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El ajo negro envejecido actúa como un potente protector del corazón

  • Tiene un gran efecto vasodilatador de las arterias coronarias
  • Es capaz de atenuar la disminución de la contractilidad cardiaca tras un infarto
  • Lo han comprobado investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid

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El ajo negro se obtiene a partir del ajo común mediante un proceso de envejecimiento acelerado.
El ajo negro se obtiene a partir del ajo común mediante un proceso de envejecimiento acelerado.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en colaboración con Pharmactive Biotech, han descubierto que el ajo negro envejecido puede atenuar la disminución de la contractilidad cardiaca tras un infarto de miocardio en ratas.

Se trata de un tipo de ajo muy utilizado como condimento en la cocina asiática, cuyo uso se ha extendido en los últimos años por América del Norte y Europa. Se obtiene a partir del ajo común mediante un proceso de envejecimiento acelerado controlando parámetros de temperatura y humedad.

A diferencia del ajo convencional, el producto resultante contiene un mayor contenido en polifenoles, ácidos grasos poliinsaturados como el ácido linolénico, y compuestos azufrados, especialmente S-alil-cisteína SAC, lo que le confiere una mayor capacidad antioxidante.

En este sentido, los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista Journal of Functional Foods, han analizado los efectos 'in vitro' de un extracto de ajo negro sobre la función cardiaca en ratas tras un infarto de miocardio. Los experimentos se llevaron a cabo mediante la técnica del corazón perfundido (Langendorff), que permite valorar la función cardiaca exvivo y administrar tratamientos directamente en el corazón.

Efecto vasodilatador

De esta forma, comprobaron que el extracto de ajo negro tiene un potente efecto vasodilatador de las arterias coronarias,  y que la administración de este extracto antes y después de un proceso isquémico (infarto) previene la disminución de la contractilidad cardiaca inducida por éste.

"El efecto sobre la contractilidad cardiaca resultó ser dosis dependiente produciéndose exclusivamente al administrar una dosis de 50 mg/L de extracto, y no con una dosis mayor de 500mg/l", ha comentado la doctora del departamento de Fisiología de la UAM y directora de la investigación, Miriam Granado.

Asimismo, los científicos administraron el extracto de ajo negro a segmentos de aorta en un sistema de baño de órganos para valorar la reactividad vascular. De este modo, observaron que el extracto de ajo negro indujo vasodilatación a dosis altas, y que aumentó la liberación de óxido nítrico (NO) tanto a la dosis de 50mg/L como a la de 500mg/L.

Estos estudios funcionales en corazón y aorta se complementaron con el análisis de la expresión de marcadores inflamatorios y de estrés oxidativo en tejido arterial y cardíaco.  "En contra de lo esperado, la administración del extracto de ajo negro no sólo no disminuyó la expresión de dichos marcadores, sino que la aumentó ligeramente en algunos casos. Sin embargo, el extracto aumentó también la expresión de algunos marcadores antiinflamatorios y antioxidantes", ha apostillado Granado.

Fenómeno de hormesis

Ahora bien, prosigue, estos resultados pueden explicarse mediante la hormesis, fenómeno que media los efectos farmacológicos de algunas sustancias medicinales y que se define como el proceso mediante el cual la exposición a dosis bajas de un determinado agente químico o ambiental, nocivo a dosis altas, induce una respuesta adaptativa y un efecto beneficioso en la célula o el organismo.

"Por tanto, es posible que el hecho de inducir un leve estado inflamatorio y oxidativo haga que el extracto de ajo negro active simultáneamente mecanismos antiinflamatorios y antioxidantes que prevengan, al menos en parte, las alteraciones producidas por un daño mayor, como el infarto de miocardio", ha zanjado.