Juanjo Oliva: "Me siento un poco solo generacionalmente"
- Lamenta las ausencias de Ocáriz, Arzuaga y Delfín.
- Su colección no tiene género y viste, por igual, a chicos y chicas
- Mira todos los desfiles de MBFWM
Esta 65ª edición de MBFWM es interesante porque se mezclan distintos tipos de negocio y diferentes formas de ver la moda. Hay un claro relevo con la entrada de gente joven que están muy alejados de los veteranos, por edad y por mentalidad.
Juanjo Oliva navega en aguas solitarias entre dos mares. Hay diseñadores que ya estaban en Cibeles cuando él era solo un adolescente y luego están los creadores jovencitos, algunos de ellos curtidos en su atelier.
Con las ausencias de Miriam Ocáriz, Amaya Arzuaga y David Delfín, por motivos muy distintos, Oliva es un superviviente. “Me siento un poco solo generacionalmente” dice, consciente de que la crisis y los gustos de la sociedad actual, tan volátil, han hecho una fuerte criba.
El madrileño, de forma inteligente, sigue trabajando bajo el amparo de El Corte Inglés (como Jorge Vázquez o Ágatha Ruiz de la Prada, aunque en términos diferentes) y ahora rompe con la idea de diseñador estrella y, haciendo un alarde de humildad, dice que se acabaron los egos.
“Estamos en otro modelo de negocio, ahora es mejor formar equipo, y si el equipo es joven, pues mejor”, dice. Una idea que encaja en la filosofía de trabajo que tiene Demna Gvasalia en su firma Vetements.
Juanjo, como otros camaradas de todas las partes del mundo, apuesta por la ropa sin género, “para que se la ponga la persona que quiera”. En principio su colección era para mujer y hombre pero hemos visto a chicos con vestidos, una imagen que plasma esa intención de Oliva: “que cada uno haga la prenda suya y la lleve como y para quien quiera”.
Los looks son juveniles y urbanos. Vemos camisas muy trabajas con volantes que recorren la prenda con sencillos vaqueros y vestidos puestos sobre pantalones,
Además, diseños de noche – al más puro estilo de la casa Oliva- en negro con patrón asimétrico, sudaderas capaces de rejuvenecer cualquier prenda y diseños en gasa transparente, casi lenceros, de corte minimalista.
Un estampado, abstracto y conceptual, decora vestidos y camisas que pueden cambiar de armario.
En algunos momentos apuesta por los colores en bloque y el total look.
No faltan las chaquetas sin cuello ni solapa y combina camisetas deportivas de tirantes con trajes sastre.
Las prendas de abrigo, especialmente el trench y la capa (en principio pensadas para hombre), son irresistibles, tanto en negro o camel liso hechos en lana como en piel de color azafrán o incluso con el patrón de un chubasquero.
Toda la colección estará a la venta en su nuevo espacio en el barrio de Las Salesas dentro de dos semanas. Lo quieres, te lo vendo.