Gabriel Lage sobre Juliana Awada y Letizia Ortiz: "No queríamos un duelo de estilo"
- Ha vestido a Juliana Awada en los viajes de Estado
- Lleva 25 años en la moda argentina y ahora quiere conquistar España
- Es uno de los platos fuertes de Pasarela Costura España
Gabriel Lage es una celebridad en Argentina pero poco a poco se está dando a conocer en todo el mundo con la complicidad de Juliana Awada, esposa del presidente Mauricio Macri. “Sí, es una excelente embajadora para mi moda, pero no por su cuerpo, que lo tiene perfecto, es más por su personalidad para llevar diferentes estilos, y ese es mi no-estilo: una mujer que se pone lo que tiene ganas, y lo lleva bien”.
Awada destacó con elegancia natural junto a mujeres tan conocidas e influyentes como Michelle Obama, Máxima de Holanda y la reina Letizia. El viaje a España fue en febrero de 2017 y la prensa llegó a hablar de duelo de estilos pero Lage no lo vio así.“Al contrario, se notó complicidad y una relación amistosa. No quisimos tener ningún duelo. A la reina no la conozco pero a Juliana sí, y se sintió muy feliz con el trato recibido. También yo, mi nombre salió mucho en prensa y todo fueron buenas palabras”.
Cosecha buenas críticas en Europa y pretende conquistar el viejo continente desde Madrid. Ahora se ha estrenado en la Pasarela Costura España y tiene ya un showroom de prensa, precisamente uno de los que visita Doña Letizia.
“Iremos poco a poco pero sí tengo ganas de ingresar en España. Adoro este país porque es la tierra de mi padre y de él aprendí todo lo que sé de moda, porque era sastre. Vengo muchas veces a Madrid, mi pasaporte lo demuestra. Tengo ganas de ingresar acá pero quiero hacerlo muy a poco, respetando este trabajo de piezas únicas porque no quiero hacer cosas masivas. Me gustaría vestir a la mujer española pero respetando a mis colegas, sin entrar en competencias, ¡creo que hay sitio para todos!”.
Con la colección anterior celebró su 25º aniversario en la moda, un trabajo que marco un punto de inflexión en su carrera. La nueva colección, Sofía, es un tributo a su sobrina, fallecida recientemente.“Ella quería un vestido para su fiesta de quince cumpleaños que fuera cómodo, quería bailar y estar con sus amigos, no quería un vestido de princesa”.
Y ese espíritu, alegre, es el que ha trasladado a la colección que presentará en unos meses en Buenos Aires y de la que presenta ahora un anticipo junto a piezas icónicas de su carrera. “Es una colección muy red carpet pero para una mujer que quiere sentirse cómoda, libre, que pueda moverse y mostrarse sensual. Hay mucho vuelo y dejo que las líneas fluyan. Utilizo muchos hilos de seda y todo se hace a mano, como el vestido que tanto gustó acá de Juliaan Awada”.
Se lamenta de que Argentina “queda lejos de la moda” pero quiere demostrar que en su país también se puede hacer costura. Alaba la elegancia de la mujer española y tiene palabras amables para Elio Berhanyer y para Hannibal Laguna, que también ha particiapado en esta pasarela y asistió al desfile del argentino. “Coincidimos en una pasarela en Santo Domingo y me ofreció su atelier en Madrid. Eso es importante, la unión hace la fuera”, dice.
Con Laguna comparte ese gusto por el lujo, por la costura clásica, la sensualidad y feminidad.“A mí lo que me define es no tener estilo, no vestir a todas las mujeres de la misma manera. He vestido a cinco o seis mujeres en la misma fiesta y no parecían del mismo diseñador”, cuenta. No es partidario de ‘rejuvenecer’ y trasladar los códigos urbanos a la costura, como hizo Chanel, añadiendo riñoreras y zapatillas deportivas a los vestidos de alta costura. Tampoco de disfrazar a la mujer con vestidos imposibles. “Miro mis colecciones y mis musas como diseñador, pero miro a las mujeres como hombre”, apunta.
La colección es un canto al barroco bien entendido, con vestidos de encaje, tul, plumas y sedas estampadas. Los escotes son elegantemente osados -palabra de honor, barco, en uve- y los bordados llevan destellos de cristal y perlas y la coquetería de las flores que proyectan un efecto tridimensional.
