Esteban Crespo lleva el primer amor adolescente arrebatador con 'Amar' al Festival de Málaga
- El premiado cortometrajista compite con su ópera prima en el festival malagueño
- Con participación de RTVE, la protagonizan dos jóvenes promesas: María Pedraza y Pol Monen
- RTVE.es entrevista al director y los actores y te adelanta una escena exclusiva de Amar
"Quería reflejar ese primer amor que ha vivido casi todo el mundo y que es arrebatador, arrollador, en el que parece que toda decisión es a vida o muerte y que nos enseña amar y que casi siempre acaba mal y del que aprendemos, pero también es la historia del paso a la madurez, del enfrentamiento con lo socialmente aceptado, con el entorno y con la familia y de cómo para dar un paso hay que enfrentarse". Ese es el retrato intenso y visceral que dibuja Amar, la esperadísima ópera prima de Esteban Crespo, cineasta nominado al Oscar en 2014 con el cortometraje Aquel no era yo, que ha abierto este domingo la Sección Oficial a concurso del XX Festival de Málaga.
Amar, que cuenta con la participación de RTVE en la producción, está protagonizada por dos jóvenes y prometedores actores, Pol Monen y María Pedraza, que dan vida a Carlos y Laura, de 18 y 17 años, él estudiante de primero de Derecho y ella aún en el instituto, y que viven su amor al límite, experimentando sexualmente más allá de lo permitido y como si cada día fuera el último, intensidad que corre el riesgo de separarles.
"Tienen una edad en la que no saben gestionarlo porque para ellos ese amor lo es todo y están dispuestos a renunciar a todo. Por amor la gente se suicida y comete barbaridades. Es el momento de aprender a gestionar y a raíz del primer amor hay una reflexión en cada ser humano para cambiar las cosas que están mal", explica Crespo en una entrevista con sus actores con RTVE.es poco antes de la presentación a la prensa de la película, que se estrenará en los cines el 21 de abril.
Un guion escrito hace 15 años
El cinesta madrileño, con más de 300 premios en su carrera como cortometrajista, tenía escrito el guion de Amar hace 15 años y luego se dio cuenta de que dentro tenía dos cortometrajes (Siempre quise trabajar en una fábrica y Amar, 2005) que extrajo y filmó. Pero el éxito de Aquel no era yo (2012) -que empezó precisamente su exitosa carrera ganando varios premios en Málaga y acabó en los Oscar- fue el "punto de inflexión" necesario que le ha permitido obtener la confianza de los productores (Avalon) para sacar adelante finalmente este largometraje, que reconoce "arriesgado" y que puede "polarizar" al espectador.
Curiosamente, fue la necesidad de actualizar su guion escrito hace 15 años -"la elvolución es salvaje tanto en cambios generacionales como tecnológicos o la manera vestir"-, la que le llevó a bucear en las redes sociales para documentarse sobre el comportamiento de los jóvenes actuales y descubrir a María Pedraza, una bailarina e instagramer con miles de seguidores, y que no había hecho nada en cine. De hecho, María, que acaba de cumplir 21 años, solo había hecho un curso de interpretación asesorada por su madre para ganar seguridad en el mundo de danza: "Mi madre me animaba a hacer interpretación y yo le decía que no me gustaba porque yo quería dedicarme a la danza cien por cien, así que es un poco surrealista estar ahora dedicándome a esto, pero es bonito a la vez ya que tengo la oportunidad de vivirlo", cuenta la joven actriz disfrutando del momento.
Pol, que había hecho pequeños secundarios en Elisa K o Los niños salvajes, apareció por el casting y, otra curiosidad más, hizo la prueba junto a María "y ahí se vio la química", desvela Crespo, conexión emocional que puedes ver en esta escena exclusiva que te adelanta RTVE.es:
Los miedos focalizados
Los personajes de Carlos y Laura se conocen en un momento en el que ambos viven en unas situaciones personales y familiares que les hacen sentirse "ajenos": Laura recién llegada del pueblo a una ciudad desconocida y con una madre (Natalia Tena) que pasa de ser su amiga a alguien represora y Carlos estudiando lo que quieren sus padres porque no se atreve a apostar por sus inquietudes artísticas. "Se conocen en ese momento y focalizan todos sus miedos e inquietudes en ese amor y por eso es más fuerte, porque ninguno de los dos tienen otra cosa y creen que lo que les hace vivir y soñar es el otro y cuando empiezan a perderse se llega a la locura", afirma el director y guionista, que también quería que sus actores tuviesen "mucho" de los personajes "porque es muy útil a la hora de trabajar".
Así, tanto Pedraza como Monen admiten sentirse identificados con sus personajes. Es más, María Pedraza confiesa que con 16 años vivió un amor "muy intenso" parecido al de Amar, que la va a "marcar para toda la vida", aunque también le ha servido para "aprender a no hacer o a cambiar algunas cosas" en las relaciones de pareja.
Además de Natalia Tena, compeltan el reparto de Amar Gustavo Salmerón -actor fetiche de Esteban Crespo-, Nacho Fresneda, Greta Fernández, Antonio Valero, Sonia Almarcha, Celso Bugallo y Marta Belenguer.
Rodada en una Valencia transformada en una ciudad desconocida por necesidades del guion, Crespo le ha imprimido concptualmente a la cinta una "sensación de opresión" por un lado a través de la iluminación, que pasa de la luminosidad del principio que acompaña al "amor más puro", pese a que se trate de una relación sexual atípica, para tonarse luego en oscuridad, a la vez que van a entrar los elementos que van a destruir ese amor.
Crespo confiesa estar "acojonado" por la "responsabilidad" que supone su debut en el largometraje porque de ello dependerá su futuro: "Hay un montón de directores españoles que no van a hacer una segunda película y eso es una espada de Damocles de la que soy consciente. Sé que me la estoy jugando. Es la hora de la verdad. Ya no puedes vivir del futuro prometedor. Esto es el presente", afirma el cineasta madrileño quien, no obstante, tiene ya otra película en camino, un thriller de mayor presupuesto con una producción más compleja.
El presente de Amar es un historia intensa y bella que atrapa al espectador con la misma fuerza arrebatadora de ese amor adolescente y que juega en Málaga con cartas que parecen ganadoras para que Esteban Crespo convierta en presente su futuro prometedor como largometrajista.