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La guerra de Siria protagoniza el G20 a pocos días de las conversaciones de paz en Ginebra

  • Primera cita en la era Trump de los países que apoyan a la oposición siria
  • Tillerson también se reúne por primera vez con su homólogo chino
  • El representante mexicano expresa a EE.UU. su rechazo al muro de Trump

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Los responsables de Exteriores estadounidense Tillerson, alemán Gabriel y turco Casuvoglu, reunidos en Bonn por el G20
Los responsables de Exteriores estadounidense Tillerson, alemán Gabriel y turco Casuvoglu, reunidos en Bonn por el G20

A la sombra del nuevo jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Rex Tillerson y a la mesa de la reunión de Exteriores del G20 en Bonn, Alemania, los países que apoyan a la oposición siria, occidentales y árabes, se han citado por primera vez desde que Donald Trump asumiera la presidencia.

Amparados por la disposición de Washington, se muestran tranquilos sobre las futuras medidas respecto al conflicto sirio. El encuentro tiene lugar pocos días antes de las conversaciones de paz en Ginebra que reunirán a los contendientes de esta guerra, Gobierno de Damasco y opositores.

Francia y Alemania se han alineado: "Parece que, claramente, queremos en cualquier caso una solución política en el marco de la ONU", ha apuntado el anfitrión alemán, Sigmar Gabriel, que también se estrena como Tillerson en la cartera de Exteriores. "Es importante y necesario un estrecho diálogo con los Estados Unidos, hemos coincidido todos", subraya su homólogo francés Jean-Marc Ayrault.

El punto común de los participantes ha sido reconocer la necesidad que Al Asad deje de calificar a los opositores como "terroristas", y para ello, se ha pedido unánimemente la mediación de Rusia, "si no, en Ginebra no habrá diálogo", ha advertido Ayrault.

Según fuentes citadas por AFP, Tillerson ha sido muy claro sobre la urgencia de enviar un mensaje a Moscú: "No habrá cooperación militar con Rusia mientras no se distancien de la posición de Damasco respecto a la oposición".

El muro con México

Otro encuentro bilateral, breve, ha sido el del secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, con Rex Tillerson. El mexicano ha reiterado este viernes que su país no va a moverse "un milímetro" en su negativa a financiar el muro anunciado por Donald Trump en la frontera.

No obstante, Videgaray sí mostró la disposición del Gobierno mexicano a dialogar con su vecino del norte para lograr una relación positiva y mutuamente beneficiosa. Hay entre Washington y México D.F. "diferencias públicas y notorias" que los gobiernos aún no han podido resolver y "posiciones en las que México no está dispuesto a ceder ni un milímetro", ha subrayado.

Miles de personas han salido este domingo a las calles de distintas ciudades mexicanas para expresar su repudio al presidente de EE.UU., Donald Trump, y sus políticas contra México, en una muestra de unidad nacional que también ha incluido críticas contra el Gobierno del país. La marcha, en la que participaron muchas familias y la mayoría vistió de blanco, fue convocada por las redes sociales con el emblema de "#VibraMéxico" en Ciudad de México, Mérida (Yucatán), Villahermosa (Tabasco), Guadalajara (Jalisco), Monterrey (Nuevo León), Hermosillo (Sonora), Colima (Colima), León e Irapuato (Guanajuato) y Morelia (Michoacán).

Videgaray ha reconocido que en todos los encuentros que mantuvo con sus colegas del G20 salió a reducir las tensiones de su país con EE.UU. desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, por el "precedente" que sientan en relación a "cómo interactúa el Gobierno de EE.UU." con otros países.

Asimismo, el resto de naciones aguarda expectante al posible impacto que estas tensiones puedan tener en la relaciones comerciales, algo sobre lo que Videgaray trató de tranquilizar a sus homólogos en Bonn destacando el objetivo mutuo de mantener un "diálogo constructivo".

El secretario de Relaciones Exteriores ha indicado que México no ha visto un incremento en el número de repatriados a su país en las últimas semanas y aseguró que el Gobierno cuenta con programas para atenderlos.

La China de Xi Jinping y los EE.UU. de Trump

Tillerson también se ha entrevistado este viernes con el representante de Chinaen el primer encuentro cara a cara entre representantes de alto nivel de las dos mayores economías desde la llegada a la Presidencia de Donald Trump.

La cita abordó "cuestiones bilaterales" y "materias de interés mutuo", según la agencia de noticias china Xinhua. Mark Toner, portavoz de la Secretaría norteamericana de Estado, explicó tras el encuentro en un comunicado que los dos diplomáticos "debatieron esfuerzos para hacer avanzar la cooperación bilateral a la vez que se confrontan las diferencias de una manera constructiva".

Tillerson, según el portavoz estadounidense, destacó asimismo el "riesgo creciente" que supone el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte y exigió a Pekín, su único aliado, emplear "todos los instrumentos disponibles" para moderar la "conducta desestabilizadora" de Pyongyang.

Taiwan, el tercero en discordia

El encuentro se entiende como un primer acercamiento entre las dos potencias tras los desencuentros iniciales, provocados por las críticas del republicano al gigante asiático por su política comercial y, especialmente, por la llamada telefónica que mantuvo Trump al poco de ganar las elecciones de noviembre de 2016 con la presidenta de Taiwan, Tsai Ing-wen.

Esta comunicación dio a entender que Washington ponía en duda la política de "una sola China" que mantenía desde 1979, por la que sólo reconoce como interlocutor a Pekín y no mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, isla que los chinos consideran una provincia rebelde.

El presidente estadounidense Donald Trump ha declarado a su homólogo chino, Xi Jingping, que respetará el principio de una sóla China. Ha sido en una conversación telefónica, la primera entre ambos desde su investidura. La conversación ha sido descrita por ambos líderes como "cordial" y los dos han deseado también lo mejor a sus respectivos pueblos. Además, "han extendido invitaciones para visitar sus respectivos países" y han mostrado interés por "próximas conversaciones con resultados muy exitosos".

No obstante, el presidente de EE.UU. y su homólogo chino, Xi Jinping, mantuvieron semanas después una conferencia telefónica conciliadora en la que abogaron por empezar de nuevo y sentaron las bases para este primer encuentro entre Tillerson y Wang.

El Ministerio chino de Exteriores, al anunciar la cita, destacó el interés de Wang por "enviar señales positivas en apoyo del multilateralismo", de la "gobernanza global" y en favor de "una economía global abierta e inclusiva".