Amnistía Internacional advierte del auge de una política con un discurso tóxico que genera violencia y división
- La organización presenta su informe sobre la situación de los derechos humanos
- Critica el uso "cínico" de la retórica del “nosotros contra ellos”
- Alerta sobre el riesgo de un efecto dominó global de retrocesos en DDHH
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"Un año horrible para los derechos humanos". Es el balance que hace Amnistía Internacional (AI) en su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo. La organización alerta sobre una creciente manipulación por parte de gobiernos y políticos y llama a la sociedad a presionar para garantizar los derechos fundamentales.
La ONG defiende que el año 2016 se ha caracterizado por un uso "cínico" por parte de los gobiernos de la retórica del “nosotros contra ellos” que, según señala, puede tener unas consecuencias nefastas para las personas. "Han utilizado discursos de culpa, de odio y miedo con el objetivo de ganar votos" ha denunciado en la presentación del informe Arancha Vicario, presidenta de Amnistía Internacional España.
AI considera que esta situación amenaza con llevarnos a un mundo "más caótico y peligroso" y destaca que actualmente los límites de lo que se considera aceptable han cambiado. El director de Amnistía Internacional en nuestro país, Estebán Beltrán, ha insistido en que la política de demonización no se queda en retórica, "sino en políticas reales con impacto en la vida de la gente".
Así, la organización ha denunciado las políticas de los autodenominados "presidentes antisistemas que persiguen y convierten en chivos expiatorios a grupos enteros de personas" y pone como ejemplo medidas de Donald Trump como el veto migratorio, del presidente húngaro Viktor Orbán con los refugiados o del turco Recep Tayyip Erdogan con la encarcelación de militares, profesores o periodistas tras el fallido golpe de Estado.
El informe también señala que países como China, Egipto, Etiopía o India han llevado a cabo campañas masivas de represión. Entretanto, en Filipinas Duterte continúa con su denominada guerra contra las drogas en la que han muerto más de 7.000 personas en ejecuciones extrajudiciales y en Siria continúa la impunidad de los crímenes de guerra y los abusos contra los derechos humanos. Allí a los ataques indiscriminados contra civiles hay que sumarle el encarcelamiento, tortura, desaparición o huida del país de un gran número de activistas.
Según pone de manifiesto el documento, el pasado año 36 países violaron el Derecho Internacional al devolver ilícitamente a personas refugiadas, en 23 se cometieron crímenes de guerra diariamente y en 22 se mató a defensores de derechos humanos.
Medidas intrusivas en Europa
Mientras, en Europa, varios países han adoptado medidas de seguridad intrusivas como el Estado de excepción prolongado en Francia cinco veces y la nueva ley de vigilancia del Reino Unido multiplica el poder de las agencias de inteligencia, lo que lleva a la organización advertir de un debilitamiento generalizado del Estado de derecho en el continente.
La ONG critica que muchos Estados "han aprobado a toda prisa medidas antiterroristas que iban en detrimento de los derechos humanos" y considera la identificación entre refugiados y terroristas como una de las cosas más peligrosas que dejó 2016 ya que "no parte de ninguna evidencia".
La organización defiende que la política europea de refugiados no es ineficaz, si no que su único objetivo es "reducir drásticamente su número". Con este objeto se llegó a un acuerdo "marrullero" con Turquía que, según AI, se basa en la "premisa falsa" de que el gobierno de Erdogan ofrecía a quienes solicitaban asilo todas las garantías de protección que tendrían en la UE.
AI también señala el cierre en marzo de la ruta de los Balcanes a través del norte de Grecia como la segunda iniciativa para impedir la llegada de refugiados a Europa. Y es que, según el informe, "la terrible situación de las personas refugiadas atrapadas en Grecia era claramente un precio asumible para disuadir a otras que vinieran".
Agenda deshumanizadora
Beltrán ha alertado sobre una nueva agenda deshumanizadora de los políticos y "cuando desde el poder se deshumaniza a poblaciones enteras, las violaciones de derechos humanos se precipitan”.
Por ello, la organización hace un llamamiento a la sociedad a unirse para defender los derechos humanos, "los estados no defenderán ni garantizarán los derechos humanos sin una presión concertada de la sociedad" sentencia Beltrán.
Desde AI aseguran que en años anteriores se produjeron situaciones en la que los Estados defendían derechos humanos aunque fuera "de cara a la galería" y critican que ahora pero ahora "incluso los que antes defendían los derechos humanos en otros países, están muy preocupados restringiendo los derechos en sus propio país".
Amnistía dibuja así un orden mundial polarizado en el que, destaca, costará más llegar a acuerdos en cuestiones globales como la crisis de refugiados y el cambio climático y advierte de que 2017 es un año clave en el que nuestra forma de vida puede ser "opacada por unas supuestas amenazas del exterior falsas".
"Cuantos más países den marcha atrás en sus compromisos fundamentales con los derechos humanos, mayor será el riesgo de que se produzca un efecto dominó global de retrocesos en esta materia" concluye.