Gran Canaria pierde en cinco décadas el 65% de sus dunas y el 22% de sus humedales
- En el último medio siglo, la isla canaria ha duplicado su población
- Un trabajo examina cómo ha afectado el desarrollo humano a la franja litoral
Gran Canaria ha duplicado su población en el último medio siglo, en el que ha dejado de ser una isla agraria para convertirse en una potencia turística pero a un alto coste para su litoral al haber perdido el 65% de sus dunas, el 22% de sus humedales y el 11% de sus playas.
Tres investigadores del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) publican este mes, en la edición digital de la revista Geomorphology, el resultado de un trabajo en el que, por primera vez, se examina cómo ha afectado el desarrollo humano a la franja litoral de Gran Canaria, con 256 kilómetros de costa.
El estudio toma como referencia, con carácter general, mapas y fotografías que reflejan cómo era Gran Canaria en los años 60, antes del boom del turismo, con la salvedad de su capital, una ciudad con un desarrollo más precoz para la que la comparación de los impactos en la costa se remonta al año 1900.
Los autores subrayan que en el último medio siglo el turismo ha transformado por completo la economía de Gran Canaria al pasar de ser en los años 60 una isla de 400.000 habitantes volcada en la agricultura de la vertiente norte, a contabilizar casi 850.000 residentes y estar dominada por un pujante sur que atrae cada año a cuatro millones de visitantes ávidos, sobre todo, de sol y playa.
Todo ese desarrollo supuso la construcción en su franja costera de carreteras, autovías, viviendas, hoteles, urbanizaciones turísticas, campos de golf e, incluso, playas artificiales para cubrir con arena lo que eran extensiones de cantos rodados.
La ULPGC ha destacado el impacto de todas esas construcciones en 570 enclaves que representan las nueve formas geológicas dominantes en el litoral de Gran Canaria: acantilados, plataformas expuestas a las mareas, playas de roca, playas de arena, dunas, humedales, arrecifes y pequeños islotes, antiguos acantilados y paleodunas.
La costa oeste, la más protegida
Las cifras globales revelan que en el último medio siglo el 14% de las formas originales de la costa de Gran Canaria ha sido destruido; el 29% ha sido alterado; y el 57% conserva su estado natural (fundamentalmente en la costa oeste, la más inaccesible y protegida como Reserva de la Biosfera).
Los tres autores del estudio, Nicolás Ferrer-Valero, Luis Hernández-Calvento y Antonio Hernández-Cordero, subrayan, además, que las formas de costa que mayor destrucción han soportado han sido precisamente las más escasas: las dunas y los humedales.
En el caso de las dunas, el 65% de su extensión original se ha perdido por completo (en San Agustín, El Hombre, San Borondón, Jinámar o Bañaderos); el 32% sufre un deterioro significativo (sobre todo en Maspalomas); y solo un 2,6% se mantiene en condiciones óptimas (básicamente en la aislada playa de Güigüi).
Tampoco han corrido mejor suerte los humedales de la costa: el 22% ya no existe; el 27% está parcialmente destruido; y un 52% se conserva aunque con alteraciones y deterioros importantes.
Playas
En el caso de las playas, el estudio muestra que, en general, se han conservado pero con diferencias que también reflejan los gustos del turista ya que las de cantos rodados (tres veces más abundantes en Gran Canaria) han sufrido más destrucción que las de arena.
Según el estudio, desde los años 60 Gran Canaria ha perdido por completo el 13% de su extensión de playas de roca y el 11% de playas de arena. En el extremo contrario, el 70% de las playas de roca se conserva casi sin cambios, mientras que solo el 19 por ciento de las de arena puede decir lo mismo.