La huelga general no logra paralizar Brasil y el Gobierno defiende sus reformas
- Los sindicatos cifran el 45 % el seguimiento
- El Gobierno de Michel Temer la califica como un "fracaso"
- Protestan en especial contra la reforma laboral y del sistema de pensiones
Brasil ha vivido este viernes una jornada de huelga general, la primera en veinte años, que ha impactado en el transporte público pero no ha logrado paralizar el país, tal como pretendían los sindicatos que convocaron la protesta contra las reformas promovidas por el Gobierno de Michel Temer.
Las centrales han cifrado el seguimiento en cerca de 40 millones de trabajadores, alrededor de un 45 por ciento de la fuerza laboral, mientras que, para el Gobierno, la convocatoria ha sido un "fracaso" con una adhesión "insignificante".
"Vimos provocaciones en algunos lugares y bloqueos en otros, pero aquellas movilizaciones que se esperaban de millones no ocurrieron", ha asegurado el ministro de Justicia, Osmar Serraglio.
"Vamos a proseguir con las reformas que estamos introduciendo", ha sentenciado el ministro.
Temer confirma su intención de avanzar en las reformas
Tras la huelga Temer ha confirmado su intención de avanzar en las reformas impulsadas por su Gobierno.
"El Gobierno federal reafirma su compromiso con la democracia y con las instituciones brasileñas. El trabajo en pro de la modernización de la legislación nacional continuará, con un debate amplio y franco, realizado en el espacio adecuado para esa discusión, que es el Congreso Nacional", ha señalado el presidente brasileño en un comunicado.
Temer ha lamentado también los "actos aislados de violencia" y los "graves incidentes" ocurridos durante las movilizaciones convocadas por los sindicatos, que han sido especialmente violentos en Río de Janeiro, donde un grupo radical ha quemado autobuses y se ha enfrentado con la policía.
En Sao Paulo también se han producido enfrentamientos y destrozos en comercios y mobiliario urbano.
El mandatario ha subrayado que las manifestaciones políticas convocadas este viernes "ocurrieron libremente en todo país" con "la más amplia garantía al derecho de expresión" y ha lamentado los bloqueos de carreteras y avenidas que afectaron a la movilidad ciudadana.
El Gobierno confía en la "fuerza de la unidad del país para vencer la crisis que heredamos y traer a Brasil de vuelta al camino del desarrollo social y el crecimiento económico", ha señalado Temer en alusión a la herencia que supuestamente recibió de Dilma Rousseff, destituida por el Congreso en agosto pasado.
La huelga general ha sido la respuesta de los sindicatos a las reformas del Gobierno de Temer, que ha aplicado un severo ajuste, y tramita cambios sustantivos en la legislación laboral y el sistema de pensiones, en un contexto de recesión económica y de aumento del desempleo, que este viernes se supo que batió un nuevo récord y alcanza a más de 14 millones de personas.