Delpozo, la costura como concepto espiritual
- El pintor József Rippl-Rónai y el escultor Max Bill, fuentes de inspiración
- Font crea volúmenes circulares y bordados inspirados en el vuelo del colibrí
- Destacan los jerséis de punto con capuchas y las hebillas circulares
- Font cumple cinco años al frente de la casa española Delpozo
Hace cinco años que Josep Font emprendió un nuevo camino y se enfrentó al gran reto de tomar las riendas de la casa fundada por Jesús del Pozo para hacer de ella una firma global. Hoy, tras diez colecciones, nueve de ellas presentadas en la Semana de la Moda de Nueva York, puede decir que lo ha conseguido.
Viste a estrellas del cine y la música, la última ha sido la cantante Rihanna, una mujer influyente y poderosa, un icono del momento, y tiene tiendas propias en Madrid y Londres a las que se unirá una tercera en Dubái.
La nueva colección, la décima en Delpozo, pega un giró estético y se desmarca de las anteriores, utilizando nuevas siluetas y una carta de tejidos potente, marcada por el color y la riqueza tranquila de su adn.
Dice Font que se ha inspirado en la pintura de József Rippl-Rónai y en las esculturas de Max Bill. Del húngaro ha tomado prestados sus colores tranquilos: negros medianoche, burdeos y verdes oscuros, un azul noche y un masculino castaña.
A ellos suman, en jugoso contraste, un azul Klein, un naranja Balenciaga, marfil, ámbar y un amarillo suave que Font reserva para el final.
Es una paleta intensa pero a la vez serena, como las escenas cotidianas del pintor. Una paleta perfecta para las prendas de patrón amplio y los volúmenes escultóricos que recuerdan a las obras de Bill.
Font, igual que el suizo, logra hacer esculturas con materiales potentes pero que trasmiten una sensación de ligereza, de ingravidez. Los pliegues se acentúan con intencionalidad y las mangas, redondeadas, aportan una suave sensualidad rozando el cuerpo de la mujer.
Se adivina un ligero viaje a los revolucionarios años sesenta, cuando los diseñadores, influidos por la carrera espacial y los gritos de libertad que pedía la calle, cambiaron las reglas de la moda, haciendo del vestir una forma de expresión.
En esos años, inspirados por las formas de las naves espaciales y los planetas, predominaban las formas esféricas y Font, como en un guiño a esa década prodigiosa, utiliza el compás para dibujar capuchas, hombros y las hebillas, que cumplen su función pero además decoran hombros y cinturas.
Las prendas de día conviven en armonía con los diseños enfocados a las citas especiales. La silueta tulipa destaca por su rotundidad y belleza, y también llaman la atención los jerséis de punto con capuchas, algunas bordadas recreando el vuelo de un colibrí.
No es el único detalle de autor. Las prendas de punto, en lana merino, se bordan imitando el reflejo de las escamas de los peces, distorsionadas por el movimiento del agua. Como estampado vemos un arreglo floral abstracto sobre organza que irrumpe con fuerza entre los demás tejidos en lisos.
Aunque hay guiños a la pintura y la escultura, esta colección es poesía porque liga la estética a la espiritualidad, los tejidos a las sensaciones, los colores a la emociones, las volúmenes al alma.