La tragedia de Ofelia inspira la bellísima colección de Marco&María
- El personaje de Hamlet inspira una propuestas intimista de gran belleza
- La paleta de colores parece prestada por los pintores prerrafaelistas
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Son fieles a su estilo teatral y decadente, pero cada colección es una historia diferente. Ahora hablan de Ofelia, el personaje descrito por Shakespeare en Hamlet y cada vestido es un capítulo del libro, de la vida de esta mujer que sufrió el desamor y murió trágicamente.
Pero María y Marcos, creativos de Marco&María, van más allá y trasladan la estética y los colores de los cuadros de Watherhouse y John Everett Millais a vestidos de ensueño, de una riqueza brutal, con bordados y aplicaciones de flores y aves que son pura fantasía.
Los jardines y lagos de la Dinamarca de Hamlet prestan sus tonos verdes y grises a vestidos muy trabajados, algunos en gris bruma decorados con gotas de rocío. “Hemos hecho muchos volúmenes, aunque sin perder nuestra esencia, y hemos introducido vestidos que son solo la silueta y luego colocamos encima tules bordados con delicadas piezas de cristal y lentejuelas forradas de seda”.
Destacan los vestidos que se inspiran en el sauce del que cae Ofelia al arroyo, diseños de una feminidad desbordante en los que los motivos vegetales parecen trepar por el tul creando un manto de sutiles contrastes.
Ofelia se ahoga y yace bajo las aguas, como vemos en el cuadro de Millais, y ellos lo recrean con juegos de tul que se superponen con elegancia sobre lechos de flores sobre las que descansa la joven.
La colección se estructura al compás de las horas del día. “Empezamos con tonos claros y empolvados que representan el amanecer, luego entran pinceladas de ciruela, dalia y orquídea que nos recuerdan a las flores cuando reciben la luz del mediodía, siguen los degradados que representan el ocaso y terminamos con la novia que es el sol”, dicen haciendo referencia a un lujoso vestido hecho con crinolinas muy trabajadas en suaves tonos dorados.
La aplicación del color tiene una intencionalidad y refleja las obras de los pintores prerrafaelistas que se mezclan sobre el lienzo con una ternura especial ofreciendo una rica gama de sensaciones que van desde la dulzura a la tragedia y del desamor a la esperanza.
Los tocados, especialmente llamativos una luna y un sol, son de la tinerfeña Martina Dorka y han encajado perfectamente en la colección. El desfile parecía un botánico con árboles en plena floración o un museo con cuadros en movimiento. Es la exaltación de la feminidad, una belleza.
Sin duda, una colección que se desmarca del resto por su estilo singular, maestría y por la pasión que ambos diseñadores ponen en cada puntada. Llevan más de 25 años en la moda y se mantienen fieles a su estilo, con humildad, trabajando en Tenerife y vistiendo las historias, en este caso de amor, de mujeres de todo el mundo.
Antes se pudieron ver las colecciones de Matilde Cano, Jordi Dalmau, Ramón Bundó, Ana Torres, Isabel Zapardiez y la firma Marylise & Rembo Styling, que presenta vestidos de estética boho con pequeños guiños al rock&roll. Una de las propuestas más jóvenes y refrescantes que han pasado por esta pasarela.
La firma Raimón Bundó celebra este año su 50º aniversario y ha querido repasar su trayectoria en la pasarela. Su directora creativa, Ivonne Ruiz, ha rescatado dibujos, encajes y bordados del archivo de la casa y lo ha combinado con las nuevas propuestas, marcadas por las transparencias. Dice que es la colección más purista de todas las que han hecho porque es fiel al estilo Bundó.