La resurrección de Alvarno
- La colección desarrolla la mitología del escarabajo
- La firma está en un momento de crecimiento empresarial
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Resurrección es el título de la colección de Alvarno, una propuesta que marca el inicio de una nueva etapa en la casa. Álvaro Castejón y Arnaud Maillard dicen que están creciendo como empresa, que amplían el negocio y, con ello, sus expectativas.
“Es un año decisivo, hemos crecido pero sobre todo queremos renovarnos”. De ahí el nombre de la colección y el motivo del escarabajo que se desarrolla de distintas formas en las prendas.
“El escarabajo pelotero es el símbolo de la resurrección en la mitología egipcia y nos gusta el hecho de que arrastre una bola que poco a poco se hace más grande y él la sigue empujando. Es lo que nos pasa a nosotros”, dicen casi a la vez.
La riqueza de los escarabajos que decoran las joyas y jeroglíficos del antiguo Egipto se traslada a la colección en prendas muy ricas, muy trabajadas, con bordados exquisitos, tejidos nobles y un patrón atrevido.
Esa suntuosidad y plasticidad también la marca el color. “Tan solo hay tres piezas en negro, hemos subido mucho los tonos, desde el velvet o los naranjas hasta el verde militar o el azul”, dice Maillard.
Sobre texturas mate aplican una capa de tul de seda que se trabaja con bordados y aplicaciones lujosas, técnica que repiten en varios minivestidos, todos distintos, todos arrebatadores.
Vemos puzles de joyas que forman escarabajos en una bomber urbana y muy femenina e incluso en una túnica de patrón deconstruido. “Hay mucho exceso, es una colección maximalista y lujosa pero hemos puesto a las modelos botas moteras y mitones para contrastar”, dice Castejón.
Las cremalleras, una de sus piezas fetiche, cumplen su función y decoran, tanto como las pieles hechas en colaboración con su amigo Santiago del Palacio, entre las que destacan los abrigos de piel de camello y cashmere y los de marta cibelina en bandas horizontales.
A primera vista la colección parece intensa y pesada pero, con su talento, han logrado que cada prenda sea muy ligera. “Pesa más la percha”, dicen.
Tampoco se olvidan del neopreno y lo usan en abrigos, algunos de corte militar, que rozan el suelo, ni de los estampados de camuflaje que se ‘camuflan’ en un patchwork de texturas diferentes.
Los hombros de los vestidos acaparan la atención por los cortes geométricos y sensuales, o por las colas larguísimas, elegantemente sinuosas, que prácticamente reptan por la pasarela iluminada de forma cinematográfica.
Los aplausos acompañan las salidas finales, tres vestidos de ensueño teñidos de negro, llaman poderosamente la atención por su elegancia o por sus infinitos escotes. “Una oda a la costura”, dicen.
Nos tienen acostumbrados a decorar, con lujo, su pasarela pero esta vez, la primera desde que forman parte del calendario de Cibeles, han optado por la sobriedad pero han puesto toda su creatividad en el maquillaje y la peluquería, haciendo que las modelos tuvieran el glamour de Nefertiti.