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La era Trump

Trump esquiva las preguntas sobre la dimisión de su asesor de seguridad y carga contra las "filtraciones ilegales"

  • El presidente de Estados Unidos ignora las cuestiones de los periodistas
  • Trata de poner el foco en las filtraciones, que a su juicio son "la verdadera historia"
  • La Casa Blanca aclara que Trump pidió la dimisión de Flynn por falta de confianza

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Donald Trump con el asesor dimitido, Michael Flynn, en una imagen de archivo
Donald Trump con el asesor dimitido, Michael Flynn, en una imagen de archivo.

El presidente de Estados Unidos, Estados UnidosDonald Trump, ha esquivado varias preguntas de los periodistas sobre la renuncia de Michael Flynn como su asesor de seguridad nacional, al tiempo que cargaba contra las "filtraciones ilegales" que han sacado a la luz numerosos detalles sobre sus primeras semanas de mandato.

Trump ha asistido a una reunión sobre educación en la Casa Blanca y ha evitado responder a las preguntas de los periodistas sobre la dimisión de Flynn, anunciada este lunes, que ha provocado la primera gran crisis de su Administración.

Poco antes de esa reunión y en un aparente intento de desviar la atención de la polémica sobre Flynn, Trump ha recurrido a Twitter para referirse, a su juicio, a la "verdadera historia" que debería estar circulando en la prensa.

"La verdadera historia aquí es: ¿Por qué hay tantas filtraciones ilegales saliendo de Washington? ¿Estarán ocurriendo esas filtraciones mientras lidio con Corea del Norte, etc?", ha tuiteado Trump.

Contactos con el embajador ruso

Flynn, un general condecorado que asesoró a Trump en política exterior durante su campaña, mantuvo conversaciones con el embajador ruso en Washington, Serguéi Kislyak, durante el periodo de transición entre el Gobierno del expresidente Barack Obama y el actual, e incluso antes de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.

Algunas de esas llamadas telefónicas fueron interceptadas y, según las transcripciones, Flynn y el embajador ruso hablaron de las sanciones contra el Kremlin que el expresidente Obama impuso antes de dejar la Casa Blanca como represalia por la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses.

Mientras los rumores sobre el contenido de esas llamadas recorrían los despachos de Washington, Flynn aseguró al vicepresidente Mike Pence, así como a otros altos cargos del gobierno, que con Kislyak no había hablado de las sanciones contra Rusia.

Sin embargo, las conversaciones fueron grabadas por el FBI y el diario The Washington Post revelaba este lunes que el Departamento de Justicia advirtió a la Casa Blanca de que Flynn había mentido a sus superiores: sí había hablado de las sanciones con el embajador ruso. La revelación precipitó la dimisión del asesor, que ha admitido haber ocultado los contactos: "Facilité inadvertidamente al vicepresidente y a otros información incompleta en relación con mis conversaciones telefónicas con el embajador ruso".

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Pese al silencio de Trump al respecto, otros líderes políticos si han valorado la polémica, como el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, que ha asegurado en una rueda de prensa que el presidente ha hecho "lo correcto" al pedir la renuncia de Flynn.

Ryan ha argumentado que no se puede tener a un asesor de seguridad nacional "que engañe al vicepresidente y a otros", si bien su relato difería de la versión inicial de la Casa Blanca, que había dicho que la decisión de dimitir partió del propio Flynn. Posteriormente, el portavoz presidencial, Sean Spicer, ha aclarado que Trump pidió la dimisión de Flynn porque perdió la confianza en él.

Spicer ha detallado que Trump sí fue informado por el Departamento de Justicia al respecto desde el principio -en concreto, el 26 de enero- y, aunque concluyó junto con su equipo legal que no hubo ninguna violación de la ley por parte de Flynn, decidió pedirle la renuncia por una "cuestión de confianza".

El portavoz ha señalado que, después de evaluar el asunto, el nivel de confianza en su asesor "se erosionó" hasta el punto de que el presidente sintió que "tenía que hacer un cambio".

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Los demócratas reclaman una investigación

En cualquier caso, los demócratas en el Congreso están exigiendo que se abra una investigación sobre los contactos de asesores de Trump con Rusia durante y después de la campaña electoral. "El pueblo estadounidense merece conocer el alcance total del control político, financiero y personal de Rusia sobre el presidente Trump y lo que eso significa para nuestra seguridad nacional", ha subrayado en un comunicado la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Ryan, por su parte, ha eludido comentar si considera necesaria una investigación y, hasta ahora, los republicanos han rechazado establecer un comité independiente y bipartidista para indagar en las conexiones de Trump y su equipo con Rusia.

No obstante, algunos senadores republicanos se han manifestado a favor de investigar las conexiones de Trump y Rusia, así como de que Flynn testifique en el Congreso, mientras que otros legisladores conservadores están insistiendo, al igual que el presidente, en el problema de las filtraciones.

Esas filtraciones han revelado detalles muy precisos sobre la vida de Trump en la Casa Blanca y las tensiones entre miembros de su equipo, así como el contenido de conversaciones telefónicas del presidente con otros líderes mundiales.