'9 meses', radiografía de un embarazo adolescente
- La cinta hiperrealista ha recibido numerosos reconocimientos internacionales
- RTVE.es entrevista a su director y guionista, el belga Guillaume Senez
El director belga Guillaume Senez debuta en el largo con 9 meses, un drama sobre el embarazo de una pareja de adolescentes.
La cinta recoge con exactitud naturalista los vaivenes de una época de la vida plagada de fragilidad y dudas pero también de ternura y pérdida de la inocencia con la que es fácil identificarse. Llega a los cines españoles el viernes 10 de marzo.
9 meses (Keeper) refleja de forma asombrosamente realista la historia de Maxime (Kacey Mottet-Klein) y Melanie (Galatea Bellugi), dos quinceañeros que pasarán por un intrincado proceso emocional cuando ella se queda embarazada.
El director señala en una entrevista con RTVE.es que su intención no era adoctrinar en un tema tan delicado si no bucear en la emoción y provocar que el espectador saque sus propias conclusiones. Serán los personajes secundarios del filme, encarnados por los padres de los chavales, los que ofrecerán posturas radicalmente diferentes que invitan a la reflexión.
“En todos los sitios se repite la misma respuesta del espectador. Encuentran una universalidad en la película y siempre está presente una emoción independiente del nivel social o de la moralidad del que lo ve. Siempre surge un debate acerca del tema”, explica el realizador y guionista que también ha dirigido tres premiados cortos (Squaring, In our blood y UHT) que tocan dos de sus obsesiones permanentes: la paternidad y la adolescencia, que en este caso se mezclan.
En este proceso hiperrealista, cercano al documental y que se inspira en filmes como Paranoid Park de Gus Van Sant, la cámara se limita a seguir a los personajes en largos planos secuencia con enfoques poco convencionales, y que nunca anticipan situaciones.
Una puerta abierta a la improvisación
La narración sigue el punto de vista de Maxime que intenta convencer por todos los medios a una frágil y dubitativa Melanie para que tengan al niño, en una original, por poco vista en largos de esta temática, forma de mostrar la impotencia y la ingratitud del papel del chico al no poder decidir sobre lo que les ocurre.
La actuación de los dos protagonistas, de 15 y 16 años, en especial de Kacey Mottet-Klein, actor suizo nominado al cesar francés por Sister, es impresionante y desborda honestidad. Los intérpretes se mimetizan con sus personajes clavando los gestos, la forma de hablar y los cambios de humor propios de la edad.
“Esa variación es lo que quería reflejar. Cómo los adolescentes pueden ser a la vez muy irreflexivos pero depende de lo que les traiga la vida pueden ser muy maduros y muy responsables”, explica Senez.
La complicidad entre la pareja, que pasó un mes conviviendo en una casa para conocerse, traspasa la pantalla y genera de inmediato empatía en el espectador que se ve transportado al complejo mundo de los quinceañeros.
“Vimos entre 100 y 200 adolescentes de París y de Bruselas, y les hicimos pasar al casting en parejas. Porque queríamos encontrar lo que entre los dos formaban (…) De inmediato vimos el enorme talento y carisma del actor que interpreta a Maxime y su influencia sobre Melanie”, recuerda el cineasta sobre los inicios de un filme que se ha gestado durante seis largos años al no obtener suficiente financiación.
Para reflejar este verismo en un rodaje de apenas 25 días, trabajaron sin apenas ensayos y con un amplio margen de improvisación
“Había un guión escrito totalmente cerrado pero no se lo di a los actores hasta bien entrado el rodaje. Al principio les dejaba improvisar y poco a poco fueron introduciendo los diálogos reales y fue de una manera muy instintiva que ambos acabaron coincidiendo”, señala Senez.
9 meses ha cosechado numerosos premios, y se ha exhibido en más de 70 festivales internacionales. La cinta ha sido nominada al Premio Unifrance como mejor corto en el Festival de Cannes y el Premio Films Lutins y UHT (2012), nominado al mejor corto en los premios Magritte donde ha obtenido buenas críticas. El director belga, padre de dos hijos, ve esta buena acogida como una oportunidad para sacar adelante su próximo proyecto que versará de nuevo sobre la paternidad. “No puedo escribir de otra cosa porque es un tema que me llega”, concluye.