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Desplechin inaugura un Cannes en el que Almodóvar avisa de la "paradoja" de que la Palma no se viera en cines

  • El presidente del jurado defiende el cine visto en gran pantalla ante la polémica de Netflix
  • El cineasta francés abre el certamen fuera de concurso con Les fantômes d'Ismaël

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Pedro Almodóvar preside el jurado del Cannes menos español en la competición

El cineasta francés Arnaud Desplechin ha inagurado este miércoles con Les fantômes d'Ismaël, en Sección Oficial fuera de concurso, la 70 edición del Festival de Cannes, que preside el cineasta español Pedro Almodóvar, quien ha advertido que sería una "enorme paradoja" que la ganadora de la Palma de Oro no puediese verse en cines, en referencia a la polémica por la competición de dos cintas producidas por la plataforma Netflix que no serán estrenadas en salas.

"Para mí, la solución es simple", ha resaltado Almodóvar en una breve declaración leída en la rueda de prensa del jurado.  "Las nuevas plataformas deben asumir y aceptar las reglas del juego ya existente, lo que implica respetar las actuales ventanas de los distintos formatos de exhibición así como las obligaciones de inversión que actualmente rigen en Europa". Por ello, consideró que sería "una enorme paradoja que la Palma de Oro o una película que reciba cualquier otro premio no se pudieran ver en una gran pantalla".

El ganador del premio a mejor director en Cannes por Todo sobre mi madre (1999) y de mejor guion por Volver (2006), aseguró que las plataformas digitales "son una nueva forma de ofrecer contenidos de pago, lo que en principio es bueno y enriquecedor", pero que "no debe alterar los hábitos de los espectadores".

Y al ser preguntado sobre si preferiría ganar una Palma de Oro o ser visto en 190 países -lo que permite la televisión- se ha mostrado rotundo en que lo que quiere es que sus películas se proyecten en los cines. "Lo que prefiero es, absolutamente, ser visto no solo en 190 países, sino visto en una gran pantalla, eso es lo que me preocupa".

Lo que no significa, ha precisado, "que no respete y celebre todas las novedades que las nuevas tecnologías nos proporcionan. Estoy absolutamente a favor de ello, pero me da la impresión de que mientras siga vivo defenderé algo que muchos jóvenes ahora no conocen y que es la capacidad de hipnosis que tiene una gran pantalla frente al espectador".

"Creo firmemente que, al menos la primera vez que uno ve una película,  la pantalla no debe ser parte de nuestro mobiliario, nosotros debemos ser diminutos para poder sentirnos dentro de esas imágenes y arrastrados por esa historia", ha concluido.

La polémica ha llevado al Festival de Cannes a cambiar sus normas de forma que a partir del año próximo no tolerará la excepción y todas las películas que compitan tendrán que ser estrenadas en salas comerciales francesas.

Fría acogida de la cinta inaugural

Les fantômes d'Ismaël, un drama encabezado por Marion Cotillard y Charlotte Gainsbourg que ha inaugurado el festival, ha dejado a la audiencia indiferente. La película, proyectada en su formato recortado, de 154 minutos, se centra en un director cuyo universo mental y amoroso se ve trastocado por el regreso de un amor al que daba por desaparecido, y está también protagonizada por Mathieu Amalric, con quien el cineasta trabaja por sexta vez.

La versión "francesa" que llegó a Cannes, según explicó Desplechin en conferencia de prensa, es más "sentimental" que la "original" que se estrenará en los cines, y está dirigida a los espectadores acostumbrados a su lenguaje y cinematografía.

El autor de Jimmy. P, que aspiró a la Palma de Oro en 2013, de Tres recuerdos de mi juventud (2015) o de Reyes y reina (2004), autor de culto de la cinematografía gala, dijo haber recibido con "emoción" su selección para inaugurar este 70 aniversario del certamen.

"Es un puesto un poco mas protegido que en competición. (...) Claro que temo la reacción de las críticas, pero me parece menos peligroso que en competición, donde a menudo la prensa francesa está más dividida", dijo el director de una película que no arrancó ni un aplauso entre los presentes en su proyección matinal.

La intérprete de cintas como La Môme, de Olivier Dahan, o Dos día, una noche, de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, dijo hoy que había empezado a construir este último personaje a partir de su manera de respirar.

"Eso lo dirige todo, la forma de hablar, de comportarse, de estar física y psicológicamente", señaló Cotillard, que admitió no tener "un método de trabajo", pero sí compartir en el desarrollo de todos sus roles la sensación de hacerse con ellos una vez que ha descubierto su respiración.