Ado Arrietta: "'La bella durmiente' podía haberla escrito Einstein"
- El cineasta español venerado en Francia adapta el cuento clásico con su poético estilo
- Figura del ‘underground’, estrena su película de mayor presupuesto a los 74 años
Nació en Madrid hace 75 años como Adolfo Arrieta y en Francia en los años 70 se convirtió en una leyenda del cine ‘underground’ arropado por los críticos de Cahiers du cinema. Siempre en los márgenes y fuera de los grandes circuitos de distribución, pero admirado por rarezas como Flammes (1978). Ahora, como Ado Arrietta (“suena más comercial”, bromea) estrena La bella durmiente, la primera película con un presupuesto medio de su carrera y con un reparto soñado de actores francófonos.
“Es mi cuento preferido desde que era pequeño, el que más leía”, confiesa a RTVE.es durante la presentación de su película en Madrid. Su versión de La bella durmiente tiene un aire naif, estética mimada y poesía sugerente. Es decir, se toma el cuento popularizado por Perrault y los hermanos Grimm muy en serio.
“Lo encuentro muy moderno: es una meditación sobre la elasticidad del tiempo, podía haberlo escrito Einstein”, asegura. En su versión, Egon, el reino de la joven princesa vive en 1900, pero tras el encanto del hada mala queda durmiente durante 100 años. En 2000, unl joven príncipe de Litonia tiene el designio de atravesar la jungla para besar a la bella y despertar el reino.
Niels Schneider, habitual de Xavier Dolan, es el príncipe; Mathieu Amalric (La escafandra y la mariposa) es su protector; Agathe Bonitzer es el hada buena e Ingrid Caven, musa de R.W. Fassbinder, es el hada mala.
Caven acompaña en Madrid a Arrietta para presentar la cinta y dar un concierto (30 de marzo) en el Círculo de Bellas Artes. La actriz y cantante, que también carga con la etiqueta underground, sostiene que bajo ese nombre se hizo el mejor cine europeo de los 70. “Las películas de Fassbinder o Eustache no han hecho más que viajar, las conoce mucha gente. Es algo que pasó por el cine y ha quedado allí, flotando en el aire”.
Arrietta no rodaba ficción desde Merlín (1991) y, muy socarronamente, reconoce que esta vez tenía presupuesto. “Eso parece, me di cuenta porque había camiones electrógenos y mucha gente alrededor”. Rodada en la ya de por sí mágica Bretaña francesa, la ausencia de estrecheces permitió a Arrietta centrarse en el aspecto más pictórico (su otra pasión) de la película.
Al resultado, que se estrena en España el 31 de marzo, se le podría aplicar el rótulo con el que su admirado Jean Cocteau presentó su versión de La bella y la bestia: ‘los niños creen lo que les cuentan y no lo ponen en duda. Lo que les pido es un poco de esa ingenuidad’.