que Merkel recuperó como socio a su aliado natural, Partido Liberal (FDP).
En las generales de 2013, los liberales quedaron degradados a la posición de extraparlamentarios, a lo que siguió la segunda gran coalición de Merkel, con Steinmeier de regreso en Exteriores.
En lo privado, Steinmeier responde al perfil de solidez que tanto aprecian sus compatriotas: está casado desde 1995 con la jurista Elke Büdenbender, a la que hace siete años donó un riñón para un trasplante, y con la que tiene una hija.