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Los seres infernales de El Bosco saltan a la gran pantalla

  • Se estrena en cines el documental El fascinante mundo de El Bosco
  • Bucea en los orígenes y en la inspiración del pintor de los demonios

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Tráiler del documental 'El fascinante mundo de El Bosco'

La fascinación por el llamado “pintor de los infiernos” se mantiene inalterable cinco siglos después de su muerte.

Los seres grotescos y estrambóticos del universo onírico surgido de la fértil imaginación de Jherominus van Aken, más conocido para el mundo como El Bosco (1450-1516), desbordan atrevimiento. Fijan en la mente del espectador detalles imborrables de su personalísimo estilo que corroboran el carácter visionario de su arte.

Este rico imaginario retorna a las pantallas de la mano del documental El fascinante mundo de El Bosco (90 minutos), dirigido por David Bickerstaff. Se estrena en más de 55 cines españoles el 28 de marzo (pincha aquí para ver el listado completo). 

Detalle de uno de los dibujos de El Bosco, que raramente se prestan o exhiben.

La película forma parte de Exhibition on screen, un ciclo que lleva a la gran pantalla las mejores exposiciones de museos internacionales y nos acerca a los grandes autores de la Historia del Arte.

Este proyecto británico ya ha trasladado del lienzo al celuloide el arte de Monet, Renoir o Goya. Esta temporada también veremos en los cines a los impresionistas americanos y al genio Miguel Ángel.

El origen de un mundo de fantasía

El fascinante mundo de El Bosco toma como hilo conductor la gran exposición Jheronimus Bosch-visiones de un genio que se celebró en 2016 en Den Bosch (Bolduque en español), la ciudad holandesa donde nació El Bosco y de la que tomó su nombre artístico.

El museo Het Noordbrabants consiguió reunir la mayor parte de las escasas obras que se conservan, a cambio de realizar una labor de restauración e investigación sobre las mismas.

La mayoría de pinturas y dibujos viajarían a posteriori al madrileño Museo del Prado para la magna muestra del autor que también se celebró con motivo del quinto centenario de su muerte.

Uno de los detalles violentos de una pintura del artista holandés

El fascinante mundo de El Bosco recorre su ciudad natal y desmonta algunos de los mitos en torno al artista cómo que fuera “un genio loco y torturado”.

Por el contrario, El Bosco fue un ciudadano muy respetado que gozó de una posición acomodada, “viajó poco, vivió siempre en Bolduque y se casó bastante bien”, tal y cómo se recoge en la cinta que nos acerca a su lado más personal.

“Ayudó mucho que perteneciera a una cofradía religiosa de pintores, que sabían pintar, que conocían los materiales y que recibían encargos, afirma en el documental el director de cine y experto en arte, Peter Greenaway.

En el filme, historiadores de arte mundiales analizan el “universo bosquiano” y señalan como el pintor no era un intelectual pero sí “había leído mucho” y usaba los textos religiosos y populares de la época, la música y la observación detallada de la vida comercial de la pequeña ciudad, de sus habitantes, y de la naturaleza, como fuente de inspiración.

Estos elementos unidos a su creatividad desbordante, dieron lugar a obras pioneras en las que recurre al simbolismo propio de la Baja Edad Media. El artista vincula pasado y presente con sus visiones del cielo y el infierno. Una de las claves del origen de su modernidad.

Criaturas grotescas y deformes

Sus impactantes imágenes han llegado a nuestros días como cuentos de hadas, pero formaban parte de creencias arraigadas en la sociedad del medievo.

A modo de ejemplo, en sus obras proliferan las lechuzas que se usaban como representación de lo abominable y de ojos que observan en un entorno amenazante.

El Bosco fue el primer artista en dejar fluir su imaginación sin tapujos y renovó la técnica pictórica, “tenía la creatividad de un Leonardo da Vinci pero en otro sentido”.

Ser grotesco del Tríptico de San Antonio Abad. NELSON ATKINS noticias

Lo magnífico y lo macabro se funden en sus obras que reflejan su profunda religiosidad con un fin moralizante. “Era un pintor cristiano y moralista que pintaba para sus contemporáneos y les determinaba cómo debían comportarse”, señalan los especialistas.

En esta atmósfera, abundan inquietantes imágenes fantasmagóricas y seres deformes que permiten identificar su estilo con solo atisbar un fragmento de sus creaciones. Sus lienzos muestran a menudo alegorías de los pecados capitales que alcanzaron su cénit en su obra maestra, El jardín de las delicias.

El Bosco llena el misterioso tríptico de símbolos que advierten del pecado como serpientes y hasta rocas que no son tales, sino rostros (Salvador Dalí descubriría este perfil en la tabla interior izquierda y lo convertiría en eje central de El gran masturbador, 1929).

De hecho, su huella en impresionistas y surrealistas, y en especial en Dalí, es indiscutible. Sus lienzos también han sido estudiados desde el punto de vista esotérico y psicológico. Cada espectador realiza su propia interpretación de los detalles, aunque la realidad parecer ser mucho más simple.

Los investigadores señalan en el documental que la idiosincrasia de sus cuadros nos fascina, pero matizan que no todo tiene que tener un trasfondo simbólico, ya que por un lado, El Bosco era una persona muy seria y su devoción le hacía reflexionar sobre el bien y el mal, pero por otro, “tenía mucho humor y disfrutaba mucho pintando sus criaturas demoníacas”, afirman. Una nueva vuelta de tuerca sobre la atractiva historia del “creador de demonios”.