Los 50, la década dorada de la comedia cinematográfica española
- Carlos Aguilar reivindica el Cine cómico español 1950-1961
- “Aunque suene muy bestia, la censura benefició a la comedia española“, asegura
Los españoles solemos cometer el pecado de pensar que las cosas de fuera siempre son mejores que las nuestras; algo que el cine patrio lleva décadas intentando superar. Por eso es tan recomendable el libro Cine cómico español 1950-1961. Riendo en la oscuridad (Desfiladero Ediciones), del experto cinematográfico, Carlos Aguilar. Un divertido, ameno, ilustrado e imprescindible repaso a una época dorada de nuestra cinematografía.
“Considero –asegura- que el cine cómico español de los años 50 representa el mejor bloque de nuestra industria fílmica. Me encanta, en todos los niveles y sentidos”.
“La idea –continúa Carlos- le apasionó al editor, Pablo Herranz, que ha debutado así en publicar libros de cine, antes editaba comics. Y me ha dado absoluta libertad y plena confianza, amén de volcarse respecto a medios, puesto que ha contratado al que probablemente sea el mejor maquetador de libros que existe ahora en España, Javier G. Romero, que se ha superado a sí mismo en el diseño, el cual incluye cientos de imágenes diversas, en color y en blanco y negro, en gran parte inéditas”.
“En cuanto a las circunstancias de origen –añade-, básicamente son la convergencia entre la memoria del sainete castizo y la influencia del neorrealismo italiano, en lo que podemos llamar “bloque negro”, amén de, cine aparte, el surgimiento de la denominada “cultura del realismo”. Pero el bloque, digamos, “rosa” surge de otra influencia italiana, concretamente del género que ellos denominaban “cinema di fidanzatine”.
El libro
Un libro que destaca por su amenidad, su gran documentación y sus numerosas fotografías, y que Carlos Aguilar ha dividido “En cuatro partes. La primera describe el contexto social, político, cultural y administrativo, así como las variantes del humor que se cultivó entonces en el cine español; la diferencia básica, repito, está en esa corriente negra que puede representar Plácido y en esa rosa que simbolizaría Las chicas de la cruz roja”.
“Las tres partes siguientes –continúa- delimitan períodos, con base en los criterios correspondientes: 1950-1955, 1956-1959 y 1960-1961. Acto seguido, viene la filmografía, con la ficha técnico-artística de todas las películas comentadas, una bibliografía y, por último, el índice onomástico, que considero utilísimo”.
Otra de las particularidades del libro es que Analía Gadé ha escrito el prólogo: “Me ha hecho mucha ilusión –confiesa-. Nunca se lo agradeceré bastante, porque es la actriz fundamental del período, por entidad y significación. Aceptó porque le enseñé el primer capítulo, ya maquetado, y le encantó. Para mí, contar con su prólogo representa un placer y un honor, porque además es una actriz formidable, que supo ampliar su campo genérico al drama, triunfando en idéntica medida que en la comedia”.
La crisis agudizó el ingenio
Lo más meritorio de este cine es que se rodó en medio de una grave crisis económica. “La modestia económica del decenio -asegura Carlos- se refleja en todos los niveles de aquel cine, desde los medios de producción a la propia dramaturgia. De ahí también que encierre un valor inapreciable como documento histórico”.
¡Y por supuesto –continua- que la necesidad agudizó el ingenio; sin ir más lejos, que hubiera sido de Azcona sin poder reflejar la miseria, en todos los niveles. También es muy curioso advertir que en 1961, el año en que cierro el libro, surgen las dos mejores películas producidas hasta entonces en España, Viridiana y Plácido, que coinciden además en usar la indigencia como núcleo temático”.
Además, Carlos Aguilar destaca que estas comedias eran un fiel reflejo de la sociedad española de la época: “Sí, por completo. Tanto las negras, que hablaban de lo terrible que era la vida de entonces, aun dentro de una distorsión irónica, como las rosas, que afirmaban un optimismo social que desembocaría en esa especie de “milagro económico” que irrumpió con los años 60”.
“Las comedias sortearon mejor la censura”
Además, Carlos destaca que las comedias supieron sortear mejor la censura o tuvieron un poquito más de libertad: “Existía un cierto paternalismo en la actividad censora, siempre lo existió respecto a los géneros, por así denominarlos, populares. Y el humor suponía una especie de bálsamo, de endulzamiento, para el rigor de la dictadura”.
“Imaginad –continúa- si se hubiera hecho como drama Bienvenido, Mr. Marshall, la que se habría armado… Con todo, vista aquí y ahora, y ya que estamos hablado de Berlanga, parece imposible que Plácido hubiera pasado Censura, porque la visión que vierte de la España de entonces es desoladora”.
Carlos asegura que, a partir de 1961 bajo mucho la calidad de las comedias españolas: “Ya lo creo que baja, en términos estéticos, y no poco. El humor español va vulgarizándose progresivamente, al hilo de la mayor permisividad. Por tanto, el ingenio, la sutileza, la sugerencia, se van perdiendo, en beneficio de una explicitud que va cayendo en la chabacanería. Decaen incluso Berlanga y Fernán Gómez. Aunque suene muy bestia, procede afirmar que la Censura benefició a la comedia española, ja, ja, ja”.
Un cine a reivindicar
Carlos espera que este libro sirva para que algunos espectadores rescaten títulos que son imprescindibles en la historia de la cinematografía española y mundial. Y destaca que se conservan casi todos los títulos fundamentales de la época “con excepción de un par del gran Edgar Neville”.
En cuanto a de dónde le viene el interés por este cine, Carlos confiesa que: “Desde siempre he estado interesadísimo en el cine español, de ahí que haya ido formando una buena colección; recuerda que hará veinticinco años publiqué un diccionario de intérpretes españoles, Las estrellas de nuestro cine, y hace diez la Guía del cine español”.
“Además-continúa- he escrito libros sobre personalidades atípicas de nuestro cine: Joaquín Romero Marchent, Ricardo Palacios, Jesús Franco, Eugenio Martín, Julián Mateos... Por lo demás, la mayoría de estas películas son accesibles en diferentes formatos y modalidades, basta molestarse un poco en buscarlas!”.
Los imprescindibles
Preguntamos a Carlos Aguilar ¿qué directores, guionistas y actores destacaría de esa época? Berlanga y Azcona, por descontado, suponen los debuts cardinales del humor fílmico español de los años 50. Ahora bien, a nivel humano, este cine está simbolizado por José Isbert, Manolo Morán, José Luis Ozores y Fernando Fernán Gómez”.
“Cabe destacar también –añade- que en este contexto es cuando Fernán Gómez accede a la realización, mediante una película magnífica, Manicomio, que aún aguarda la altísima valoración merecida”.
También le pedimos que nos haga na lista de las 10 comedias imprescindibles de la época: “La hago con mucho gusto, pero intentando representar tendencias y estilos lo más variado posible, por orden cronológico: El último caballo, Esa pareja feliz, Viaje de novios, Manolo guardia urbano, El inquilino, La vida por delante, El pisito, Ha llegado un ángel, Salto mortal, y Plácido”.
En cuanto a sus proyectos, Carlos Aguilar nos comenta que: “Escribo en la revista Cine-Bis, y colaboro en el programa de La 2 Historia de nuestro cine, que lleva a cabo la admirable y necesaria labor de poner al alcance de cualquiera nuestra producción fílmica, que es mucho mejor, y más variada, de lo que siempre se ha estimado injustamente”.