Devota&Lomba explora los códigos de la sastrería
- Lomba traslada la sastrería tradicional a toda la colección
- Tejidos masculinos y tonos neutros marcan la propuesta
- Destacan los detalles orientales y la arquitectura de las prendas
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Nada más entrar en el vestuario de Devota&Lomba llama la atención la paleta de colores escogida y las prendas, recias, que te trasladan a una tienda de Savile Row. El modisto explora los límites de la sastrería tradicional trasladando conceptos a las prendas femeninas y adaptando otros a sus piezas para chico.
Hacía cuatro temporadas que no presentaba ropa de hombre y ya tenía ganas. Esta línea es fruto de la colaboración con el camisero Carlos Córdoba y el sastre Carlos Duarte y se siente muy orgulloso de ella.
Lanas cashmere y merino y franelas construyen prendas para ellos y ellas. Algunas son clásicas, como los trajes de chaqueta con dos botones, pero otras tienen cierto aire oriental que se nota en los cinturones tipo batín que cierran las chaquetas.
Del lejano oriente llegan también los patrones quimono y las mangas japonesas. “Mi primera idea fue utilizar la sastrería para la colección de mujer pero luego fue surgiendo el hombre”, dice.
Un hombre atrevido que lleva prendas especiales, como los abrigos en plástico transparente, que resultan muy atractivos y permiten juegos de superposiciones de color y textura. El punto es artesanal y va muy estructurado y es fruto de la colaboración con una joven creadora.
Los tejidos citados son muy invernales pero hay prendas, como los vestidos sin mangas, que se saltan las estaciones buscando ese uso intemporal, de largo recorrido. Casi todas funcionan bien de día y de noche, otro de los aciertos para seducir a los clientes.
Concha Velasco estaba en la primera fila porque se ha rodado un cortometraje con la modelo Marta Ortiz que habla de los sueños que a fianl se cumplen, de los deseos y los anhelos. De todo eso hay mucho en la moda.