Wilders agita la inmigración y la crisis con Turquía mientras Rutte niega que Holanda sea un país "islamizado"
- Los dos principales candidatos se han enfrentado en un agrio cara a cara
- Rutte pide que Holanda sea el primer país que frene al "populismo malvado"
- Wilders exige cerrar las fronteras y expulsar el embajador turco en el país
La crisis con Turquía, el Islam y la identidad holandesa han monopolizado este lunes el debate entre los dos principales candidatos en las elecciones legislativas de Holanda, que ha agitado la inmigración y la disputa diplomática con Ankara mientras el primer ministro negaba que el país esté "islamizado" y ponía en duda la capacidad de su rival para gobernar.
“Quiero que Holanda sea el primer país que ponga límite al populismo malvado“
"Quiero que Holanda sea el primer país que ponga límite al populismo malvado", ha señalado Rutte, evocando el referéndum del Brexit y la elección de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Wilders, en cualquier caso, ha enarbolado de inmediato su bandera contra el islam y la inmigración, al reclamar "cerrar las fronteras como única solución a gente" como el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, además de exigir que el embajador turco en Holanda sea expulsado "inmediatamente".
El primer y único cara a cara entre ambos políticos, que lideran las encuestas de intención de voto con 24 escaños cada uno -de 150 que tiene el Parlamento- para las elecciones del próximo miércoles, ha dejado acusaciones mutuas de falta de credibilidad y la reiteración de la negativa a negociar una coalición de Gobierno entre ambos después de los comicios.
Tensión e intercambio de reproches
"Nadie confía en Mark Rutte porque ha incumplido sus promesas de la campaña de 2012. Nadie en Holanda le cree", ha asegurado Wilders sobre el primer ministro, a quien él mismo ayudó a gobernar entre 2010 y 2012.
Rutte ha respondido que el populista "huyó desvergonzadamente cuando se empezaron a tomar medidas difíciles por el interés nacional", en referencia a la salida de Wilders de la coalición parlamentaria en 2012, lo que ocasionó la dimisión del Gobierno y la celebración de elecciones parlamentarias.
Wilders ha definido de "insulto a los votantes" la negativa de Rutte de cooperar con el ultraderechista y le ha advertido de que el miércoles su partido "no juega en cuartos de final, sino una final contra los mentirosos a los que Holanda no quiere ver más" al mando del Gobierno.
“Aquí vemos la diferencia entre tuitear desde el cómodo sillón de tu casa y gobernar el país“
El ultraderechista ha exigido expulsar "inmediatamente" al embajador turco en los Países Bajos y a su personal porque la crisis con Turquía, a causa de la prohibición en Holanda de mítines de responsables turcos, "se está intensificando cada vez más", ha remarcado. "Aquí vemos la diferencia entre tuitear desde el cómodo sillón de tu casa y gobernar el país", le ha espetado Rutte, entre aplausos de los asistentes al debate.
Rutte presume de la economía
Según Wilders, el 60 % de los turcos en Holanda apoyan a Erdogan, lo que es señal de que "no están integrados", después de que fuera abucheado por decenas de manifestantes con banderas turcas en el acceso al edificio de la televisión que acogía el debate. "Esas personas que están ahí fuera con banderas turcas demuestran que tenemos un gran problema y están dejando claro que no son holandeses", ha remachado.
Por su parte, el primer ministro ha refrendado que "actuaría de la misma manera" la próxima vez que haya una crisis similar con Turquía, mientras Wilders le acusaba de ser "rehén de Erdogan". Cuando Rutte ha intentado responder las críticas de su contrincante, Wilders le ha interrumpido de inmediato y no le ha dejado contestar.
"Sé que no te gusta que te contradigan, puedes bloquearme en Twitter, pero esta noche deberías escucharme", ha ironizado Rutte sobre los frecuentes mensajes que Wilders escribe en la red social para comunicarse con sus seguidores.
El primer ministro ha recordado que los Países Bajos tienen actualmente "una de las mejores economías" de Europa, gracias a las "concesiones de los partidos por el interés nacional", esgrimiendo una de sus mejores bazas electorales. El miércoles se sabrá si la buena marcha económica pesa más que las invectivas populistas.