El ministro francés de Interior dimite al desvelarse que contrató a sus hijas adolescentes como asistentes
- Bruno Le Roux contrató varias veces a sus hijas cuando eran menores de edad
- Durante algunos de esos contratos, estaban cursando estudios o con becas
- "Eran formativos para ellas; el tiempo juntos no era muy frecuente", aduce
- La Fiscalía Nacional Financiera ha abierto una investigación al respecto
El ministro francés de Interior, Bruno le Roux, ha dimitido este martes apenas cuatro meses después de acceder al cargo, al desvelarse que contrató a sus dos hijas adolescentes como asistentes parlamentarias entre 2009 y 2016, un nuevo episodio de empleos ficticios pagados con fondos públicos en un país escandalizado por el caso Fillon.
Le Roux ha anunciado en una declaración a la prensa que ha presentado su renuncia al presidente francés, François Hollande, porque su "responsabilidad es preservar la acción gubernamental", después de que la Fiscalía Nacional Financiera abriera una investigación preliminar por la contratación de sus dos hijas como asistentes en la Asamblea Nacional.
“Eran importantes para mí y formativos para ellas; el tiempo juntos no era muy frecuente“
El ya exministro ha defendido que los contratos de sus hijas, "puntuales y oficiales, conformes a las reglas jurídicas de la Asamblea Nacional, correspondían todos ellos a trabajos efectuados". Así, ha tratado de justificar que tener a sus hijas como colaboradoras durante sus vacaciones escolares y universitarias "eran importantes para mí y formativos para ellas; el tiempo juntos no era muy frecuente".
"He respetado la función de diputado y sus responsabilidades, he trabajado con honestidad en las relaciones humanas y en todo acto político, pero mi responsabilidad es preservar totalmente la acción gubernamental", ha concluido Le Roux.
Empleos ficticios
Su caso, revelado este lunes por el programa satírico de televisión Quotidien, es similar al de los contratos ficticios a familiares pagados con fondos públicos por el que ha sido imputado el candidato conservador a la presidencia de Francia, François Fillon, que afecta a su mujer, Penelope, y a dos de sus hijos.
También la candidata ultraderechista al Elíseo, Marine le Pen, está siendo investigada por supuestos empleos ficticios, si bien en su caso habrían correspondido no a familiares sino a dos de sus ayudantes en el Frente Nacional: su jefa de gabinete, Catherine Griset, y su guardaespaldas Thierry Légier, contratados ambos como asistentes parlamentarios en el Parlamento Europeo, aunque se sospecha que no efectuaron realmente las funciones para las que fueron remunerados con dinero público.
Según las revelaciones de Quotidien, que se emite en la cadena Tele Montecarlo, Le Roux empleó durante varios periodos de vacaciones escolares a sus dos hijas desde que estas tenían 15 y 16 años, entre 2009 y 2016. Las jóvenes firmaron 14 y 10 contratos temporales con la Asamblea Nacional como asistentes de su padre cuando estaban en el instituto y durante sus carreras universitarias, retribuidos con un total de unos 55.000 euros.
El gabinete ministerial ha tratado de salir al paso de esas informaciones, al recordar que la contratación de familiares está permitida por la ley, así como el trabajo de menores de 16 años bajo ciertas condiciones. Sin embargo, siempre según Quotidien, algunos de esos contratos se firmaron en periodos en los que las hijas de Le Roux estaban efectuando otras actividades, como viajes becados en el extranjero.
Uno de los fieles de Hollande
Por ejemplo, una de sus hijas trabajó en 2013 para su padre al mismo tiempo que desempeñaba una beca de trabajo en Bélgica; otro contrato, que data de 2015, cubría fechas en la que la hija tenía clase en París. El gabinete de Le Roux ha tratado de justificarlo aduciendo que trabajaban para él a distancia, pero cuando la Fiscalía Nacional Financiera ha decidido abrir una investigación, su destino estaba ya escrito.
Así, el escándalo ha acabado con el recorrido gubernamental de uno de los fieles de François Hollande, curtido en el aparato del Partido Socialista y en la difícil circunscripción electoral de Seine-Saint-Denis, la periferia caliente del norte de París.
Pese a militar desde los 27 años en política, la oportunidad de participar en el Gobierno le llegó solo con 51, después de que, a cinco meses del final del mandato de Hollande, la dimisión del primer ministro Manuel Valls para lanzarse a la campaña por el Elíseo propulsara al responsable de Interior, Bernard Cazeneuve, a la jefatura del Gobierno y a Le Roux a un puesto con el que soñaba desde hacía tiempo.
Este martes, mientras Le Roux anunciaba su renuncia, Hollande informaba en un comunicado del nombramiento de otro de sus fieles, el hasta ahora secretario de Estado de Comercio Exterior, Mathias Fekl, de 39 años, como nuevo ministro del Interior.