El Ejército sirio entra en Palmira para intentar expulsar de nuevo al Estado Islámico
- El Observatorio Sirio de Derechos Humanos afirma que controla la zona oeste
- Los yihadistas ya fueron expulsados de la ciudad hace poco menos de un año
- Sin embargo, en diciembre retomaron el control de la urbe, una joya arqueológica
El Ejército y las milicias leales al régimen de Siria han entrado este miércoles en Palmira para intentar expulsar otra vez de la ciudad monumental al grupo terrorista Estado Islámico, que controla la ciudad desde diciembre del año pasado.
Así lo ha confirmado el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdelrahman, que ha detallado que los efectivos gubernamentales controlan las afueras de la ciudad en la zona occidental y que han irrumpido en el barrio de Al Mutaqaedin, en el oeste de la urbe.
Abdelrahman ha añadido que las fuerzas sirias están avanzando desde el noroeste de Palmira, mientras que la agencia de noticias oficial siria, SANA, asegura que las tropas gubernamentales controlan todos los montes desde los que se divisa la ciudad, ubicados en el oeste.
Recuperar el terreno perdido
Desde hace varias semanas, las fuerzas sirias, apoyadas por unidades rusas, avanzan sobre el terreno para ir recuperando lo conquistado por el Estado Islámico, cuando retomaron el control de la ciudad tras ser expulsados ocho meses antes; los yihadistas habían conquistado Palmira por primera vez en mayo de 2015.
Como en la primera ocasión, en estos meses el grupo terrorista ha infligido importantes daños al patrimonio histórico de Palmira y, el pasado 20 de enero, dinamitó el frente escénico del teatro romano y el Tetrapilón, dos de los principales monumentos grecorromanos que conforman los ricos yacimientos arquológicos de la ciudad.
La UNESCO ha calificado de "crimen de guerra" los daños que el Estado Islámico ha perpetrado contra los restos arqueológicos, que están catalogados como Patrimonio de la Humanidad, y ha solicitado a la comunidad internacional que defienda los bienes culturales de las agresiones de los yihadistas.
Palmira fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes de la época, punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el desierto del centro de Siria.