Kase.O, el triunfo incontestable del rey del rap español
- Tras dominar el rap español y desaparecer durante años, Kase.O vuelve con fuerza
- El rapero zaragozano presenta disco El círculo con llenos por toda España
- Un directo impecable y polícromo en el que los clásicos fueron los más celebrados
Prometiendo “mente, corazón, garganta y estómago”, Kase.O ha vuelto a los escenarios con un directo redondo como el título con el que regresó a la escena después de años de retiro, El Círculo.
“Gracias por predecir el futuro para saber que estaríais aquí, gracias por ser gente viva. Llegó ese día que estabais esperando”, anunciaba Javier Ibarra (alias Kase.O, alias Javat, alias Javato Jones) en los primeros instantes del concierto. Y así pareció sentirlo su gente, que respondió aplaudiendo cada canción como si fuese a ser la última -y eso que fueron no menos de 25.
Son ya varias las generaciones que han crecido escuchando a Kase.O desde que Violadores del Verso (grupo del que forma parte junto a Lírico, Sho Hai y R de Rumba) publicase en 1999 su primer disco, Genios, precedido de varias maquetas que son elemento fundamental del género en español. Así lo rezaba su sudadera, "Genios 99", y así quedó patente en el espectro de edad de la audiencia.
Por ello y por los años que llevaba sin presentar material nuevo en directo, el grado de expectación era incalculable. Pero, a juzgar por las expresiones de felicidad de las más de 2000 personas que abarrotaron La Riviera de Madrid por segunda noche consecutiva, se confirma que Kase.O ha vuelto para reclamar su corona -si es que alguna vez la perdió- en el rap español.
"Kase.O ha vuelto al ejercicio"
La "Intro" de El círculo y "Esto no para" fueron dos auténticos cañones para empezar, después de que Momo, el mc de apoyo de la gira, hubiera cumplido a la perfección con su condición de telonero, dejando al público dispuesto y con ansias de más.
Y el directo siguió el orden del disco con "Yemen", "Triste" y "Guapo tarde", para después subir el nivel un punto más con dos clásicos: "Pura Droga" (2006) y "Ninguna chavala tiene dueño" (2001), que han envejecido a la perfección y que dejaron la sensación de que aún hay que dar años a El Círculo para que llegue a entrar en la vida de la gente como lo hizo su material anterior.
Con la romántica "Amor sin cláusulas" llegó un momento para el respiro y casi un punto de inflexión. Las depresiones, los sufrimientos y la edad han llevado a Ibarra a dejar de lado el papel de rapero competidor para mostrar una versión de sí mismo mucho más afable y suavizada.
"Quiero que aprovechéis el momento para darle un abrazo a la gente con la que habéis venido. Amaos, no os cortéis", animaba el zaragozano, que mantenía su vena sentimental y sensible para dedicar la crudísima "Billete de ida y vuelta a la tristeza" a los afectados "por el conflicto sirio, por la crisis económica, a los enfermos y a todo aquel que sufre".
"Hoy van a bailar hasta los guapos"
Apenas se había cumplido un tercio del concierto y se produjo un momento inesperadamente mágico. Tras pedir permiso para interrumpir la actuación por un defecto técnico en el sonido -que debió notarse más dentro del escenario que fuera de él-, Kase.O, R de Rumba y Momo se ausentaron durante más de 15 minutos. Pero la entrega del público era tal que no solo esperó con paciencia y sin protestas, sino que se arrancó con "Cantando", uno de los grandes himnos del repertorio, que retumbó en el recinto ajena al silencio sobre la tarima. "No voy a olvidar esto en mi vida, voy a intentar compensarlo", decía Javat emocionado en su regreso al micrófono.
Tras un "Chúpala" reconvertido a grito contra el fascismo y el racismo, una frenética "Cúpula" y "Pavos Reales", ésta de su último trabajo, llegó la faceta más festiva del MC zaragozano. "Hoy van a bailar hasta los guapos, esos que nunca bailan", decía Kase.O. Y no les debió quedar otra que hacerlo con una versión de "Boogaloo/Tarántula" favorecida por un riddim ragga/dancehall y la posterior "No sé qué voy a hacer", la más "bailonga" de El círculo, con la que Javat se movió cual palmera que se dobla, pero aguanta el huracán.
Antes de una primera y breve despedida, llegó el momento de confirmar esa nueva personalidad del rapero zaragozano. El humor, el amor, el baile y el sexo se entrelazaron y fundieron en una historieta que sirvió de hilo conductor para la rumbera "Mazas y catapultas" y la erótica "Mitad y mitad", que bien hubiera valido como cierre.
Pero volvió y el primer bis no pudo empezar con más acierto, con "Javat y Kamel", otro de esos grandes himnos de su repertorio y una "Como el sol" que sonó más luminosa y disfrutona que nunca. "Vivir para contarlo", que dio título último trabajo de Violadores del Verso, dio pie a la salida de uno de sus componentes, el Maestro Sho Hai (alias Hate), celebrada con euforia por los asistentes. Y Sho Hai colabora en El círculo con "Viejos Ciegos", para la que se incorporó el también zaragozano Xhelazz. Ya sin ellos en el escenario y "Repartiendo arte", agua y camisetas, volvió a despedirse Ibarra del público cumpliendo ya las dos horas de concierto.
"SI quieres cambiar algo, cambia tú"
Ese era el mensaje que se leía en su nueva camiseta y fue, además, el que transmitió en un bis final que tocó el drama, la alegría y la emoción. A oscuras, sentado en una silla, con la voz temblorosa por momentos y de lado a un público estremecedoramente silencioso, Ibarra se desnudó con "Basureta", la canción más dura de El círculo, en la que volcó el sufrimiento de una depresión que le hizo tocar fondo en los últimos años.
"Después de la tormenta Dios mandó el arcoiris", explicaba el rapero animando a "todo aquel que esté jodido" a mirar hacia adelante y salir de la oscuridad. Y la mejor manera de hacerlo fue "Cantando", con la que volvieron la luz, los bailes, las sonrisas.
Un colofón final perfecto al que le siguió una despedida a la altura, con un speech que emocionó e iluminó a partes iguales. "El Gobierno es una mierda y el sistema es una mierda. Pero no puedes pedir que cambie el mundo si no vas a visitar a tus abuelos y no le das cariño a tus padres", pedía.
"Vivimos todos pegados a pantallas sin disfrutar la realidad. Deja la puta pantallita, date un paseito, disfruta de las cosas reales, de los árboles, de los pajaritos, del sol. Dedícate un minuto al día a ti mismo y quiérete", le pidió al público antes de recordarnos a todos que "cuanto más amor das, mejor estás".