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Videojuegos

La Armada estadounidense busca 'gamers' para hacer frente a la inteligencia artificial

  • Lanza un videojuego para anticiparse a un futuro dominado por las máquinas
  • Estará disponible para todo el mundo el 27 de marzo
  • La comunidad científica lleva años alertando de los peligros de la IA

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Fotograma de la película 'Terminator 2'
Fotograma de la película 'Terminator' (1991).

Son muchos los científicos que llevan alertando años sobre el peligro de la inteligencia artificial (IA) y la posibilidad de que ésta tome consciencia de sí misma. Entre ellos, el mismísimo Stephen Hawking. El Gobierno estadounidense no ha tomado en vano estas alertas y ahora la Armada está buscando gamers (jugadores de videojuegos) para participar en un entorno virtual que emula un futuro escenario en el que dominarán las máquinas su propio 'yo'. El año de la "singularidad" de las IA está cerca, según los expertos, que lo vaticinan para el año 2035.

La armada estadounidense, que lleva años desarrollando distintos videojuegos como entrenamiento tanto para sus miembros como para la población, ha lanzado ahora otro MMOWGLI ( en inglés, "Massive Multiplayer Online Wargame Keveraging the Internet"), que estará a disposición de cualquier jugador del mundo el próximo 27 de marzo.

En este entorno colaborativo, el usuario podrá aportar sus propias ideas y responder a otras que contribuyan a ampliar los conocimientos sobre esta cuestión.

Porque hay mucho desconocimiento sobre el curso que puede tomar el futuro respecto a la inteligencia artificial. Por ahora, ésta se limita a softwares desarrollados por humanos que enseñan a las máquinas a aprender del uso del mismo, a analizar los patrones que se repiten e incluso a formular una respuesta a aquello que se le pide, de forma en la que una persona humana sería incapaz de razonar. Sin embargo, no hay todavía ningún sistema en el mundo que sepa de su propia existencia, es decir, que tenga consciencia de sí mismo y, por lo tanto, identidad propia.

Esta posibilidad es la que preocupa a científicos, gobiernos y otros poderes. "Lo que no podemos ver es qué encontraremos en el horizonte", expone el director de Innovación del Centro de Escenarios de Guerra de la Armada estadounidense, Garth Jemsen.

Sin embargo, anima a la gente a participar de este nuevo juego: "Si alguna vez te has preguntado qué pasará con el ejército cuando llegue ese momento, no estás solo. La Armada está buscando las aptitudes de gente como tú que tiene curiosidad sobre el futuro y ganas de poner su imaginación a trabajar".

No es necesario, dice, tener ninguna formación tecnológica, porque este nuevo entorno que están poniendo en marcha "es tan complejo y con múltiples finales" que se requiere "la perspectiva de todo el mundo para analizarlo". "Ayúdanos a diseñar nuestra Armada para un futuro mundo de post-singularidad (como se refiere al entorno de la identidad que tome la inteligencia artificial) que se está acercando rápidamente", concluye.

Ciberarmas infalibles

Sin tomárselo como un mero argumento de película de ciencia ficción, los sectores más influyentes de la sociedad están estudiando las posibilidades de la inteligencia artificial más allá del poder que le han otorgado los humanos.

Sin embargo, los problemas más inmediatos de los que alertan distan mucho todavía de la guerra entre humanos y máquinas que mostraban aquellas películas como las de la saga Terminator, en las que los robots inteligentes llegaban a dominar la Tierra.

Pero sí podrían afectar a la seguridad de los países. Algunos expertos se reunieron a principios de mes en unas jornadas en la Universidad de Arizona (EE.UU.) para tratar el tema. Principalmente, temen la posibilidad de ataques cibernéticos automatizados y la construcción de ciberarmas diseñadas para ocultarse y evitar todo intento de ser desmantelada mientras lleva a cabo su cometido.

Otro de los riesgos que ya contemplan, porque también se están dando, es el de los softwares maliciosos que tienen acceso al llamado 'Big Data' (o acceso al conocimiento de toda la red, o a grandes bases de información) para llevar a cabo acciones como la mensajería automática. Por eso, y porque prevén que la IA puede llegar en un futuro muy inmediato a modificar los patrones de la economía y el funcionamiento de la sociedad, un grupo de científicos ha firmado la "declaración de Barcelona" para comprometerse a dar un "uso adecuado y ético" de estas tecnologías.

Hawking: "La IA podría significar el fin de la raza humana"

Una de las figuras científicas más relevantes de nuestro tiempo, Stephen Hawking, ha sido uno de los más críticos con los desarrolladores de la inteligencia artificial. En 2014, en una entrevista para la cadena británica BBC, llegó a afirmar que "el desarrollo de la inteligencia artificial podría significar el fin de la raza humana", si los sistemas artificiales llegaran a superar en inteligencia a las personas.

Los robots, decía, "podrían llegar a tomar el control y se podrían rediseseñar a sí mismos" para desbancar a los humanos. Y añadía: "los humanos, que están limitados por la evolución biológica, no podrían competir y quedarían suprimidos". Esta vez sí, vaticinaba una revolución como la de Skynet en la saga de Terminator.

En octubre del año pasado inauguró un centro de inteligencia artificial en Cambridge para investigar todas las futuras aplicaciones de la IA, una investigación que, según el científico, "será crucial para el futuro de nuestra civilización y de nuestra especie".

Meses más tarde, en una columna para el periódico británico The Guardian, se mostraba menos apocalíptico aunque sí más analítico respecto a las consecuencias más inminentes. Comparaba la inteligencia artificial con las revoluciones industriales y "la automatización de las fábricas", que "arrasó los trabajos en la manufactura tradicional", y advertía de que "la proliferación de la inteligencia artificial posiblemente extienda esta destrucción de trabajo a las clases medias, donde solo sobrevivirán los roles creativos y de supervisión".

Como consecuencia de esta especie de genocidio social, augura una mayor desigualdad entre las clases y relaciona con este fenómeno la reaparición de la extrema derecha en varios gobiernos del mundo.

"Vivimos en un mundo de desigualdad económica al alza, no a la baja. No es de extrañar que estén buscando algo nuevo, como pueden representar Trump o el Brexit", exponía. Todo esto le empuja a pensar que vivimos "el momento más peligroso para el desarrollo de la humanidad" de la historia.

Corroborando en parte su teoría, un estudio de la Universidad de Oxford concluía que solamente en Estados Unidos Corren peligro un 47% de los empleados a causa de la automatización, una cifra que en China asciende al 77%.