Violentos disturbios en una manifestación en París contra la violencia policial
- La policía ha reprimido a los manifestantes con gases lacrimógenos
- Los manifestantes protestaban por la violencia policial en la periferia de París
- Hace un mes un joven sufrió un desgarro anal cuando fue detenido
Una manifestación estudiantil en París contra la violencia policial, tras la polémica agresión a un joven en la periferia norte de la capital a principios de mes, ha acabado este jueves con violentos enfrentamientos entre los jóvenes y las fuerzas del orden, que los han dispersado utilizando gases lacrimógenos.
Un millar de estudiantes de instituto se han manifestado sin autorización en la parisiense plaza de Nación, tras el llamamiento de varias asociaciones para no acudir a clase. Antes, habían impedido la entrada de los alumnos a una veintena de liceos de la capital, cuyas puertas aparecieron bloqueadas por cubos de basura apilados.
La marcha se había desarrollado en un primer momento de forma pacífica, aunque las fuerzas del orden habían desplegado un importante dispositivo antidisturbios.
"Venganza" por la agresión a un joven
Un grupo de jóvenes, encapuchados y vestidos de negro, comenzaron a hacer pintadas, a golpear algunos de los escaparates de la plaza y a lanzar objetos contra los policías, que respondieron con gases lacrimógenos.
Los manifestantes blandían banderolas con lemas contra la policía y pedían "venganza" por la agresión sufrida por Théo Luhaka, que tras ser arrestado el pasado día 2 en Aulnay-sous-Bous tuvo que ser operado por un desgarro anal de 10 centímetros.
El joven de 22 años y raza negra aseguró que fue uno de los agentes con su porra extensible quien le produjo la lesión.
Casi un mes de disturbios
La justicia francesa abrió una investigación e imputó a los cuatro policías que participaron en la operación por actos violentos y a uno de ellos por violación.
La noticia provocó un gran revuelo en la periferia de París, donde en los días siguientes se sucedieron noches de enfrentamientos con la policía, de destrucción de mobiliario urbano y de quema de algunos coches.
El Gobierno, temeroso de que los hechos degeneraran como ya sucedió en 2005, cuando las autoridades se vieron obligadas a decretar el toque de queda, multiplicó los llamamientos a la calma.
En plena campaña electoral para las presidenciales de abril, la candidata ultraderechista Marine Le Pen, favorita para la primera vuelta, ha acusado al Ejecutivo de ser demasiado blando con los manifestantes y de no defender a las fuerzas del orden.