Edouard Philippe: de derechas, exalumno de la ENA y apadrinado por Juppé
- Militó dos años en el PSF pero luego se pasó a la derecha
- El conservador Alain Juppé ha sido su padrino político
- Fue amonestado por no revelar información patrimonial de 2014
Édouard Philippe, nombrado primer ministro por el nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, es al igual que éste un hombre sin ideología definida, profesional de la administración del Estado, que ha pasado también por el Partido Socialista.
Considerado por algunos un conservador moderado, por otros como un representante de la derecha sin más ("soy un hombre de derechas", ha reconocido él mismo al asumir el cargo), Philippe militó durante dos años en el PSF al amparo del Michel Rocard. Después se alejó de la socialdemocracia y se convirtió en el protegido del conservador Alain Juppé, con quien participó en la fundación de la Unión para un Movimiento Popular (UMP).
Esa formación ha dado origen al partido actual de la derecha gaullista, Los Republicanos, que ha sufrido un fuerte varapalo en las elecciones presidenciales en las que su candidato, François Fillon, se vio acorralado por los casos de corrupción y no pasó a la segunda vuelta.
"Un poco de izquierdas, un poco de derechas... En ese sentido, va bien con Macron", ha declarado a Le Monde Nathalie Nail, jefa de la oposición de izquierdas en el ayuntamiento de Le Havre.
Funcionario de carrera y apadrinado por Juppé
Nacido en Rouen en 1970, hijo de dos profesores de francés, Philippe era hasta ahora diputado de Los Republicanos y, desde 2010, alcalde de la ciudad postuaria de Le Havre, en su Normandía natal.
Estudió secundaria en Alemania y continuó su formación en el Instituto de Estudios Políticos de París, antes de ingresar en la Escuela Nacional de Administración, la ENA, donde se forman los cuadros de la administración y de los partidos políticos tradicionales en Francia, y en la que también estudió Macron.
En 1997, a su salida de la ENA, Philippe, abogado especializado en Derecho Público, pasó primero por el Consejo de Estado, la máxima instancia administrativa de Francia, antes de lanzarse a la política.
Al igual que el presidente recién investido, Philippe trabó relación con el socialista Michel Rocard, primer ministro con Miterrand en la época, pero su verdadero padrino en política fue Alain Juppé.
En 2002 Juppé le fichó y le embarcó en la creación de la UMP. Dos años después, cuando Juppé fue condenado a 18 meses de prisión exentos de cumplimiento por un caso de empleos ficticios, Philippe pasó una temporada en la empresa privada. En 2007, sin embargo, su mentor le contrató para el Ministerio de Ecología en el Gobierno de Fillon.
Cuando Juppé dejó la cartera de Ecología en 2008, Philippe se convirtió en director de Asuntos Públicos del grupo nuclear Areva, en un ejemplo de "puertas giratorias" entre el sector público y el privado.
En 2016, los caminos de Juppé y su protegido volvieron a unirse, y Philippe fue su portavoz en las primarias del centro-derecha. Durante aquella campaña criticó al actual presidente. "Hay dos Macron. El de los discursos, con el que estoy a menudo de acuerdo, y el de los hechos, del que no se puede decir que haya hecho cosas considerables", declaró.
Derrotado Juppé, Philippe apoyó a Fillon, hasta que la investigación judicial en la que se vio envuelto este último por los supuestos empleos ficticios para su mujer y dos hijos le hizo apearse de su campaña.
Todos los medios franceses destacan su animadversión personal hacia Nicolas Sarkozy, con el que ha coincidido tanto en el Gobierno como en las campañas políticas de Los Republicanos.
Opaco sobre su patrimonio
El diario digital francés Médiapart destaca que el futuro primer ministro se negó a proporcionar información sobre su declaración patrimonial de 2014, por lo que fue amonestado por la Alta Autoridad para la Transparencia de la Vida Pública.
La designación del primer ministro será crucial de cara a la batalla de las legislativas, en las que el presidente más joven en toda la historia republicana de Francia (39 años) se juega tener o no una mayoría parlamentaria para poder aplicar su programa.
Con el nombramiento de Philiippe, Macron refuerza su línea discursiva del "relevo generacional" y hace un guiño a los votantes de derecha, similar al dirigido a los votantes exsocialistas con el anuncio de que no presentará adversario a Manuel Valls.