Cien años de Leica, la pequeña arma del fotoperiodismo
- Una exposición de Fundación Telefónica rinde homenaje a la cámara portátil
- Reúne fotos icónicas como la del miliciano de Capa y la niña del napalm de Ut
- Leica democratizó la fotografía y facilitó el desarrollo del fotoperiodismo
La icónica fotografía del miliciano anarquista Federico Borrell García cayendo al suelo abatido por un disparo en la Guerra Civil que tomó Robert Capa el 5 de septiembre de 1936, símbolo de la lucha contra el fascismo, no habría sido posible sin la revolución tecnológica que supuso la cámara Leica para la fotografía. Esa imagen, y otras igual de únicas que forman parte de la Historia y permanecen grabadas en nuestra retina, como la de la niña del napalm fotografiada en la Guerra de Vietnam por Nick Ut cuando huía quemada desnuda, pueden verse en la exposición Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica que la Fundación Telefónica inaugura este jueves en Madrid en homenaje a la cámara fotográfica que cambió la mirada del siglo XX.
A través de casi 400 fotografías de más de un centenar de fotógrafos, además de otros objetos, como cámaras y carteles publicitarios, y material documental, la exposición hace un recorrido por los grandes hitos de Leica, fundamentalmente el haber facilitado el desarrollo del fotoperiodismo y la democratización de la fotografía, pues permitió que esta "pasase a formar parte de la vida cotidiana y que, gente que no era profesional, empezase a fotografiar", explica a RTVE.es la jefa de exposiciones del Espacio Fundación Telefónica, María Brancós.
La exposición, comisariada por Hans-Michael Koetzle, se verá por primera y única vez en España desde el 11 de mayo hasta el 10 de septiembre, después de haber recorrido desde 2014 -año exacto del centenario- varias ciudades alemanas y otras europeas. La muestra se encuadra además en la XX edición del certamen PhotoEspaña.
Las cámaras de 35 mm
El ingeniero y fotógrafo alemán Oskar Barnack, que trabajaba en la empresa líder en fabricación de microscopios Leitz, es el padre de la cámara fotográfica portátil. Barnack, que sufría de asma, se propuso reducir el tamaño y el peso de las cámaras fotográficas para poder realizar fotografía en exteriores, y en junio de 1914 construyó el primer modelo funcional de una cámara compacta para película cinematográfica de 35 mm, que ya existía en el mercado.
En 1925, y bajo el nombre Leica (de Leitz Camera), salió al mercado la primera cámara compacta bajo el lema "Negativos pequeños, imágenes grandes". Era pequeña, ligera (apenas 400 gramos), rápida y fiable y, además, tenía un objetivo de altas prestaciones ideado por Max Berek.
Impulso al fotoperiodismo
La cámara portátil supuso una auténtica revolución en la fotografía de guerra: de las imágenes de Roger Frenton tomadas en 1855 en la Guerra de Crimea o las de Mathew B. Brady en la Guerra de Secesión Estadounidense entre 1861 y 1865, lejos del frente de batalla, a las de la Guerra Civil Española de Robert Capa hay un abismo.
"Antes de la Leica, hacer fotografía era mucho más complicado porque las cámaras eran muy pesadas con placas que permitían una sola toma, y que requerían un laborioso proceso para cambiarlas. La Leica es muy ligera, puede meterse en un bolsillo y muy silenciosa, lo que facilita al y fotógrafo entrar en las escenas, además de que permiten registrar el movimiento. La tecnología permite una serie de maneras de abordar la imagen que no habían sido posibles hasta ese momento. La fotografía fotoperiodística habría sido imposible sin esta cámara", explica la jefa de exposiciones del Espacio Fundación Telefónica.
Además de las icónicas fotos de Capa y Ut, también fueron tomadas con una Leica -y pueden verse en la muestra- la imagen del beso del marinero a la enfermera en Times Square celebrando la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, tomada por Alfred Eisenstaedt, y la fotografía del Che Guevara de Alberto Korda.
La muestra también reúne fotografías del considerado padre del fotorreportaje, Henri Cartier Bresson, quien no usó jamás otra cámara que no fuese una Leica, con lo que la marca quedó asociada para siempre a su figura; de Alexander Rodtschenko, fundador del constructivismo y uno de los primeros en usar la Leica, que utilizó oara sus fotomontajes; del fotodocumentalista brasileño Sebastião Salgado; y de Paolo Roversi, uno de los fotógrafos más importantes del mundo de la moda, campo en el que también la Leica permitió un nuevo acercamiento aportando mayor frescura. También habrá ocasión de contemplar el trabajo de artistas españoles de la fotografía, como Alberto García-Alix, Ramón Massats y Ricard Terré.
Réplicas y bocetos
Además de fotografías, Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica tiene objetos que son auténticas joyas, como una réplica de la Leica original (Ur-Leica en alemán) y la primera cámara que se puso a la venta en 1925.
También pueden verse los bocetos de los primeros diseños de la Leica realizados a mano por Barnack y numerosos libros y ejemplares de revistas en las que se publicaron las fotografías de los fotoperiodistas enfrentados con las copias.
El 99% de la exposición se refiere a la fotografía analógica, aunque una serie de fotografías digitales, retratos, realizadas por Bruce Gilden.
En la actualidad, Leica, una empresa en constante transformación en su más de un siglo de historia, trabaja también fabricando cámaras para teléfonos móviles, aunque este campo no está representado en la exposición pues "aún es pronto para valorar lo que es relevante en la fotografía que se está haciendo con el móvil", dice Brancós. No obstante, llama la atención por el "interesante paralelismo" entre el fenómeno Leica en su momento y lo que ocurre ahora con los móviles: "la cámara se convierte en una extensión del cuerpo y todo el mundo empieza a fotografiar, e incluso los amateurs terminan haciendo buenas fotografías. A veces tenemos la sensación de que es algo único y ves que en otros momentos de la historia ya ha ocurrido y que la innovación tecnológica supone más evolución a nivel artístico".