La NASA halla evidencias de posible vida microbiana en una de las lunas de Saturno
- Ha encontrado hidrógeno molecular en columnas de vapor de Encélado
- "No vimos microbios, pero vimos su comida", asegura el director del trabajo
- La NASA ha vuelto a observar géiseres emanando de Europa, luna de Júpirer
La NASA ha detectado la presencia de hidrógeno molecular en Encélado, una de las lunas de Saturno, lo que podría significar la existencia de microorganismos vivos en este satélite del Sistema Solar. Esta sustancia fue detectada por la sonda Cassini en 2015 en los chorros de vapor que emanan de gigantescas grietas en la región sur de Encélado desde el océano que hay bajo su superficie helada.
"El hidrógeno encontrado tiene casi todos los ingredientes que necesitarías para soportar la vida en la Tierra", ha explicado en una conferencia de prensa Linda Spilker, una de las científicas de la sonda espacial internacional Cassini, que orbita Saturno desde 2004, según recoge Efe.
Este descubrimiento, publicado este jueves en la revista Science, hace de este satélite el lugar más allá de la Tierra donde los científicos han encontrados evidencias directas de una posible fuente de vida, subraya Reuters.
"No vimos los microbios, pero vimos su comida", ha resumido el director del estudio, Hunter Waite, del Southwest Research Institute de San Antonio (EE.UU.) en declaraciones a esta revista científica.
El trabajo de investigadores de la misión Cassini indica que el gas hidrógeno que potencialmente podría proporcionar una fuente de energía química para la vida, se encuentra en el océano helado de Encélado.
La presencia de hidrógeno en el océano de esa luna de Saturno significa que los microbios -si es que existen- podrían utilizarlo para obtener energía combinándolo con dióxido de carbono disuelto en el agua.
Condiciones de habitabilidad en la luna de Saturno
El pequeño y helado Encédalo experimenta reacciones hidrotermales similares a las de la Tierra y tiene una presencia de hidrógeno que podría sugerir que en esa luna se dan condiciones de habitabilidad, según el mismo informe.
Para el autor principal del estudio, Hunter Waite, y sus colegas ese hidrógeno solo puede proceder de las reacciones hidrotermales entre las rocas calientes y el agua del océano que hay bajo la superficie congelada del satélite.
En la Tierra, ese mismo proceso proporciona energía a ecosistemas enteros que se encuentran alrededor de fuentes hidrotermales, recuerda el estudio.
Así, los autores escriben que "la presencia de hidrógeno en las columnas (de gas) de Encélado podría, por lo tanto, sugerir la existencia de temperaturas y fuentes de energía química necesarias para que en el interior de esa luna se den condiciones de habitabilidad".
Los investigadores creen que el vapor y las partículas por las que la nave Cassini pasó durante su vuelo cercano a Encédalo contenían hasta un volumen de 1,4 por ciento de hidrógeno, y del 0,8 por ciento de dióxido de carbono.
Ambos ingredientes son fundamentales para que se dé un proceso conocido como "metanogénesis", una reacción que en la Tierra mantiene vivos a los microbios en ambientes oscuros y submarinos.
Más cerca de saber "si realmente estamos solos o no en el Universo"
"Esto es lo más cercano que hemos estado, hasta ahora, a la identificación de un lugar con ingredientes necesarios para un entorno habitable", ha dicho Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la misión científica de la agencia aeroespacial de EEUU (NASA). Zurbuchen ha añadido que estos resultados acercan a la Humanidad a responder "si realmente estamos solos o no en el Universo".
Cassini, un proyecto conjunto de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la italiana (ASI), va a ser ahora puesta en un curso por una zona no explorada entre Saturno y sus anillos para que, a los 122.000 kilómetros por hora a que vuela, entre en la atmósfera gaseosa de ese planeta en septiembre próximo y se desintegre.
Por otro lado, la NASA ha destacado que el Telescopio Espacial Hubble, que sigue una órbita circular alrededor de la Tierra a 593 kilómetros sobre el nivel del mar, en el exterior de la atmósfera, descubrió un géiser de agua en erupción en la parte más cálida de Europa, una de las lunas de Júpiter.
Esta es la segunda vez que se observa dicho fenómeno en este punto exacto, lo que significa, según los investigadores, que podría resultar ser una característica de la superficie.
"Esto es significativo porque el resto del planeta no es fácil de predecir o entender y esto está sucediendo por segunda vez en el lugar más cálido de Europa", ha añadido Mary Voytek, astrobióloga de la NASA.