'Deportado 4443', el portavoz de los españoles cautivos en campos de concentración nazis
- La historia de los 9.300 españoles que estuvieron en Mauthausen y otros campos
- Ioannes Ensis pone imágenes a los tweets de Carlos Hernández de Miguel
En 2012, el periodista Carlos Hernández de Miguel decidió contar la historia de su tío Antonio, y de los 9.300 españoles cautivos en los campos de concentración nazis, en el libro Los últimos españoles de Mauthausen, y difundirla (en 2015) a través de una cuenta de Twitter que llegó a alcanzar los 50.000 seguidores. Uno de ellos fue el dibujante Ioannes Ensis que, impresionado, decidió poner imágenes a esos Tweets, dando lugar a un libro tan duro como original: Deportado 4443. Sus tuits ilustrados (Ediciones B).
Carlos nos comenta cómo nació el libro y la cuenta de Twitter: “Al darme cuenta de que el franquismo había logrado enterrar durante 40 años la historia de los deportados españoles a los campos nazis y de que la democracia había perpetuado ese olvido, decidí que tenía que realizar una profunda investigación sobre el tema para después difundirla por tierra, mar y aire. Por eso escribí mi primer libro Los últimos españoles de Mauthausen en el que plasmé la triste epopeya de estos hombres y también aporté la documentación necesaria para señalar con el dedo a los culpables de su sufrimiento y muerto: básicamente Franco que fue el principal culpable, acompañado por el propio Hitler y por la Francia de Pètain”.
“Sabía que ese libro llegaría a un público limitado –continúa Carlos- y por eso emprendí otras acciones: creé una página web sobre el tema (www.deportados.es), un grupo en Facebook y creé la cuenta de Twitter @deportado4443. No se trataba por tanto de una herramienta de promoción del libro sino de otra iniciativa tanto o más importante que el propio libro para difundir el fruto de mi investigación. De hecho, cada tuit estaba basado en toda la documentación que había obtenido para Los últimos españoles de Mauthausen y en los testimonios de los supervivientes que también recogí en esa obra. Cada tuit era absolutamente riguroso; no había nada inventado. Antonio Hernández Marín en Twitter se convirtió en el portavoz de sus 9.300 compañeros y compañeras narrando detalladamente cómo fue la vida de todos ellos entre las alambradas de Hitler”.
Uno de los seguidores de esa cuenta de Twitter fue el dibujante Ioannes Ensis, que decidió pedir permiso a Carlos para poner imágenes a esos tuits: “Sentí la necesidad de ilustrar los tweets a los que Carlos no había puesto imagen, no fue una decisión intelectual surgida de la reflexión sino un arrebato que surgió de las tripas y el corazón, muy visceral. Esa historia narrada en tweets era muy potente pero, además, era verídica. Tenía que hacerlo. Me puse en contacto con él a través de una amiga común para pedirle permiso para ilustrarlos”.
Basado en la historia de su tío
Lo más duro de este libro es que está basado en hechos reales, sobre todo en la historia del tío de Carlos Hernández, que pasó cuatro años y medio en Mauthausen: “Llegué a este tema de forma casual. Cuando era un niño hubo una persona que me marcó profundamente y al que yo llamaba mi "tío de Francia". Venía desde el país vecino todos los veranos a pasar unos días en casa de mis padres en Madrid y representó la figura del abuelo que nunca tuve. Yo era muy pequeño, pero me trasmitió unos valores de amor por la cultura, los libros, la tolerancia que eran poco frecuentes en aquellos años del final del franquismo y el comienzo de la Transición”.
“Yo oí –continúa Carlos- que había estado en un lugar llamado Mauthausen, pero cuando él murió en 1992, yo aún era muy joven para interesarme por su historia. Pasados los años fue cuando me di cuenta de la oportunidad que había dejado escapar al no preguntarle, al no preocuparme por su vida e, incluso, no solidarizarme con su sufrimiento. Eso se me quedó ahí clavado, como una asignatura pendiente. En 2012, tuve un parón profesional que me permitió retomar el tema. Empecé a investigar su vida, a pedir información sobre él a diversos archivos, a sumergirme en su historia y la del resto de españoles y españolas que pasaron por los campos nazis”.
“Fue entonces –añade el autor- cuando un sentimiento de verdadero cabreo me inundó porque fui consciente de que yo mismo, con más de 20 años de carrera periodística a las espaldas, apenas sabía nada de este tema. Igualmente, constaté que ese desconocimiento era generalizado en nuestra sociedad y decidí que tenía que investigar más a fondo y divulgar la historia de estos 9.300 hombres y mujeres que sufrieron el peor de los tormentos por haber defendido nuestra libertad, primero en España luchando contra Franco y después en Europa peleando contra Hitler. En nuestro país tenemos una terrible laguna histórica en todo lo referente a la dictadura franquista y a la Segunda Guerra Mundial y debemos, de una vez por todas, rellenarla con investigaciones serias y con mucha divulgación”.
