Le Pen deja temporalmente la presidencia del Frente Nacional para ampliar su base electoral de cara a la segunda vuelta
- "Creo que es indispensable apartarme", ha anunciado en una entrevista
- La ultraderechista afirma que se sentirá "más libre" sin las "consignas de partido"
- Desde 2011, ha tratado de suavizar las aristas de la formación de extrema derecha
La candidata ultraderechista Marine le Pen ha anunciado este lunes que deja temporalmente la presidencia del Frente Nacional para ampliar su base electoral de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia, que disputará el próximo 7 de mayo contra el socioliberal Emmanuel Macron.
“Esta noche, no soy la presidenta del Frente Nacional, soy la candidata a las presidenciales“
"Creo que es indispensable apartarme de la presidencia del Frente Nacional. Esta noche, no soy la presidenta del Frente Nacional, soy la candidata a las presidenciales, una candidata que desea unir a los franceses en torno a su proyecto de esperanza, de prosperidad, de seguridad", ha explicado en una entrevista en el canal France 2.
El insólito giro de Le Pen supone que los dos aspirantes al Elíseo se presentarán sin un partido político que les respalde, ya que Macron lidera lo que él mismo denomina un movimiento, la plataforma En Marche (cuyas siglas coinciden con las de su nombre), al tiempo que su rival se aparta del partido que lidera desde hace seis años.
Le Pen, que no precisado quien se hará cargo de la dirección del Frente Nacional, ha justificado su decisión en que le permitirá sentirse "más libre", sin estar "bajo consignas de partido", un argumento bajo el que trasluce el intento de desmarcarse de los aspectos menos homologables de su partido, con una larga tradición racista, antisemita e incluso violenta.
Homologar su candidatura al margen del partido
De hecho, desde que Marine Le Pen sucediera a su padre al frente del Frente Nacional, en enero de 2011, gran parte de sus esfuerzos se han centrado en lo que se ha dado en llamar la 'desdemonización' (dédiabolisation, en francés) del partido, limando las aristas que le sitúan en los márgenes del sistema de cara a la opinión pública.
Aunque en ese trayecto no ha logrado desembarazarse de la incómoda etiqueta de la extrema derecha, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales ha logrado romper el techo histórico del Frente Nacional, con 7,6 millones de votos, el 21,43 %.
Sin embargo, y pese a que durante muchos meses fue la principal favorita a la victoria en esa primera ronda, al final se vio superada por Macron, que obtuvo 8,6 millones de votos, el 24,01 %. Este, además, ha recibido los apoyos del presidente François Hollande y de gran parte del resto de partidos en liza; en concreto, tanto conservadores como socialistas, eliminados por primera vez de la segunda vuelta en la historia de la Quinta República.
En cualquier caso, Marine le Pen ha igualado el logro de su padre, que en 2002 disputó la primera vuelta, y, aunque las encuestas le dan como perdedora frente a Macron por unos 20 puntos, parece dispuesta a agotar todas sus opciones de alcanzar el Elíseo.