"Ni patria ni patrón", el grito del abstencionismo que puede decidir las elecciones en Francia
- El 7 de mayo Macron y Le Pen se enfrentan en segunda vuelta por el Elíseo
- Manifestaciones y protestas en redes sociales reclaman la abstención
- Ambos candidatos luchan por el voto con el descontento como argumento
- Socialistas y republicanos, y Merkel desde Berlín, piden el voto para Macron
Una tercera fuerza se abre paso, o al menos hace ruido, en el combate por unas presidenciales francesas históricas. Ha pasado una semana desde la victoria del socioliberal Enmanuel Macron ('En Marche') y la ultraderechista Marine Le Pen ('Frente Nacional') en la primera vuelta. Pero sobre las esperanzas de los finalistas, y sobre las ruinas del bipartidismo de socialistas y republicanos, se eleva un grito: "Ni patria ni patrón", contra Le Pen y Macron. Es el abstencionismo de los desencantados; a falta de opción, la negativa a votar.
Doce horas después de conocerse los resultados de la primera vuelta, la etiqueta #SansMoiLe7Mai, "Sin mí el 7 de mayo", inundaba las redes sociales en Francia. Miles de internautas mostraron su rechazo a la victoria del recien llegado Macron y la radical Le Pen. Desde entonces llaman a no ir a las urnas en la vuelta final.
"Esta mañana nos preguntamos si escogemos el odio contra los extranjeros o el odio contra los pobres. Perfecto, todo va bien #SansMoiLe7Mai", compartió @FFThanaen en Twitter. Este usuario es uno de los miles que apoyaron ese movimiento que busca "que gane la abstención" y que ha llegado a ser un tema de tendencia en Francia.
La abstención, un arma de doble filo
Dos tercios de los franceses están en desacuerdo con la pareja clasificada para la segunda vuelta, según indica un sondeo difundido por la televisión BFMTV. Diversas organizaciones estudiantiles convocaron el jueves una manifestación en varias ciudades con el lema "Ni Le Pen, ni Macron", que en el caso de París acabó con enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Pero la abstención no solo se erige en expresión del rechazo a estos resultados. También puede ser un arma electoral en la medida que redistribuye el voto, y los especialistas no descartan que el voto a ningún candidato suba de forma importante.
Las encuestas muestran que, desde hace años, el Frente Nacional (FN) de Le Pen es el primer partido entre la clase obrera, un sector en el que la candidata quiere ahora seguir creciendo a costa de la ambigüedad del izquierdista. Le Pen logró 7,6 millones de votos -un 21,3%- el pasado domingo, un récord para su partido, pero para conquistar el Elíseo necesita como mínimo doblar esa cifra.
La táctica persigue, por un lado, atraer votos de Mélenchon, pero también fomentar la abstención, puesto que una baja participación en la segunda vuelta del próximo día 7 le beneficiaría.
Esperando a Le Pen
El mismo día en que se conoció el resultado de la primera ronda, socialistas y republicanos instaron a sus electorados a votar por Macron en un intento de frenar a Le Pen. Lo hicieron con la frustración de sus derrotas históricas, y con alarma.
También fuera de las fronteras galas, un hipotético ascenso del Frente Nacional quita el sueño a los vecinos europeos. Berlín ha sido el actor que desde un primer momento se ha pronunciado con claridad, primero en la voz del titular de Exteriores, Sigmar Gabriel, y luego en la de la canciller, Ángela Merkel, que este viernes ha alabado al joven Macron, líder de 'En Marche', y señalado que sería un "presidente fuerte" para Francia.
Mélenchon, por su parte, ha convocado una consulta entre los 450.000 militantes de La Francia Insumisa sobre la postura oficial que debe adoptar el movimiento en la segunda vuelta. El resultado se conoce este viernes y el líder izquierdista ha dicho: "Voy a votar, pero no os diré cómo (...) No me necesitáis para decidir lo que váis a hacer. No soy un guía ni un gurú".
A pesar de esto, Mélenchon ha afirmado en un vídeo difundido en Youtube que "no hay duda sobre quienes somos (...) no somos un movimiento de extrema derecha" y ha añadido: "¿Hay entre vosotros una sola persona que dude del hecho de que yo no votaré al Frente Nacional? ¡Todos los saben!", ha dicho sin dar consignas de voto a sus seguidores.
La abstención, una caja de Pandora
El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, ha explicado este jueves que apoya la elección de Emmanuel Macron en la segunda vuelta de los comicios, para evitar la "catástrofe" de una victoria de la ultraderechista Marine Le Pen. "Para la segunda vuelta he dado mi apoyo claramente a Macron, para decir 'no' a Le Pen", dijo Ayrault en rueda de prensa en Malta, donde participa en una reunión informal de titulares de Exteriores de la Unión Europea (UE). En su opinión, la formación de Le Pen, el Frente Nacional (FN), es "el partido antieuropa".
"Le Pen sería una catástrofe para Francia y para Europa", ha comentado. Además, consideró que Le Pen "no aporta ninguna solución a los problemas de los franceses, nada en absoluto", al tiempo que alertó de que "salir del euro, de Europa, sería dramático para Francia".
"Es una cuestión de participación. Sólo habrá dos papeletas. Es un momento grave para Francia", ha afirmado sobre la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Ayrault dijo "comprender que la gente haya votado de forma diferente en la primera vuelta; respeto su elección", pero "ahora hay una segunda elección que hacer y uno no se puede equivocar". Salvo que opte por la abstención.