Tres de cada cuatro niños sufren abusos en la ruta migratoria entre Libia y Europa, según Unicef
- Al menos 700 menores murieron en 2016 en el Mediterráneo central
- 25.846 de los 28.223 menores que lograron llegar a Italia no estaban acompañados
- Unicef denuncia hacinamiento y tráfico de personas en los campos de Libia
- Especial: Crisis de los refugiados
Tres de cada cuatro niños sufren abusos en la ruta migratoria del Mediterráneo central entre Libia e Italia, que se cobró la vida de más de 700 menores en 2016, según Unicef.
Además, cada vez llegan más menores no acompañados, mientras miles de menores permanecen en Libia hacinados en campos de detención en condiciones lamentables, y a merced de las mafias.
Son datos del informe "Una travesía mortal para los niños: La ruta de la migración del Mediterráneo central" [pdf], hecho público este martes, y que se basa en entrevistas a los migrantes que se encuentran en campos en Libia y los que han conseguido llegar a Europa.
La ruta más peligrosa
En total, 181.000 personas llegaron a Italia el año pasado cruzando el Mediterráneo desde Libia. Otras 4.579 personas no tuvieron tanta suerte y murieron en el intento, de las cuales más de 700 eran niños.
Según los datos del informe 25.846 de los 28.223 menores que lograron llegar a Italia no estaban acompañados, el doble que en 2015.
El largo viaje desde el Sahel hasta Libia y luego a través del Mediterráneo hasta las costas italianas está lleno de peligros. "Casi la mitad de las mujeres y los niños entrevistados había sufrido abusos sexuales durante la migración, a menudo varias veces y en diferentes lugares", explica el informe. En muchas ocasiones, quienes cometen los abusos son uniformados.
“La ruta del Mediterráneo central es una de las más mortales para los niños y las mujeres“
"La ruta del Mediterráneo central es una de las más mortales para los niños y las mujeres", ha advertido la directora regional y coordinadora especial de la crisis migratoria en Europa de Unicef, Asfhan Jan.
Hacinados en Libia
En Libia, 255.000 inmigrantes (23.000 de ellos niños) permanecen atrapados en campos donde viven hacinados, sin víveres ni refugio. Se trata de centros de detención administrados por el Gobierno o por las milicias. Unicef sólo tiene acceso a la mitad de los 24 centros gubernamentales.
"Nos pegan, no nos dan agua de buena calidad ni buena comida. Nos acosan. Así que aquí se mueren muchas personas, se mueren de
enfermedad, se mueren de frío", relata Jon, un niño nigeriano de 14 años.
“Nos pegan, no nos dan agua de buena calidad ni buena comida. Nos acosan“
Kamis, otra niña nigeriana, de 9 años, tiene una experiencia similar. "Nos detuvieron y nos llevaron a la prisión de Zawia. Sin comida. Sin agua. Nos golpeaban todos los días. No había ningún médico ni medicinas".
“Nos llevaron a la prisión de Zawia. Sin comida. Sin agua. Nos golpeaban todos los días“
La inestabilidad y el caos en el país, sumido en una guerra civil desde 2011, facilita la actuación de mafias y traficantes de personas, en ocasiones con la complicidad de las mismas milicias que gestionan los campos.
Unicef reclama vías legales y seguras para proteger a los inmigrantes y refugiados que buscan una vida mejor, y ha recordado que hoy día las mafias y traficantes son la única alternativa para realizar la peligrosa travesía.
"Es hora de que la comunidad internacional trate de forma integral este problema", ha declarado el director ejecutivo adjunto de Unicef, Justin Forsyth.
El Mediterráneo, un puente mortal
Un total de 485 refugiados e inmigrantes indocumentados han fallecido en las aguas del mar Mediterráneo en su intento de llegar a Europa desde el inicio de 2017, y la mitad de las muertes se produjo en las costas libias, ha informado este martes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Desde comienzos de año hasta el 26 de febrero, 444 personas perdieron la vida en la ruta del Mediterráneo central que une Libia e Italia, 2 en la del Mediterráneo oriental y 39 en la occidental, la que afecta a España sobre todo.
En el mismo período, al menos 16.775 refugiados e inmigrantes sin papeles consiguieron atravesar el Mediterráneo y llegar a Europa, una cifra muy inferior a los 124.986 registrados en los primeros 57 días de 2016.
La OIM destaca en un comunicado el incremento del tráfico en la ruta del Mediterráneo central que une el norte de África e Italia, destino de más del 80 % de los refugiados e indocumentados que cruzaron el Mediterráneo.