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Eduardo Mendoza: "Si escribiera solo novelas de humor no estaría cómodo conmigo mismo"

  • El Premio Cervantes mantiene el tradicional encuentro con la prensa en la BNE
  • "Se está perdiendo la literatura en favor de la lectura", ha advertido el autor
  • Mendoza deposita su legado en la Caja de las Letras, "un entierro anticipado"

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Eduardo Mendoza, Premio Cervantes 2016, deposita su legado en la Caja de las Letras

Tras haber dormido "entre 20 y 25 minutos" en los últimos días y tras el solemne acto de entrega del Premio Cervantes celebrado este jueves en Alcalá de Henares, su ganador, Eduardo Mendoza, ha continuado su maratoniana semana cervantina con el tradicional encuentro con los medios de comunicación en la Biblioteca Nacional, aunque este año de modo inédito este se produce después y no antes de la recogida del galardón por cuestiones de agenda del escritor catalán, que regresó este mismo miércoles a España de un viaje programado a Nueva Zelanda. El viaje de más de 20 horas, el jet lag por el cambio horario respecto a las antípodas y el "nerviosismo" de la entrega del Cervantes, han dejado a Mendoza con su sueño afectado pero intacto su agudo sentido del humor, un humor que traslada a sus libros pero que, ha confesado, se siente obligado a alternar con novelas serias.

"Si escribiera solo novelas de humor no estaría cómodo conmigo mismo", ha asegurado Mendoza, que necesita "intercalar un divertimento" entre novelas "más o menos serias" y que matiza que esta "doble vida literaria" que lleva es más bien "complementaria".

En este sentido, el escritor barcelonés recuerda que, pese a que algunas de sus novelas llamadas serias como La verdad sobre el caso Savolta o La ciudad de los prodigios han "funcionado bien", con otras "ha pinchado" pese a los años de "trabajo intenso" y de documentación que ha invertido en ellas. "Los libros de humor los escribo muy deprisa, no tengo que consultar nada y se venden como churros, por lo que a veces me pregunto por qué me empeño en escribir lo otro, pero es que tengo que hacer las dos cosas: estudiar e ir al cine", ha afirmado un distendido Mendoza, que ha estado acompañado del secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo.

"Se está perdiendo la literatura en favor de la lectura"

Entre los muchos temas de los que Mendoza ha hablado con los periodistas, el debate sobre el momento actual que vive la literatura y su enseñanza en los centros educativos no ha podido faltar. En este sentido, el autor catalán cree que la literatura "debe volver a ser una asignatura" como la Física o la Química sin que se la trate como un simple divertimento.

"Las Humanidades son parte de nuestro desarrollo cerebral y nuesta forma entender y estar en el mundo, y hay que enseñarla de esa forma. Se está perdiendo la literatura en favor de la lectura, que es una cosa que solo beneficia a industria editorial. La literatura es otra cosa", ha afirmado rotundo el Premio Cervantes 2016, que ha insistido en la necesidad de leer a los clásicos pese a que algunos de ellos sean "libros horrorosamente aburridos, pero que hay que leer porque son muy buenos".

En esta línea, ha reiterado una afirmación que en alguna ocasión ha suscitado cierta polémica, ha reconocido: "No es importante que la gente lea. Es importante que algunos lean y que lean bien, con sabiduría, que sepan lo que leen. Y los demás que lean lo que les dé la gana", ha dicho el barcelonés, que ha añadido que para estos "buenos lectores" no podrán existir si esto no se enseña en la escuela.

Sus respetos a Gurb-Marta Sánchez

La charla distendida también ha girado en torno a uno de los libros más hilarantes y exitosos de Mendoza, Sin noticias de Gurb (1991), en el que Gurb es un extraterrestre que anda desaparecido por la ciudad de Barcelona y que ha adoptado la apariencia de Marta Sánchez al llegar a la Tierra.

Mendoza ha aprovechado para transmitirle a la cantante su "respeto, afecto y disculpas" por si se sintió ofendida por este personaje hoy ya convertido "en mito" y ha justificado que eligiera a Marta Sánchez porque estaba de actualidad y le pareció "un símbolo de lo sexy casero" en el momento en el que se puso a escribir un libro que iba a ser "efímero" y se iba a publicar por entregas en un periódico en el mes de agosto. "25 años más tarde, Marta Sánchez se ha traducido a varios idiomas con problemas tremendos para los traductores, pero para eso cobran", ha dicho entre risas el escritor catalán, que ha subrayado que no era su intención "en asboluto" ridiculizar a la cantante, sino que la veía como uno de los elementos que, como el fútbol o los churros, servían para integrar en la sociedad española a los inmigrantes africanos que en aquellos momentos comenzaban a llegar.

De este libro también ha dicho que es "un libro para adultos, pero muy infantil" con un protagonista "extraterrestre con muchos poderes pero muy bobalicón" y ha avisado de que nunca tendrá una segunda parte porque esta sería "mala" y haría también mala a la primera.

Para finalizar el encuentro, Benzo, en nombre de la BNE, ha hecho entrega de tres regalos al autor: una lámina de la Barcelona de la exposición universal de 1888, que retrata en La ciudad de los prodigios, la primera crítica que recibió su primera novela, La verdad sobre el caso Savolta, y que cambiaría su vida, y un diario artesanal en el que Mendoza ha prometido que escribirá.

Para alivio de Benzo y los responsables de la Biblioteca Nacional ninguno de los presentes era un libro, pues el Premio Cervantes ha confesado que recibe unos mil al año y le "ivanden", por lo que ha aprovechado para pedir que no le regalen más, tanto personas que se autoeditan como las propias editoriales. "Si no me deshiciera de ellos con mucha celeridad, se habría hundido el edificio. Pido que me dejen comprar el libro que yo quiera y no me regalen ninguno, sino que me regalen otras cosas, como vino...", ha concluido el novelista.

Legado en la Caja de las Letras: "Un entierro anticipado"

Tras el encuentro con los medios de comunicación, Eduardo Mendoza se ha desplazado al Instituto Cervantes para depositar su legado en la Caja de las Letras, que no ha querido desvelar en qué consiste y que se abrirá dentro de 20 años. "Esto es una especie de entierro anticipado, es inquietante, pero mi venganza es que hasta dentro de 20 años nadie va a saber lo que hay", ha dicho el autor de El misterio de la cripta embrujada, que ha bromeado en que confiaba en que el personal del Instituto Cervantes era gente seria y no abrirían esta noche la caja a ver qué había -"si yo fuera el director, lo haría"-.

Preguntado por si le gustaría estar vivo para cuando se abriera la caja dentro de 20 años, ha dicho que prefiere no estarlo: "Hay que saber retirarse a tiempo. Dentro de 20 años tendré 94, y ya soy bastante pesado ahora, imagínese con 94", ha dicho entre risas.