Los tonos pastel contrastan con las texturas metalizadas, en oro y plata, a veces un tanto vintage, y su bandera se tiñe de negros, azules, rosas y blancos. Una colección que va más allá de la moda, es su carta de presentación en Madrid.
“Tenías que ver cómo la trajimos, todo vino con nosotros en el avión porque temía que se perdiera y llevamos tres días planchando para que esté perfecta”.
En un elegante gesto podría haber enviado una invitación a doña Letizia pero la reina no ha asistido. A él lo han llamado 'El Felipe Varela argentino' y es normal que se le pregunte qué le parece que la reina tenga un diseñador de cabecera. “Nosotros no tenemos realeza y hay cosas del protocolo que no las entendemos del todo. Yo no quiero ser el diseñador de Juliana Awada, quiero ser uno de los argentinos que viste a Jualiana Awada. Pero si la reina se siente cómoda con él me parece fantástico”.
Fely Campo, horas antes, proponía un viaje a Japón a través de 43 trajes de patrón oriental. Los vestidos se decoran con jardines orientales o van en tonos lisos de verde. Otros se tiñen de metal, jugando al contraste de brillo y mate.
El patrón envuelve el cuerpo, acariciándolo, y los tejidos, nobles y naturales, recuerdan al 'furisode' nipón, un kimono de mangas largas que las japonesas llevan en momentos especiales. .
De la Cierva y Nicolás llaman a su colección Clotilde Dreams, en homenaje a la esposa de Joaquín Sorolla a la que retrató en muchos de sus cuadros en diferentes momentos de sus vidas. Su moda encierran toda la luz del Mediterráneo, un mar que presta su magia a vestidos de guipur, jacquar y tul de seda.
Los tonos arena y los dorados, inspirados en el atardecer junto al mar, remarcan ese verano eterno que es la obra del pintor valenciano.
En este día hemos visto un enorme abanico de propuestas para novias e invitadas. La boda ha evolucionado mucho en estas décadas y sale de la iglesia y el salón del ayuntamiento para celebrarse en lugares diferentes. Se apuesta por las bodas temáticas y prima festejar el amor al aire libre.
Por eso los diseñadores de moda nupcial amplían sus catálogos, ofreciendo de todo para todas. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo las distintas edades de la novia, las que se casan por segunda o tercera vez e incluso las que celebran el divorcio.
Esta pasarela, que celebra su cuarta edición, es un amplio escaparate para las novias pero también es una gran ventana a la que poder asomarse y conocer el trabajo hecho en España, ese que tanto gusta fuera de nuestras fronteras.
Manu García ha abierto la segunda jornada con una colección marcada por las transparencias que provocan falsos escotes y vestidos que parecen estar suspendidos sobre el cuerpo. La primera parte es primaveral y festiva, y la segunda juega con el blanco y negro en vestidos más sofisticados. De sus diseños de novia destaca uno que deja el ombligo al aire, uno de los más atrevidos de los vistos en esta pasarela.
Desde Sevilla llega la aguja joven y desenfadada de Pol Nuñez que apuesta por siluetas cómodas y patrones verticales que, a veces, viajan desde el pasado. Desde Tenerife han viajado firmas como Amarca, que traslada la riqueza de colores, formas y texturas del fondo marino a sus vestidos; Sedomir Rodríguez Serna, que se inspira en exuberancia de la naturaleza para dibujar una novia barroca y sofisticada; o Juan Carlos Armas, que se ha sumergido en la vida de Frida Khalo con una colección atrevida, marcada por el color y las texturas llamativas.
Y desde el Mediterráneo, una vez más, vienen las propuestas del colectivo de moda Adlib que celebará su gran fiesta del 18 al 20 de mayo en Ibiza. Piluca Bayarri, Ibimoda, Virginia Vald y Tony Bonet han perfumado Madrid con el aroma de la libertad y la sensualidad pitiusas.
Pero esta pasarela es mucho más. Gabriel Lage ha compartido calendario con compatriotas como Noemi Vallone, Sabrina Iacobellis, Olga Gualteri, Isidora Cáseres, Marcela Sáez y la firma Mai. Junto a ellos ha destacado el ruso Araik Galstyan que ha mostrado su trabajo como florista utilizando vestidos del modista Petro Valverde.