'Bacon, Freud y la Escuela de Londres', el arte de lo humano
- El Museo Picasso Málaga y la Tate presentan una muestra única de este grupo artístico
- Muestra en conjunto a Freud, Bacon, Andrews, Auerbach, Bomberg, Kossoff, Kitaj y Rego
- Reivindican la pintura figurativa frente a la abstracción y el cuerpo humano como protagonista
El Londres de los años 40 y 50, tras la Segunda Guerra Mundial; un grupo de artistas que se encuentran en esa ciudad aún en periodo de reconstrucción y que se hacen amigos pese a ser de distintas generaciones y procedencias, que aprenden unos de otros, colaboran, se retratan unos a otros; y el interés común, pese a ser muy diferentes y defensores de su individualidad, en la reivindicación de la pintura figurativa frente a la abstracción, a través de la que exploran la fragilidad del cuerpo humano. Estos son los principales lazos de unión de los artistas englobados en la polémica etiqueta de Escuela de Londres, cuyo trabajo puede verse por primera vez en conjunto en el Museo Picasso de Málaga gracias a su recién estrenada colaboración con la Tate británica.
Precisamente, como un "experimento" de la Tate londinense para reestructurar su colección de arte inglés, define el director del museo malagueño, José Lebrero, la exposición Bacon, Freud y la Escuela de Londres en que reúne de modo inédito el trabajo de diez artistas categorizado bajo esta etiqueta aún objeto de debate, pues no es aceptada ni por historiadores del arte ni por sus propios protagonistas.
Admitido o no el término, en el museo malagueño se podrán ver desde este miércoles 26 de abril al 17 de septiembre un total de 90 obras de artistas como Francis Bacon, Lucian Freud, Michael Andrews, Frank Auerbach, David Bomberg, William Coldstream, Leon Kossoff, R. B. Kitaj, Euan Uglow y, la portuguesa Paula Rego, mujer que entra por primera vez de un modo claro en este grupo.
"La Tate se está replanteando su colección en su sede dedicada a la historia del arte inglés, la Tate Britain, y esta exposición del Museo Picasso Málaga les va a servir de alguna manera de experimento para ver cómo la reagrupan y la reinterpretan", explica a RTVE.es Lebrero, que confiesa que es "un honor" prestarse como conejillo de indias a la institución británica.
La muestra está comisariada por la conservadora del departamento de arte moderno británico de la Tate, Elena Crippa.
Londres, punto de encuentro
Esta serie de artistas encontraron su refugio en el Londres, que en aquel momento ostentaba el papel de capital moral europea y que había acogido a víctimas del nazismo de todo el continente, como es el caso de varios de los artistas del grupo, y también se convierte en capital del mundo artístico. "Bacon nació en Dublín y se instaló en Londres después de viajar por Francia y Alemania; Freud y Auerbach nacieron en Berlín y fueron a Londres siendo niños para escapar del nazismo; Kossoff nació en Londres de padres polacos; Bomberg era hijo de judíos polacos, y Kitaj era de origen ruso y venía de EE.UU.", explicaba en la presentación de la exposición la directora de Programas Nacionales e Internacionales de la Tate, Judith Nesbitt, para quien estos artistas muestran la "deuda" que el arte británico tiene con los inmigrantes y sus hijos.
Entre todos ellos, apunta Lebrero, van configurando "una manera de entender la pintura" que focaliza el hecho pictórico en tres asuntos: el cuerpo humano, como "topografía y escenario de las pulsiones, los deseos, la convivialidad, el dolor y el sufrimiento"; el "territorio compartido" de escenarios y paisajes, fundamentalmente del Londres gris y oscuro aún no reconstruido tras los bombardeos; y el estudio del artista como "espacio de intimidad y laboratorio y lugar que los aparta de lo social".
Todos ellos coinciden además en que pintaban a las personas de su círculo inmediato, ya fuesen sus parejas, amantes, familiares o amigos, una característica que los acerca a Picasso. Sí varía la relación entre artista y modelo, pues unos, como Auberbach, Bomberg, Freud, Coldstrean, Kossof y Uglow, pintaban del natural de modelos que posan para ellos en sesiones continuadas que pueden prolongarse meses o años (Auberbach, octogenario aún en activo, pinta desde hace años a los mismos cinco modelos); mientras que otros, como Bacon, Andrews, Kitaj y Rego, trabajan a partir de fotografías, libros, periódicos o películas.
Admiración por Picasso
Para estos artistas que son "muy conscientes" de la historia de la pintura y que acuden a los museos londinenses a estudiar a los maestros -tanto los ingleses como a Diego Velázquez, presente en las colecciones de la National Gallery-, también Picasso es un referente para su trabajo, subraya Lebrero, que de este modo justifica la organización de la exposición en el museo malagueño. Estos artistas tuvieron la oportunidad de admirar la obra del genio malagueño en Londres, donde expone regularmente desde 1910, cuando por primera vez pudo verse su trabajo en la exposición Manet and the Post-Impressionists organizada en las Grafton Galleries de Londres por el crítico Roger Fry; también en la Second Post-Impressionist Exhibition de Fry en 1912 y, ese mismo año, en la primera muestra individual de sus dibujos en la Stafford Gallery. En 1938 el mismísimo Guernica circuló por varias ciudades británicas, gracias a la mediación del coleccionista y crítico de arte Roland Penrose, amigo de Picasso, que llevó el cuadro a Oxford, Leeds, Manchester y finalmente a la Whitechapel Gallery de Londres.
"La influencia de Picasso, su sombra y su fuerza, está presente en la obra de estos artistas que, si bien no son sus alumnos, lo estudian y lo admiran y lo toman como referencia en algunos momentos de la gestación de su discurso", destaca Lebrero.
Aunque la mayoría de los artistas de la "Escuela de Londres" -Kitaj fue el primero en utilizar el término en el texto del catálogo de la exposición que organizó en 1976 en el Arts Council of Great Britain titulada The Human Clay, que reunía obras de artistas de diferentes generaciones residentes en la capital británica y con la figura humana como protagonista- obtuvieron pronto el reconocimiento de la crítica a su trabajo, el del público tardó más en llegar dado el momento de preponderancia de la abstracción y lo conceptual entre los años 60 y los 80.
Pero es en las últimas décadas, sostiene Crippa, cuando el trabajo de estos artistas se ha reconsiderado para ser situado en una "posición central que permite una comprensión más rica y compleja del arte y la cultura posteriores a la IIGM" y Bacon, Freud y la Escuela de Londres es una oportunidad única para constatarlo. Otra razón para no perdérsela este verano: la muestra permitirá a malagueños y visitantes contemplar dos "obras estrella" de Bacon pertenecientes a la Tate que difícilmente volverá a prestar en un tiempo, como son Tríptico Agosto de 1972 (1972) y Segunda versión de Tríptico 1944 (1988).