@deportado4443
Carlos asegura que nunca espero las reacciones que tuvieron los tweets de @deportado4443: “Fueron emocionantes e inesperadas. Más de 50.000 internautas comenzaron a seguirle en las dos primeras semanas de su relato. Pero, más allá de la cantidad, lo increíble fue la implicación que demostraron en la historia. Le mandaban tuits animándole, pidiéndole que no se rindiera, que no se dejara doblegar por los SS, solidarizándose con él. Fue algo precioso”.
“Yo –continúa Carlos- lloré más de un día viendo estos mensajes y otros en los que, descendientes de prisioneros españoles de Mauthausen le preguntaban si había visto a sus abuelos o le pedían que protegiera a sus tíos o a sus padres.... Fue muy emocionante”.
Pero… ¿Es fácil contar una historia de un tema como este en tweets? “No es sencillo –confiesa Carlos- porque en Mauthausen cada cosa que ocurría era terrible; y resumirla en 140 caracteres resulta complicado. Yo no quería caer en la superficialidad ni mucho menos en la frivolidad. Por eso preparé cada tuit con mucho tiempo, con verdadero mimo para que trasmitieran rigurosamente todo el horror que vivieron en esos campos de la muerte”.
En cuanto a la idea de Ioannes de poner imágenes a los tweets, Carlos asegura que: Fue una enorme suerte. Nosotros no nos conocíamos de nada. Ioannes había sido uno de esos internautas que había seguido con enorme emoción el relato en Twitter de @deportado4443. A través de una amiga común contactó conmigo para decirme que sentía la necesidad de ilustrar esos tuits”.
“Yo detecté en él una enorme sensibilidad –añade el periodista- y un gran compromiso con el tema por lo que solo pude darle las gracias y ponerme a trabajar codo con codo con él. Cuando presenté mi anterior libro, muchos padres y profesores me dijeron que se lo iban a regalar a sus hijos pero que no tenían claro si se lo leerían. Pues bien, este libro cómic es la herramienta ideal para hacer llegar esta historia olvidada a jóvenes y no tan jóvenes a través de unas magníficas ilustraciones y unos textos breves pero muy explícitos”.
“Recrear esas imágenes fue muy duro”
A pesar del interés con el que Ioannes afrontó el proyecto confiesa que: “Recrear esas imágenes fue muy duro. Una de las premisas de este trabajo, en lo que se refiere a la cuestión gráfica, era representar lo más fielmente posible la realidad ocurrida en Mauthausen-Gusen a partir de la documentación gráfica de la época que no fue destruida por los nazis. Sumergirme en cada una de las fotos durante horas, todos los días, durante meses fue agotador a nivel emocional”.
Ioannes afirma que “Esa documentación ha sido fundamental porque mi objetivo era la precisión. Solo acudí a la imaginación, y, aún así parcialmente, en los casos en los que no hubiera ninguna imagen de archivo. La labor llevaría demasiado tiempo, de modo que pedí ayuda, al propio Carlos y su archivo personal, a dos compañeros historiadores y mucho mejores conocedores del periodo que yo más mis propias investigaciones”.
“Respecto al realismo –continúa el dibujante-, quería la mayor fidelidad posible que pudiera lograr dentro de mis capacidades artísticas".
La fidelidad con la que Ioannes recrea los campos, las duchas… a los propios prisioneros da como resultado imágenes muy impactantes: “En verdad todas. El horror fue de una magnitud que escapa a mi imaginación a pesar de haber trabajado duro en ellas. Personalmente me afectaron más aquellas de las que falta documentación de la época porque todo lo tenía que dejar a retazos de aquí y allá y tenía que completar mentalmente lo que faltaba”.
“Estos horrores no pueden repetirse”
El dibujante resalta que: “Estos horrores que he tenido que dibujar no deben repetirse. Hay que conocer el pasado para que, y más en estos tiempos tormentosos en el mundo y en especial en Europa, se sepa de dónde venimos, por qué hemos llegado hasta el punto de la historia en el que estamos y que podría, hipotéticamente, ocurrir de tomar unas u otras decisiones. Cualquier información sobre cualquier tema nos puede ayudar a estar más informados y decidir con más conocimientos”.
En cuanto a sus proyectos, Carlos asegura que: “Llevo ya un año enfrascado en otra investigación sobre los campos de concentración franquistas. Una tarea aún de mayores dimensiones que la anterior, pero que considero muy necesaria”.
Ioannes, por su parte, nos comenta que: “El trabajo de dibujante de historietas es muy azaroso. Planeo varias cosas, algunas dirigidas al público infantil, otras siguiendo este camino de divulgación, sin embargo nada es seguro”.