La crisis de identidad de las máquinas llega a PS4 con 'NieR: Autómata'
- Su historia, mil veces contada, se hace grande en los detalles del guion
- La mezcla de géneros es pro y contra de la apuesta de PlatinumGames
- La cámara funciona como instrumento narrativo y condiciona el modo de juego
“He arreglado cientos de veces mi cuerpo con piezas de máquinas, pero nunca me he atrevido a reparar esta pierna. Es la única que me queda y, si lo hago, ¿seguiré siendo yo?”. En esta frase de un comerciante que podría pasar desapercibida se condensa toda la esencia de NieR:Autómata, un videojuego que llegó a PlayStation 4 el pasado 10 de marzo arriesgando, sin cumplir en el aspecto gráfico, pero haciéndose grande en los pequeños detalles y alzando la bandera de la mezcla de géneros.
Aunque presenta un argumento más que manido en los videojuegos de los últimos años, un escenario posapocalíptico en el que las metrópolis han sido conquistadas por la naturaleza y la tierra dominada por las máquinas, el juego concebido por PlatinumGames (Transformer Devastation, 2015) aborda la historia desde un punto de vista muy original en el que reflexiona sobre la autoconciencia, la autodeterminación y la inteligencia artificial.
En este viaje que va más allá de la lucha por la supervivencia, un equipo de autómatas creado por los humanos desde su exilio en la Luna, los YoRHa, intentan recuperar la Tierra liderados por 2B (un nombre shakesperiano muy bien elegido para el trasfondo del juego), 9S y A2.
Mucho más que un juego de rol
Organizado con una estructura que mezcla el mundo abierto con episodios o niveles que cuentan hasta con un monstruo o villano final en batallas asociadas a espacios concretos, NieR: Autómata, segunda parte de NieR (2010), mezcla lo mejor de los videojuegos de los 90 con las últimas tendencias en el mundo de las videoconsolas.
Bajo este paraguas, el juego concebido por Yoko Taro (Drakengard, 2003-2014) utiliza de forma principal el rol en mundo abierto. A lo largo de la historia, que cuenta con varios finales distintos, hay que conseguir puntos de experiencia, subir al personaje de nivel, mejorar las armas, resolver misiones secundarias o desbloquear los puntos de acceso que van generando una especie de red de guardado (ya que el juego no cuenta con salvado rápido).
Sin embargo, NieR: Autómata añade también ingredientes de lucha con armas que lo convierten en un hack and slash, naves espaciales y tiroteos que lo acercan a los géneros del bullet hell y el shooter, saltos y carreras que beben de los juegos de plataformas y “pantallas” de deslizamiento o scroll horizontal o vertical basadas en esquivar y disparar.
La cámara como elemento narrativo
En todo este despliegue de modalidades de juego tiene especial importancia la cámara, que cumple una función narrativa y de transición más allá de las partes cinemático del videojuego. De este modo, son los movimientos de cámara los que nos trasladan de un género a otro, adoptando planos laterales o cenitales de marcada bidimensionalidad o tomando por completo el control del movimiento para que solo podamos desplazar al personaje o su unidad de vuelo dentro del encuadre.
“NieR: Autómata un juego en el que ser muy bueno cuesta y engancha“
Por contra, cuando el juego adopta su género principal en mundo abierto, sí tendremos el control de la cámara que, además, servirá para dificultar las batallas en este modo. Al contar la protagonista con sus espadas y con un pequeño robot que dispara, tendremos que orientar al personaje con uno de los joysticks, el izquierdo, mientras apuntamos los tiros del robot con el otro, el derecho.
A esta complejidad se suma la de unos controles con una amplia curva de aprendizaje, que puede ser extrañamente salvada con un modo automático. A pesar de que su funcionamiento no dista mucho de los de otros videojuegos, posibilidades como la de variar la combinación de armas para modificar el modo de lucha o el cambio de los ataques en función del lugar en el que se encuentre la cámara hacen de NieR: Autómata un juego en el que ser muy bueno cuesta y engancha.
La filosofía de la evolución
No ocurre lo mismo en el aspecto visual. NieR: Autómata se queda corto gráficamente con unas estructuras demasiado poligonales y poco ricas en detalles que se alejan de los estándares que se están marcando en los últimos meses y nos hacen sentir que estamos ante un juego de una generación de videoconsolas anterior.
Por contra Square Enix, distribuidora de NieR: Autómata, defiende esta simplificación como una apuesta por la fluidez y una merma en los tiempos de carga. “Los entornos se ejecutan a 60 fps y contienen un gran número de tramas secundarias además de la historia principal”, explica la compañía.
Una propuesta que sin duda encaja dentro del universo experimental concebido por PlatinumGames, empresa de desarrollo japonesa cuya filosofía se basa en el riesgo en busca de la evolución y de un cambio constante en los videojuegos.
¿Cuánto estás dispuesto a sacrificar?
Quizás por eso NieR: Autómata también incorpora opciones más propias del rol multijugador masivo, como la necesidad de ir a buscar el cuerpo muerto después de revivir para recuperar los avances que no se han guardado o la posibilidad de ver los cadáveres de otros jugadores y rezar por ellos, para ayudar y aumentar su salud; recuperarlos, para hacerse con sus logros; o repararlos, para contar con un aliado en la lucha.
Del mismo modo, y dentro de esa filosofía existencialista que impregna el juego, en algunos momentos también será posible activar el módulo de autodestrucción del autómata para salir de apuros. La cuestión es, ¿hasta qué punto estás dispuesto a sacrificarte?
En pocas palabras, NieR: Autómata ha llegado al universo de PS4 en un momento de saturación de títulos de franquicias ya consolidadas o recién llegados que intentan hacerse un hueco con mucho más presupuesto, lo que podría hacer que la producción de Yosuke Saito (Dragon Quest X, 2012) pase desapercibida.
Tampoco ayudan el bajo nivel de detalle de sus gráficos ni contar una historia mil veces narrada.
Sin embargo, la apuesta por los detalles de guion como la frase del mercader mencionada, la mezcolanza de géneros revisados y actualizados y la recuperación de un título de culto que arrastra muchos seguidores harán sobrevivir con dignidad a NieR en un ecosistema plagado de competencia.