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Elecciones en Francia 2017

Macron, Le Pen y los trabajadores: la batalla decisiva por el voto a pie de calle

  • La posición frente a la UE y la abstención marcan una campaña inédita
  • Socialistas y republicanos, hundidos, piden el voto para Macron
  • La ultraderechista Le Pen apela al descontento de la clase trabajadora
  • Este miércoles se celebra el último debate televisado entre los dos finalistas
  • Especial: Elecciones en Francia 2017

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Emmanuel Macron mantiene su ventaja en las encuestas sobre Marine Le Pen

Puerto de Grau-du-Roi en el Mediterráneo francés. Enfundada en un grueso impermeable y encaramada a la borda de un barco pesquero, la ultraderechista Marine Le Pen amanece con una frase en la boca: “La Francia que madruga”. A semana y media de la vuelta final de las presidenciales galas, la jefa del Frente Nacional lanzó este disparo de francotiradora, no solo a los oídos de los rudos pescadores que la jalean, sino a la inquietud de miles de trabajadores que ven a la Europa Schengen como el enemigo desde hace tiempo.

Tras la barra de un bar y con un vaso de cerveza recién tirada en la mano, su rival en las urnas, el socioliberal Enmanuel Macron, habla con los parroquianos de una taberna en Bully-Les-Mines, antigua localidad minera al norte del país. Escucha las quejas de una trabajadora que apoya a Le Pen: “Trabajamos en condiciones muy precarias. Quisiera saber ¿qué va a hacer usted para ayudarnos?”.

Flanqueado por dos habituales del establecimiento -miradas pétreas, rostros curtidos y vientres prominentes- Macron responde que “no hay milagros”, y que la falta de comprensión lleva al triunfo del populismo en gente “como en su caso”, espeta. Pegado al suelo, el político bisoño en presidenciales argumenta que las decisiones difíciles “hay que tomarlas al principio” para justificar los esfuerzos de cohesión europea.

Le Pen y Macron se fajan cuerpo a cuerpo en una huelga industrial del norte de Francia

La globalización racional o el alivio del voto populista

El programa de Enmanuel Macron, ‘En Marche’, y sus proyectos personales cuando era ministro de Economía, dirigidos al fomento de la iniciativa empresarial, le avalan como tecnócrata. El autocalificado centrista practicó con éxito la seducción de las élites, pero ahora lucha por trasladar esa capacidad de fascinación hacia el extremo opuesto socioeconómico, la clase obrera.

Poco después de celebrarse la primera vuelta, centenares de huelguistas protestaban en Amiens, ciudad natal de Macron, para impedir que Whirpool traslade la fábrica que les emplea a Polonia; eso es Bruselas para ellos. Mientras el líder centrista se reunía a puerta cerrada con los sindicatos en la Cámara de Comercio, Marine le Pen aprovechó para darse un baño de masas con los manifestantes, que acogieron con los brazos abiertos a la líder del Frente Nacional. “Os digo que no cerrarán”, prometió Le Pen.

El poder de la imagen fue devastador: la ultraderechista aclamada por todos, entre selfis a las puertas de la planta y gritos de "¡Marine presidenta!", difundido al mismo tiempo que la reunión de un Macron cariacontecido frente a una magra representación sindical. Más tarde, forzado por la acción de la ultraderechista, acudió en persona a ver a los huelguistas, que lo recibieron entre abucheos y duras críticas.

Macron y Le Pen continúan su campaña para hacerse con la presidencia de Francia

Recetas para una solución, recetas para el alivio

Los trabajadores no cualificados, el colectivo artífice de lo inesperado en Reino Unido, -triunfo del 'Brexit'- y en Estados Unidos -triunfo de Trump-, son un territorio exhausto por la globalización y necesitado de alivio.

La receta parece fácil cuando la promete el populismo proteccionista de Le Pen, que califica a Macron como "el candidato de la oligarquía". Macron defiende la permanencia en una Europa reformulada, abierta, que asuma las varias velocidades y alerta de que "las fábricas cerrarán igual" si las cosas se hacen mal.

Hundido el bipartidismo tradicional, la precariedad y las ruinas de la crisis se han convertido en un escaparate más de la inédita batalla que disputan los candidatos supervivientes.

Le Pen condena lo que califica una "desregularización", que llevará a la pérdida de empleos por la deslocalización inevitable si no se practica el proteccionismo. En Niza, frente a 4.000 partidarios, se declaró una "David frente a Goliath", tras la llamada mayoritaria al voto a su oponente por parte de las facciones derrotadas en la primera vuelta.

Las protestas arrecian mientras Le Pen y Macron arengan a su electorado en ataques mútuos

La abstención, tercero en discordia

Los sondeos otorgan la victoria al candidato neófito por un fluctuante 60% de apoyos frente a la heredera de Jean-Marie Le Pen. La otra opción es la abstención, defendida por las capas desencantadas. "Ni patria ni patrón" ha sido el grito de guerra en las manifestaciones que sacuden el país contra ambos candidatos. Si concurriera como candidata, la abstención, dicen las encuestas, sería un serio rival.

Desde el extremo de la izquierda, otro de los derrotados, el insumiso Jean-Luc Mélenchon, guarda silencio sobre su voto. No obstante, ha preguntado a sus bases para decidir una posición en segunda vuelta. El martes, a cinco días de la votación final, su formación, Francia Insumisa, ha respaldado en una consulta pública por internet el voto blanco o nulo en esta segunda ronda, o la abstención, en vez de apoyar Macron. Por su parte Mélenchon ya sugirió la semana pasada que nunca votaría a una ultraderechista. Se borran electoralmente.

Inmediatamente, esta desactivación de los seguidores de Francia Insumisa es criticada por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que ve "extremadamente chocante" el silencio del líder izquierdista: "Hay una gran banalización del Frente Nacional. Hay que recordar que existen vínculos entre los colaboracionistas con los nazis y los fundadores del partido", señaló Hidalgo.

Este miércoles, Le Pen y Macron se ven las caras frente a las cámaras en el último debate televisado antes de la votación final. Medirán sus argumentos en esta última oportunidad mediática para convencer, o seducir, a un electorado hastiado que ha dejado caer a los viejos partidos, fallidos después de décadas de hegemonía. Las encuestas señalan al ex ministro de Economía como ganador, pero las victorias del 'Brexit' y Trump en Reino Unido y EE.UU. demuestran que todo es posible.

Macron y Le Pen piden el voto a los trabajadores

La batalla decisiva por el voto de los desencantados

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  • Le Pen apela a "La Francia que madruga"

    Le Pen apela a "La Francia que madruga"

    A bordo de un pesquero, la candidata ultraderechista pide el voto en el puerto pesquero de Le Grau-du-Roi, en la costa mediterránea francesa.
  • Tras la barra de un bar en un pueblo minero

    Tras la barra de un bar en un pueblo minero

    El candidato presidencial socioliberal del movimiento 'En Marche', Emmanuel Macron, habla tras un barra de un un café en la localidad minera de Bully-les-Mines, en Amiens, Norte de Francia.