Jiro Taniguchi detiene el tiempo para que nos maravillemos con Venecia
- Se reedita su cuaderno de viajes Venecia, una obra de una gran belleza
- También Sky Hawk, un western sobre dos samuráis que combatieron con el General Custer
El pasado 11 de febrero, nos dejaba el japonés Jiro Taniguchi (a los 69 años); uno de los mayores artistas que ha dado el cómic internacional, no sólo por su maestría como dibujante sino, sobre todo, por su capacidad para transmitir sentimientos y evocar sensaciones, algo al alcance de muy pocos.
Ahora Ponent Mon le rinde homenaje reeditando dos de sus grandes obras, su cuaderno de viajes dedicado a Venecia, una auténtica obra de arte; y el primer western que realizó, Sky Hawk, que cuenta la historia de dos samuráis japoneses enfrentados al General Custer.
'Jiro Taniguchi. Venecia'
Taniguchi era uno de los dibujantes más admirados en Francia, donde recibió la máxima distinción, la de Caballero de las Artes y las Letras. Y si alguien todavía duda de que el cómic sea un arte, sólo tiene que abrir cualquier página de Jiro Taniguchi: Venecia (Ponent Mon), el cuaderno que el japonés realizó para una colección de libros ilustrados de viaje de Louis Vuitton, cuyas viñetas nos invitan a detener el tiempo para deleitarnos con la belleza de Venecia, una belleza que pocas veces hemos visto transmitida como en estas fabulosas acuarelas de Taniguchi.
El leiv motiv de esta colección de viajes es que cada dibujante se pierda por las calles de una ciudad desconocida y nos transmita las sensaciones que le van invadiendo con cada giro de una esquina, con cada descubrimiento paisajístico, arquitectónico o humano. Y Taniguchi es el mejor para trasmitirnos ese placer del descubrimiento. Por cierto que muchas de las obras originales realizadas para estos libros han sido adquiridas por la empresa para formar parte de su colección de arte contemporáneo.
Taniguchi logra emocionarnos con su habitual maestría para convertir los pequeños detalles de la vida en poesía, en emociones que cualquiera que haya vivido reconocerá instantáneamente. Si habéis visitado ya Venecia, este libro os hará desear volver a perderos por sus calles, y si no la conocéis todavía, será difícil que no os incite a viajar hasta una de las ciudades más mágicas del mundo.
La familia y los sentimientos
Aunque este es un libro eminentemente visual, en el que la belleza de sus imágenes destaca poderosamente, Taniguchi no puede evitar introducir sus temas habituales como la familia, la memoria o el amor. Por eso, la excusa que utiliza para este viaje visual y sentimental es que, tras la muerte de su madre, descubre una caja con fotografías antiguas en las que sus abuelos posan en las calles de Venecia. Como él desconocía que hubieran viajado hasta allí, decide seguir sus pasos descubriendo las huellas que sus ancestros dejaron en la ciudad de los canales.
Un viaje fisico y sentimental, que también sirve al autor para introducir otros de sus temas habituales como la soledad en mitad de una gran ciudad abarrotada por los turistas, la gastronomía (que para él es otra forma de viajar), y el placer de perderse como el primer paso para descubrir nuevos mundos.
Un viaje que es al mismo tiempo, interior y exterior, y que consigue despertar nuestros sentidos. Un cómic cuyas páginas son la mejor invitación a viajar que hemos visto en mucho tiempo. Y que no es una sucesión de postales, por muy bellas que sean sus imágenes, sino una sucesión de sueños en los que se mezclan el futuro, el pasado y el presente. Una invitación de viajar y, sobre todo, a disfrutar de la vida.
'Sky Hawk'
Jiro Taniguchi también estaba considerado como el más occidental de los mangakas (dibujantes) japoneses. Por eso se arriesgó a meterse en un género que los japoneses casi no han tocado, el western.
Sky Hawk, es una historia basada en hechos históricos, que cuenta las peripecias de estos dos samuráis exiliados a los Estados Unidos durante la Restauración Meiji (1868), que encuentran refugio en los territorios de los indios Crow. Sin embargo allí se verán envueltos en los enfrentamientos de los indios contra los blancos que no respetan los tratados y quieren que el ferrocarril atraviese sus terrenos sagrados; sin olvidar a los buscadores de oro, una auténtica plaga que arrasaba por donde pasaba.
Allí, estos dos samuráis descubrirán que su código de honor (el bushido) es similar al de los indios que, fascinados por sus técnicas de lucha y sus artes marciales, les acogerán como aliados en su enfrentamiento contra los voraces hombres blancos. Un argumento que podría recordarnos a El último samurái, que Tom Cruise protagonizó en 2003; pero la obra de Taniguchi se publicó un año antes (2002).
Todo desembocará en una de las batallas más famosas de la historia, Little Big Horn, la última gran victoria de los indios sobre los invasores (encabezados por el General Custer), antes de ser derrotados definitivamente.
La delicadeza de los paisajes
Cuando todavía no se nos ha pasado el asombro por la forma en que Taniguchi retrata las calles y canales de Venecia, aquí nos maravillamos con los paisajes del Far West americano y su descripción del estilo de vida de los indios. No olvidemos que Taniguchi también era un gran amante de la naturaleza que protagonizó muchas de sus grandes obras. Destacar todo lo relacionado con los búfalos, el principal sustento de los indios.
En el epílogo del manga, Taniguchi reconoce su fascinación por los grandes westerns del cómic europeo, como Mac Coy, El teniente Blueberry, Comanche o Jonathan Cartland. Así como por películas como Pequeño gran hombre, Las aventuras de Jeremías Johnson, Un hombre llamado caballo, Bailando con lobos o El último mohicano, así que ya veis por donde van sus influencias en esta obra.
Resumiendo, dos grandes obras de un maestro del cómic mundial que nos invitan a viajar, a emocionarnos y, sobre todo, a soñar.