Transparencia Internacional denuncia la "participación" del BCE en decisiones políticas "sin control democrático"
- Detecta un papel "significativo" de la entidad en la gobernabilidad de la zona euro
- Recomienda más transparencia y que la institución abandone la troika
- Propone redefinir el mandato de la entidad y su marco de rendición de cuentas
- Critica la falta de un ministro de Finanzas de la eurozona como contraparte
El desarrollo de los acontecimientos desde 2008 ha provocado una "expansión significativa del papel del Banco Central Europeo (BCE)", según señala un informe de Transparencia Internacional, en el que la ONG denuncia que el organismo "protagoniza la toma de decisiones políticas sin contar con el apropiado control democrático" y recomienda a la entidad "dejar de formar parte de la troika y prevenir las puertas giratorias".
La organización no gubernamental reconoce en su informe ¿Dos caras de la misma moneda? Independencia y responsabilidad del BCE que el banco central [.PDF en ingés] "ha salvado al euro en más de una ocasión", pero advierte de que la falta de un ministro de Finanzas de la zona euro como contraparte a sus actuaciones supone que el BCE haya estirado su mandato hasta lo que el director de Transparencia Internacional frente a la Unión Europea (UE), Carl Dolan, ha definido como un "punto crítico".
"Los Estados miembros tienen que dejar de esconderse detrás de los tecnócratas del BCE, superar la inercia política y tomarse en serio la reforma de la eurozona", ha señalado en declaraciones recogidas por Europa Press el editor del documento, Leo Hoffmann-Axthelm, en el que también se critica el envío de "cartas secretas" de la entidad de Fránfort a los primeros ministros de España e Italia para "condicionar" la puesta en marcha de un plan de operaciones monetarias de compraventa (OMC) similar al lanzado por el presidente del BCE Mario Draghi en 2012.
Por su parte, el BCE -que ha destacado el reconocimiento por parte de Transparencia Internacional de las medidas adoptadas recientemente para mejorar en mayor medida sus mecanismos de transparencia, rendición de cuentas e integridad- ha reiterado su compromiso de mantener un diálogo abierto al respecto, así como de reforzar la gobernanza y los mecanismos de integridad de la institución, recordando que el banco central "rinde cuentas directamente ante el Parlamento Europeo".
Asimismo, la institución ha precisado que "algunas de las recomendaciones de Transparencia Internacional se refieren a cuestiones no incluidas en el ámbito del mandato del BCE o no previstas en el Tratado", mientras otros puntos ya se han aplicado, como la publicación de decisiones, dictámenes y recomendaciones o de información sobre las reuniones con representantes del sector.
Redefinir el mandato del BCE
"Si la independencia es una cara de la moneda, la otra es un mandato concreto", afirman los autores del estudio que cuestionan la adecuación del marco de rendición de cuentas del BCE a esta nueva era de intervencionismo de los bancos centrales.
En este sentido, la ONG apunta que la institución dirigida por Mario Draghi sigue afrontando el reto político de ser la única autoridad monetaria notable que carece de una contraparte fiscal, algo que define como un "vacío en el corazón" de su arquitectura institucional.
"Dada su independencia, la rendición de cuentas es más una cuestión de responsabilidad que de control democrático", advierte el informe, que considera que la "sobrecarga" impuesta a los bancos centrales somete a una "severa tensión" al marco institucional que sustenta la exención del principio de responsabilidad democrática.
De este modo, Transparencia Internacional sugiere que el marco según el cual el BCE rinde cuentas debería ser revisado y que la entidad debería hacer públicas todas sus decisiones, recomendaciones y opiniones, haciendo especial hincapié en que la institución informe al Parlamento Europeo de las posiciones que adopte en sus reuniones con organismos internacionales, como el Comité de Basilea.
Mayor transparencia y abandono de la troika
Por otra parte, la ONG recuerda que la independencia del BCE se ha visto confrontada repetidamente en los últimos años al tener que buscar un equilibrio entre intervenir o extralimitarse en casos como los programas de compra de deuda soberana y su participación en los programas de rescate de países de la eurozona.
En este sentido, el documento recuerda que el BCE dejó de aceptar bonos del Gobierno griego "forzando" a los bancos helenos a pedir dinero prestado a su banco central nacional bajo el procedimiento de provisión urgente de liquidez y "presionando" al Ejecutivo en las negociaciones. Igualmente, Transparencia Internacional destaca el envío de "cartas secretas del BCE a los primeros ministros de España e Italia en apoyo a un sistema de compra de bonos similar (al aprobado por la entidad en 2012) condicionando reformas específicas en un periodo concreto".
Por estos motivos, la ONG plantea que el BCE no debería seguir jugando un papel destacado en la troika ni actuar de manera formal en la negociación y vigilancia de las condiciones para recibir dinero de un rescate y habría de convertirse en el "prestamista de última instancia oficial para los principales bancos de la eurozona", asumiendo el rol que ahora desempeñan los bancos centrales de los Estados miembros, en busca de mayor simplicidad y transparencia en el proceso.
Además, Transparencia Internacional apunta que la entidad debería buscar un acuerdo con el Parlamento Europeo y el Eurogrupo para aprobar "aquellos procedimientos que vayan más allá de su mandato pero puedan ayudar a prevenir o contener una crisis".
Prevenir las puertas giratorias
Otro de los riesgos particulares detectados por los autores del informe apunta a las llamadas "puertas giratorias", ya que, según denuncia el informe, numerosos miembros de la ejecutiva del BCE han acabado ocupando puestos en el sector privado, a pesar de no contar con experiencia profesional en entidades privadas con anterioridad a su paso por el banco central.
En este sentido, Transparencia Internacional subraya la importancia del comportamiento mostrado por los responsables de las instituciones a la hora de dar ejemplo al resto del personal y hace hincapié en las particularidades en esta materia con respecto a las labores de supervisión bancaria.
De este modo, la ONG recomienda ampliar los periodos de incimpatibilidad para garantizar la integridad del nuevo Mecanismo Supervisor Único (MUS), incluyendo un procedimiento transparente para valorar si determinados puestos son compatibles con las restricciones posteriores a haber ocupado cargos en la entidad.
Asimismo, la organización considera que la detección de conflictos de intereses, corrupción y otras malas prácticas por parte del banco central se ve dificultada por el "anticuado" marco de denuncia, que no sale bien parado en comparación con las mejores prácticas internacionales dirigidas a alentar la presentación de denuncias.
De hecho, el informe constata que "en ausencia de un mecanismo institucionalizado para informar de manera anónima" solo se presentaron dos informantes durante 2016, por lo que Transparencia Internacional reclama al BCE adoptar un nuevo procedimiento de denuncia que permita el anonimato.