Holanda relega a Wilders y espanta el fantasma de la ultraderecha
- El partido del primer ministro, Mark Rutte, revalida la victoria con 33 escaños
- El ultraderechista consigue 20 diputados y se aupa, por poco, a segunda fuerza
- Con todo, la coalición de gobierno recibe un severo castigo y pierde 36 escaños
- La Unión Europea felicita a Rutte y respira aliviada tras la derrota de Wilders
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El suspiro de alivio seguramente ha podido escucharse por casi toda Europa: los holandeses han relegado al ultraderechista Geert Wilders a la segunda fila del Parlamento en las elecciones legislativas y, aunque han castigado con dureza a la coalición de Gobierno, han otorgado de nuevo la victoria a los conservadores del actual primer ministro, Mark Rutte, espantando así el fantasma del populismo xenófobo que amenazaba con extenderse por la Unión Europea a partir de Holanda.
Con el 95% de los votos escrutados, el Partido Popular por la Democracia y la Libertad (VVD), la formación de centro derecha del primer ministro Mark Rutte, revalida su victoria con 33 escaños, ocho menos que en 2012, mientras que el Partido de la Libertad (PVV) que lidera Wilders sube de 15 a 20 escaños, muy lejos de lo que pronosticaban las encuestas e incluso por debajo de su mejor resultado, los 24 diputados conseguidos en 2010, si bien consigue auparse a segunda fuerza en el Parlamento.
“Hemos parado el populismo equivocado después de lo ocurrido con el Brexit y las elecciones estadounidenses“
"Hemos parado el populismo equivocado después de lo ocurrido con el Brexit y las elecciones estadounidenses", ha aplaudido un Rutte exultante, que ha salido a celebrar la victoria con sus compañeros del VVD cuando solo se conocían los sondeos a pie de urna. "¡Qué noche! Pedimos que se le parara. Paradlo. Hemos parado el populismo erróneo", ha comentado el primer ministro.
De hecho, frente a la promesa de Wilders de convocar un referéndum para sacar a Holanda de la Unión Europea, los electores han reforzado las opciones más europeístas: el partido que más crece es el ecologista GroenLinks (La Izquierda Verde, GL), que pasa de cuatro a 14 diputados, al tiempo que los progresistas de Demócratas 66 (D66) suben de doce a 19 escaños. Pero también crecen los cristianodemócratas de Llamada Democristiana (CDA), más cercanos al euroescepticismo, que logran 19 diputados, seis más que en 2012.
Batacazo de Wilders pese al castigo a la coalición de Gobierno
“¡Rutte todavía no se ha librado de mí!“
Pese al correctivo, Wilders no se arredra y no ha dudado en calificar sus resultados de "éxito" en una primera reacción a través de Twitter: "¡Gracias, votantes del PVV! ¡Hemos ganado escaños! ¡El primer éxito se ha conseguido!". Y ha avisado al primer ministro: "¡Rutte todavía no se ha librado de mí!".
Después, el candidato ultraderechista ha reconocido ante los medios el triunfo de su rival, aunque ha resaltado que su partido dispone de más escaños en el Parlamento: "Es una victoria, pero no la victoria que esperábamos. Habría preferido ser el primer partido, pero soy uno de los grandes ganadores", ha proclamado.
Lo cierto es que Wilders ha vencido en ciudades tan relevantes como Rotterdam, el mayor puerto de Europa, y aunque la jornada electoral le ha colocado muy por debajo de las expectativas, el éxito de Rutte es relativo, toda vez que la coalición de Gobierno formada en 2012 ha sufrido un severo castigo por parte de los holandeses, que penalizan las medidas de austeridad impuestas en los últimos años.
Así, los conservadores se han dejado una decena de escaños, pero el mayor revés ha sido para sus socios laboristas del Partido del Trabajo (PvdA), que pierden 29 escaños y pasan de 38 a tan solo nueve diputados. "Es un resultado absolutamente decepcionante, pero esa es la decisión de los votantes y debemos respetarla", ha señalado su líder, Lodewijk Asscher.
Europa respira aliviada
El resto de los diputados se reparten entre el Partido Socialista, que pierde un escaño y se queda con 14 por delante de Unión Cristiana (cinco diputados), el partido animalista (cinco), el partido de los pensionistas 50Plus (cuatro) y el partido protestante SGP (tres). El partido antirracista DENK, formado en su mayoría por inmigrantes de origen turco, entra por primera vez en el Parlamento con tres escaños, justo por delante de Fórum por la Democracia, con dos.
En cualquier caso, Europa ha celebrado de inmediato el frenazo a Wilders, que inflinge una primera derrota al populismo nacionalista que asoma en varios países de la Unión Europea; sobre todo, en Francia y Alemania, que también celebran elecciones generales a lo largo de este año y donde se prevé que crezcan el Frente Nacional de Marine le Pen y la paltaforma xenófoba Alternativa por Alemania, respectivamente.
“Un voto a favor de Europa, un voto en contra de los extremistas“
Así, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se ha apresurado en felicitar a Rutte por su victoria: "Un voto a favor de Europa, un voto en contra de los extremistas", le ha dicho Juncker al primer ministro holandés por teléfono. La canciller alemana, Angela Merkel, también le ha llamado para felicitarle, aunque su jefe de gabinete, Peter Altmaier, ya había dejado clara la postura del Gobierno alemán al tuitear: “¡Holanda, Holanda, eres un campeón! ¡Enhorabuena por este gran resultado!”.
Desde Francia, el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Marc Ayrault, ha hecho extensiva la felicitación a todos los holandeses: "Felicidades a los neerlandeses por haber detenido el avance de la extrema derecha. Tenemos voluntad de trabajar por una Europa más fuerte", ha escrito. Y su colega alemán, Sigmar Gabriel, ha apostillado que "los holandeses han rechazado el populismo antieuropeo. Bien por eso. Os necesitamos para una Europa más fuerte en 2017".
La participación, la más alta en 30 años
Los holandeses, de hecho, han acudido en masa a votar, conscientes de la relevancia de estas elecciones legislativas: la participación ha rozado el 82 %, más de siete puntos por encima del 74,6% de 2012, lo que supone la mayor afluencia a las urnas desde los comicios de 1986. En muchas ciudades, desde La Haya hasta Amsterdam o Nimega, el Consejo Electoral ha tenido que suministrar más papeletas para satisfacer la demanda de los votantes.
La victoria de Rutte parece haberse beneficiado de esa elevada participación y del conflicto diplomático desatado en los últimos días con Turquía, después de que su Gobierno negara la entrada a Holanda a dos ministros turcos que pretendían hacer campaña entre la comunidad turca de cara al reférendum constitucional que el presidente Recep Tayyip Erdogan ha convocado para abril: donde antes se percibía un líder débil, los holandeses han visto firmeza.
Sin embargo, el primer ministro ahora afronta un segundo desafío, el de formar gobierno, puesto que está lejos de alcanzar los 76 diputados que garantizan la estabilidad en un Parlamento con 150 escaños. Los cristianodemócratas del CDA y los progresistas del D66 parecen aliados naturales del VVD, pero necesitarán a un tercer partido para completar una mayoría, lo que complicará las negociaciones.
Wilders, que ha prometido "una fuerte oposición", también se ha ofrecido a colaborar y ha señalado que le gustaría participar en las conversaciones para cerrar una nueva coalición de gobierno, pero el resto del arco parlamentario se comprometió antes de las elecciones a no pactar con él. Por el momento, los holandeses le han relegado a la segunda fila política.