Las bacterias se están comiendo al Titanic
- Su casco, a 3.800 metros de profundidad, está recubierto de voraces organismos
- En menos de dos décadas, no quedaría ni rastro del transatlántico
- Así lo asegura el estudio de un centro alemán de investigación marina
Los restos del Titanic, que descansan a unos 3.800 metros de profundidad en el fondo del Atlántico Norte, podrían tener los días contados. Según un estudio del Instituto Alfred Wegener para la Investigación Marina y Polar, en Alemania, al pecio más famoso del mundo le quedarían entre 15 y 20 años antes de desaparecer pasto de la voracidad de unas bacterias denominadas Halomonas titanicae, que estarían literalmente comiéndoselo.
Las halomonas son bacterias halófilas capaces de vivir en altas concentraciones de sal y condiciones extremas. Según aseguran los autores del estudio científico, liderado por la bióloga Antje Boetius, las bacterias producen "una especie de picaduras" que están debilitando progresivamente el casco del transatlántico, y finalmente provocarán que acabe desintegrándose.
Estas Halomonas titanicae fueron descubiertas en 2010 y representan una anomalía biológica, puesto que habitualmente viven en ambientes con temperaturas superiores a 30 grados centígrados. En la oscura profundidad donde yace el Titanic, las temperaturas rondan los 4 grados centígrados.
El transatlántico Titanic fue en su época el mayor barco de pasajeros del mundo. Se hundió en la madrugada del 15 de abril de 1912, durante su viaje inaugural entre Southampton y Nueva York. Chocó contra un iceberg a unos 600 kilómetros de las costas de Terranova. Murieron 1514 personas de las 2223 que iban a bordo, lo que convierte a esta tragedia en uno de los naufragios con más víctimas de la historia.