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Crisis de los refugiados

Personas que se mueven y mueven el mundo

  • Médicos del Mundo sensibiliza sobre los migrantes con una campaña
  • Muchos llegan a Europa, que no halla soluciones, jugándose la vida
  • La guerra de Siria cumple seis años y deja millones de desplazados

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Inmigrantes en Turquía tras ser interceptados tratando de llegar a la isla griega de Lesbos
Inmigrantes en Turquía tras ser interceptados tratando de llegar a la isla griega de Lesbos

#Personasquesemueven es el título de la última campaña de sensibilización de la ONG Médicos del Mundo.  Habla de ellos, de los migrantes, de esas personas que contribuyen a la evolución de la Humanidad, antes y ahora. Por muy diversas razones, casi nunca buenas. Porque, tras su travesía, hay habitualmente una necesidad. En su huida, un miedo. El que causa la pobreza. El terror que causa la guerra.

La guerra de Siria ha cumplido, esta semana, 6 años. Ha provocado millones de desplazados. Muchos huyeron y están instalados en campos de refugiados de países vecinos. Otros decidieron ir más allá. Alejarse aún más. Y pensaron en Europa, siempre tan cerca y tan lejos.

El Mediterráneo ya se había convertido anteriormente en peligrosa zona de paso. Pero, durante el verano del 2015, se abre la vía del Egeo.

Las mafias mueven el negocio desde las costas del Magreb a territorios más seguros. No, el mar, que es el arma de doble filo. La tabla de salvación o con la que algunos serán sepultados en tierras extrañas. Aún así, a pesar de los peligros y las amenazas, decenas de miles en busca de refugio lo cruzan y es el colapso.

Muros y vallas

Entonces, más de un millón de personas llegan a cruzar media Europa camino de una vida mejor: en Austria, en Alemania, en Francia o Reino Unido, en los países nórdicos... Hasta que Europa del Este y El Dorado que para ellos supone el centro del continente se dan cuenta de que el flujo migratorio empieza a darles problemas puertas adentro. Y es, entonces, cuando empiezan a surgir los muros y las vallas. De forma unilateral, pisoteando Schengen.

Hungría, en ese sentido, se adelanta a otros, que acabarán haciendo lo mismo. Desde Bruselas, los líderes no encuentran soluciones.

Acuerdan cuotas de distribución de refugiados, de personas, como si se trataran de mercancías. Son números... que, en cualquier caso, nadie cumplirá.

Mortífera travesía de la vergüenza

Hace ahora exactamente un año, la Unión Europa llega a un acuerdo con la Turquía de Erdogán. Hay promesas de visados y, sobre todo, de dinero, Ankara logra taponar la ruta de los Balcanes. Cierra las puertas y, en Grecia, quedan varadas unas 60.000 personas. La idea es que las autoridades turcas controlen el paso, uno a uno, caso por caso. Pero tampoco funciona. Turquía utiliza dicho acuerdo como chantaje recurrente.

Al mismo tiempo, el muro turco vuelve a ser permeable. Los piratas reactivan la mortífera travesía del Mediterráneo desde Libia a Italia. De nuevo, el coladero mortal que ya nos avergonzó.

Porque nada puede frenar a aquel que sufre una persecución, una penuria, un dolor o un conflicto. Es el motor del mundo. De eso hablamos y seguiremos hablando: de las personas que se mueven.